Apoltronado al centro de la larga mesa del ICADEP, el presidente del PRI estatal, Sergio Guajardo Maldonado minimizó ayer las advertencias de que se castigarán las irregularidades cometidas durante la administración de Egidio Torre Cantú.
Actualmente, el PRI guajardista, se encuentra entrampado en un laberinto de intereses: por un lado, es hora que no logra ni hace el esfuerzo por deslindarse de su padrino, el ex gobernador Egidio Torre Cantú. Y por otro lado, el partido tricolor, está convertido en un apéndice del gobierno panista, mismo que lo mantiene entre la espada y la pared, amenazándolo con investigar, las corruptelas del pasado sexenio, tal y como acaba de suceder.
Pero también pesa sobre ellos, una investigación y acusación del Instituto Nacional Electoral, INE, donde se les requiere, por los conductos formales, aclaren contable y administrativamente, un gasto de 20 millones inscritos en el rubro de las prerrogativas oficiales.
Esas corruptelas, acreditadas a Benavides y a Zulema, de las cuales Guajardo no fue partícipe, pues él aun no arribaba a la dirigencia, tendrán que ser subsanadas financieramente hablando, lo cual provocará una severa sangría financiera, y profundizará aún más, el quebranto económico del partido.
Pero, los problemas del Checo no terminan ahí: su llegada a la cúpula priísta, se dio como producto de una negociación entre varios grupos y corrientes, de tal manera que en la estructura de su dirigencia estatal, coexisten, elementos que responden a proyectos políticos disímbolos. Todos ellos, buscarán en el 2018 la senaduría. Se encaminan hacia una cena de negros.
La posición de Guajardo en el PRI estatal, es delicada:
Es fecha que no ha podido, ni ha querido revertir su estigma y bien ganada fama de ser un empleado e incondicional del ex gobernador Egidio Torre Cantú.
“Sólo son tiros al aire”, comentó de manera tímida, el dirigente estatal, en alusión a los fuertes señalamientos del panismo en el poder, contra el pasado inmediato del priísmo en Tamaulipas.
-¿Qué puedes comentar en torno al primer informe? “nada todavía, respondió, con un gesto de cansancio, pues aún tenemos que esperar a ver su glosa y será en su momento, cuando externemos nuestra opinión. Debemos ser una oposición responsable”, insistió en su estribillo de siempre.
-Tacharon de corruptos a los priístas, ¿tú que puedes responder sobre ese adjetivo en particular?, lo acorralaron: “Que no somos corruptos, sólo alcanzó a decir, un checo Guajardo, agobiado ya por los cuestionamientos de los periodistas. Y enojado, porque uno de ellos le recordó que él llegó al PRI con el estigma de ser un
instrumento y pelele del ex gobernador Egidio Torre Cantú, y es fecha que en los hechos, no lo ha desmentido.
-¿Sí te dices una oposición responsable, ya te reuniste con alguien del gobierno estatal panista, para comunicarle y plantearle la urgencia de que resuelvan temas como los de la inseguridad?
-No, aún no me reúno con nadie del gobierno del estado, porque traemos otros temas en la agenda, dijo SGM, dando por sentado que los cambios en los comités municipales, son más importantes.
El PRI de Sergio Guajardo, dio por concluida la rueda de prensa. Los periodistas abandonamos también el recinto. En sus palabras, en sus gestos, en su reticencia a encarar los problemas y a decirle a las cosas por su nombre, el PRI guajardista…proyecta su miseria política, la escuálida sombra de lo que un día fue.
Simple y llanamente, un partido medroso, distante de los problemas que aquejan a los ciudadanos de Tamaulipas.
