El 27 de noviembre, cuando José Antonio Meade fue destapado, a la más vieja de las usanzas del PRI, como su candidato a la Presidencia de la República, Miguel Ángel Osorio Chong era para la mayoría el gran perdedor, hoy cuarenta y tantos días después, podría asegurarse que es el único priista que incluso antes de la elección ya ganó.
Así es mis queridos boes, el hasta ayer encargado de la política interior del país no solo tiene asegurado un escaño en el Senado de la República, tiene en la bolsa seguramente el liderazgo de la bancada tricolor en esa cámara, sea del tamaño que sea, pero hay más, apuesto que mucho más.
Osorio Chong, el perdedor del 27 de noviembre, está en la antesala de convertirse en el primer priista del país, una vez que las autoridades electas en la jornada del 1 de julio que viene tomen posesión.
Me explico: la campaña de Meade lo único que prende son los focos rojos de alerta en el PRI, porque lejos de crecer luce cada vez más desangelada, sosa, timorata; se adelanta pues que el hedor a derrota que comienza a aparecer se confirme allá por marzo y entonces vengan las alienaciones como en el 2006.
Sigo: sin un presidente priista y con el liderazgo de la bancada tricolor en el Senado, Osorio Chong será el personaje más destacado de entre lo que quede de los escombros del ex partidazo.
¿Y el poderosísimo e intocable Manlio Fabio Beltrones, que ha sobrevivido a todas las vicisitudes que padeció el PRI en el pasado?, pues hoy se hace chiquito ante los señalamientos de desvío de recursos federales a las campañas del PRI en el 2016 cuando era dirigente nacional del partido.
De hecho a Osorio Chong le cargan el ‘muertito’ llamado Manlio, con lo que hasta podríamos especular que limpió de obstáculos el camino antes de dejar Gobernación.
Continuó: allá por marzo, abril, cuando en el PRI hayan hecho todo lo posible por echar a andar la campaña de Meade, que insisto no jala, no prende, van a tener que tomar una decisión, que no será difícil: se alienan para que gane Ricardo Anaya, quien ahora los trae asoleados con ayuda de Javier Corral, o se mantienen en la carrera con Meade, dividen el voto y el que gana es Andrés Manuel López Obrador.
Lo segundo nunca lo considerarían los del PRI, por supuesto y es ahí donde se afianza la figura del que desde ahora yo llamo el nuevo Manlio, el próximo primer priista del país; es decir Osorio Chong.
Resulta que el único personaje que podría operar una alianza de facto entre priistas y panistas (con sus aliados del Movimiento Ciudadano y PRD) es Osorio Chong.
¿Pero por qué?, pues recordemos que hace poco más de 5 años fue él quien operó las negociaciones del Pacto por México, apoyadas siempre por PAN y PRD, con Anaya por cierto como figura relevante del azul.
Esas negociaciones se hicieron cuando la mitad de los gobernadores actuales eran senadores o diputados de PRI o PAN, a los que el ex secretario ha atendido los últimos cinco años y con los que ha trabajado o negociado; es decir Osorio podría fácilmente operar igualito o mejor que Elba Esther Gordillo en el 2006.
Reitero: Osorio Chong se ha sentado con los 32 gobernadores del país, con todos los presidentes de los partidos, con todos los grandes operadores electorales y en su calidad de ‘enojado’ con la candidatura de Meade, será fácil entrar al tema mejor asegurar que no gane AMLO.
Si mi teoría se cumple, otra vez insisto, Osorio Chong tendrá chance de cogobernar con Anaya, como lo hizo Manlio con Felipe Calderón, y a partir de su nueva posición reconstruir otro PRI o como le quiera llamar entonces para intentar volver al poder.
Por lo pronto, no son pocos los inversionistas electorales que ya le han quitado pesos y apoyos a la incolora, incolora e insípida campaña de Meade y se encaminan a canalizarlos hacia el del frente, porque es quien les garantizaría un cambio menos brusco del ‘estatus quo’.
Repito, el PlanB de en las cúpulas está sobre la mesa, aunque abajo aún no se aterriza, porque hay quienes todavía tienen la esperanza de que Meade se entere de que es candidato y que si bien no es más tonto que Peña Nieto, enfrente no tiene a una Josefina Vázquez Mota, sino a Anaya y desde luego al puntero AMLO.
Bobby y el gobernador…
Cuando ayer el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca saludó públicamente en su discurso al delegado del IMSS en Tamaulipas durante el festejo a las enfermeras, no pocos levantaron la cejas y pelaron los ojos.
“Mi Bobby”, dicen que se escuchó luego de nombrar con el frío natural a Blanca Valles y entonces lo que se concluye es que más allá de las filias partidistas, los equipos del pasado, hoy se tiene una buena relación de trabajo que necesariamente debe convenir a los tamaulipecos.
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