CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- San Melchor del Cojo fue una hacienda de origen colonial, la más importante en el sur de Tamaulipas y de las pocas donde sus propietarios originales aún conservan parte del territorio.
También conocida como El Cojo, la hacienda está integrada por varias propiedades, su territorio abarca desde lo que hoy es Aldama hasta Llera, pasando por González y parte de Xicoténcatl.
“Uno de sus propietarios fue Melchor de Noriega, una gente ligada a la familia de José de Escandón y después fue de los hermanos Quintero, Juan y Cayetano, que eran coroneles realistas, eso fue en el período Colonial hasta la Independencia, después fue propiedad de Diego de la Lastra, un español comerciante de Tampico”, explicó el doctor Octavio Herrera Pérez, profesor de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) y miembro del Sistema Nacional de Investigaciones.
Melchor de Noriega fue un alto funcionario del gobierno de Nuevo Santander, pero fue hasta que El Cojo pasó a manos de los hermanos Quintero, que la propiedad llegó a ser un distintivo del sur de Tamaulipas.
Según el libro “Las Haciendas de Tamaulipas” del autor Octavio Herrera, en la segunda mitad del siglo XVIII se formó la estancia de San Melchor del Cojo como una propiedad adjunta a la hacienda El Pretil y La Panocha.
También documenta que en 1817 la hacienda El Cojo fue asaltada por Xavier Mina, quien se llevó un rebaño de caballos de la propiedad.
Para finales del siglo XIX fue adquirida por el general Manuel González Flores, cuando éste era presidente de la República, quien de la fortuna derivada de su éxito en la política compró muchas otras propiedades.
Desde entonces la hacienda se convirtió en núcleo de una red de propiedades que amasó este personaje, entre 1880 y 1890, en Tamaulipas y la Huasteca.
“El caso de Manuel González, es el de un propietario con el poder político, que compra varias propiedades, una pequeña hacienda, también de los Escandón, llamada Dolores, que estaba del otro lado de Padilla; compra Tamatán, chiquita pero que estaba pegada a Aguayo y muy productiva porque era muy agrícola; adquirió también La Meza, pero la gran hacienda era El Cojo”, comentó.
En la década de 1920 los terrenos de Manuel González se fraccionaron. Sólo parte de la hacienda El Cojo se rescató y aún pertenece a los descendientes de la familia González.
“Todas las haciendas de Manuel González se fraccionaron, algunas caen en manos de los ejidos, a la de Tamatán se la come la ciudad y parte de los ejidos, en El Cojo también se fraccionó pero quedó una gran propiedad porque no había mucha demanda agraria, no era muy poblado y hasta el presente todavía los descendientes de los González son dueños del casco de la hacienda”, dijo.
El Cojo es una hacienda emblemática del sur de Tamaulipas de la que aún perdura una construcción representativa del desarrollo económico, social y político de la entidad.