McALLEN, Texas.- “No me llames ilegal porque eso no lo soy, ilegales son tus leyes y por eso no me voy”.
Con ese grito de coraje, decenas de inmigrantes protestaron por el anuncio del Presidente Donald Trump de cancelar DACA, un programa migratorio que permitía trabajar a por lo menos 800 mil jóvenes traídos por sus padres ilegalmente cuando eran niños, salvándolos de la deportación.
De esos 800 mil, 120 mil están en Texas, de los que 28 mil radican en el Valle de Texas.
“No entendemos por qué tanto odio contra la comunidad inmigrante, esos jóvenes están trabajando y aportan dinero a la economía, eso afectará a la economía en general”, dice Juanita Valdez Cox, Directora de La Unión del Pueblo Entero.
Inocencio Peña –participante en la protesta- es padre de cuatro chicos que fueron beneficiados con DACA, dos de ellos trabajan en Boamant, Texas, en refinerías y sus sueldos oscilan entre los 90 y los 100 mil dólares anuales.
“¿Qué va a pasar con mis hijos? Si ellos dos no tienen dependientes, ¿cuánto dinero en impuestos dejará de recibir el gobierno?, pregunta. Esto no está bien”, critica.
La familia compuesta por Kathia y Randy Salinas y los pequeños Ron y Frida, es otra de los afectados por la decisión presidencial de este martes. Kathia y Randy son receptores de DACA, lo que les permite mantener a su familia e ir al colegio, pero sin el permiso para trabajar no hay muchas opciones.
“Mi más grande temor es que nos deporten, que un día que yo vaya a la escuela con mis hijos me agarre la policía y me deporten. ¿Qué va a ser de mis niños?, pregunta Kathia.