TAMPICO, Tamaulipas.- La empresa tampiqueña Conjunto de Servicios Industriales (CSI) es investigada por incumplimiento de un contrato por 608 millones de pesos a Petróleos Mexicanos (Pemex), de acuerdo con documentos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Subcontratistas y proveedores interpusieron denuncias ante el órgano fiscalizador señalando que la compañía es insolvente y carece de maquinaria para ejecutar el contrato millonario adjudicado por Pemex Exploración y Producción (PEP).
Conjunto de Servicios Industriales se constituyó en Tampico, Tamaulipas, en 1993, según la investigación de la ASF. El propietario de la firma es Erick Legorreta, quien también es presidente de la Asociación Mexicana de la Industria del Petróleo (AMIPE). Enrique Fragoso Méndez es el administrador único. Aunque la dependencia federal tenía registrados oficinas en Tampico y la Ciudad de México, la indagatoria puso al descubierto que ya no tienen un domicilio.
CSI se relaciona con sus clientes mediante una página de internet. En ella se define como una firma dedicada a proyectos de ingeniería y construcción de obras civiles y electromecánicas, con más de 2 décadas de experiencia. Detalla sus trabajos en las industrias petrolera, portuaria, eléctrica, energética y ambiental, entre otras. Además, asegura, cuenta con oficinas en Tampico, Cadereyta, Ciudad de México, Coatzacoalcos e Hidalgo.
Conjunto de Servicios Industriales comenzó a concursar en licitaciones para trabajos menores en diversas instalaciones de la entonces paraestatal en 2003. El primer contrato que ganó fue en la refinería “Ingeniero Antonio M. Amor”, ubicada en Salamanca, Guanajuato, de acuerdo con la plataforma Contratobook.
Del último trienio de Vicente Fox a la primera mitad de Felipe Calderón, Pemex contrató al menos 17 trabajos de mantenimientos menores, por más de 181 millones de pesos, a CSI. En 2007 intervino en la rehabilitación del tanque cilíndrico vertical MJA-T-210 con capacidad para almacenar 15 mil barriles de turbosina en la refinería “Francisco I. Madero” en Ciudad Madero, Tamaulipas.
Por dicho contrato, la Auditoría determinó que hubo contrataciones por emergencia fuera de norma con empresas de reciente creación sin que se justificara la evaluación de sus capacidades técnica y económica, adjudicación de contratos sin contar con la sanción jurídica ni con el dictamen de excepción, pagos sin que los trabajos o servicios se hubieran
concluido, pago en exceso por el cambio de porcentajes del costo de indirectos y el financiamiento entre el presupuesto y el contrato, entre otros.
A pesar de la mala nota, Conjunto de Servicios Industriales volvió a obtener otro trabajo en la refinería maderense. En 2008 entró al complejo para una restauración que cobró en 297 mil 660 pesos. Al año siguiente ganó un contrato más en el mismo centro refinador, ahora por 3 millones 589 mil 423 pesos. Doce meses después repitió con la modificación de líneas para un tanque de almacenamiento, trabajo por el que obtuvo 882 mil 628 pesos.
A la par de los contratos mencionados, CSI consiguió trabajos en las refinerías de Salamanca, Guanajuato; Cadereyta, Nuevo León; y Salina Cruz, Oaxaca. Hasta 2015, los contratos obtenidos por la compañía tampiqueña no rebasaron los 66 millones de pesos.
En julio de 2015, Pemex Exploración y Producción otorgó de manera directa a CSI el contrato 640905805, para la continuación del proyecto Batería Cárdenas, en Tabasco, por 608 millones de pesos. Con dicho obra estimaba producir al menos 13 mil barriles de crudo al día.
El representante de Pemex, Arturo Musalem Solís, y el administrador único de la compañía CSI, Enrique Fragoso Méndez, firmaron el contrato. Empero, debido a múltiples deudas de CSI con subcontratistas, el trabajo fue embargado por un juzgado civil de Villahermosa, Tabasco. Los trabajos siguen inconclusos y debieron terminarse en junio de 2016. La planta Batería Cárdenas está inoperante.
De acuerdo con lo pactado, la empresa debía concluir el trabajo en 330 días naturales, es decir, el 27 de junio de 2016. A 16 meses de distancia, el incumplimiento de las obras no sólo representa un cuantioso desfalco a la petrolera que completó el pago, sino que con la inoperancia de una sección de la planta están dejándose de transformar miles de barriles de crudo.