España.- Es España este caso ha dejado desconcertadas a las personas, un preso de la cárcel de Villabona, en Asturias, que estaba ya en la morgue a punto de realizársele una autopsia, sorprendió a todos cuando comenzó a roncar.
Este hombre de nombre Gabriel Montoya Jiménez comenzó a sentirse mal por la tarde y en la noche el médico de la cárcel lo encontró en el suelo de su celda, sin signos vitales.
Después llegó un médico forense y dictó el certificado de defunción. Se trasladó el cuerpo a una morgue y se les avisó a los familiares de su pérdida.
Sin embargo, horas después en el depósito de cadáveres del Instituto de Medicina Legal, cuando los médicos forenses iban a practicarle una autopsia, el hombre dio las más inesperadas señales de vida, ronquidos, que, en esencia, le salvaron la vida porque fueron lo suficiente para que se dieran cuenta que seguía vivo.
Ahora Montoya está siendo atendido en el Hospital Central de Asturias.
Con información de elsiglodetorreon