EL MANTE, Tamaulipas.- Cuando se habla de la historia de Mante, poco se menciona que la cabecera original del actual municipio, fue la hoy congregación de Quintero, población donde estuvieron los poderes municipales desde 1861 cuando se formó el municipio, hasta 1918, cuando por motivo de la revolución se trasladaron a Canoas.
En 1860 el gobierno del Estado decidió elevar al rango de villa a la congregación de Palcuay, la cual pertenecía hasta ese entonces a Magiscatzin. Para ese fin se expropiaron tierras del mencionado municipio, así como una franja pegada a la sierra de Tanchipa que pertenecía a Morelos.
El nombre elegido para la nueva villa de Tamaulipas fue “Quintero”, y de esa manera honrar la memoria del coronel liberal Rafael M. Quintero, muerto en los primeros días de la guerra de Reforma frente a Tampico.
Sobre la villa de Quintero, don Alejandro Prieto, comentaría en 1869:
“Cuando en el año de 1860 principiamos nuestras expediciones por Tamaulipas, el gobierno del Estado, atendiendo a una solicitud de los habitantes de congregación Palcuay, decretó elegirla villa y la llamó Quintero; y con tal motivo nos comisionó para trazar y delinear la nueva población, y fijar los linderos de sus ejidos”.
Primeros años
En la reñidas elecciones estatales de 1861, los quinterenses apoyaron fervientemente las aspiraciones políticas de don Cipriano Guerrero, abanderado del partido de los crinolinos.
Al perder no quedaron conformes y se desato una encarnizada lucha por el poder estatal. Pronto se dieron muestras de apoyo para los crinolinos en la región y en la isla de San José del Bosque, municipio de Quintero y en la ciudad de Magiscatzin, se levantaron actas desconociendo al señor Jesús de la Serna y reconocido a la autoridad del supremo gobierno.
Por esos años el polémico cura Ramón Lozano, quien formara en ese mismo año la Iglesia católica mexicana, acudía de vez en cuando a oficiar misa en la villa.
Quintero durante la intervención francesa
A principios de 1864 don Gabriel Arcos Arreola, del Estado Mayor de Pedro J. Méndez, organizó militarmente a los pueblos del Cuarto Distrito, entre ellos Quintero, para tratar de frenar al invasor. Pronto ese patriotismo inicial sucumbió y el 14 de noviembre de 1864, las autoridades de la villa de Quintero, levantaron un acta de adhesión al Imperio de Maximiliano.
Cuando algunos se dieron cuenta que la causa de Benito Juárez retomaba bríos, trataron de reivindicarse, tal es el caso de don Policarpo Reyes, quien al mando de una gavilla de individuos de Quintero, Xicoténcatl, Victoria y Morelos, desalojó a los franceses de Santa Bárbara en abril de 1865, borrando con ello su error de haber sido partidario del Imperio. Para el mes de mayo, el cabecilla juarista Estrada de la villa de Quintero, se prestaba para ayudar a la toma de Tula.
Después de que los juaristas tomaron Tula, los franceses huyeron en desbandada, teniéndose el dato que cuarenta y cuatro soldados de infantería y caballería armados, cruzaron la sierra de la Colmena, Nicolás Pérez y Tanchipa, depredando las poblaciones a su paso entre ellas la ranchería del Abra, jurisdicción de Quintero, de donde se llevaron cuanto encontraron.
Según don Alejandro Prieto, dentro de la gruta del Abra había mucho salitre en las rocas, lo que permitió a los habitantes de Quintero fabricar grandes cantidades de pólvora en esa época de duras pruebas para la patria.
En el mes de noviembre de 1865 Quintero era gobernado interinamente por don Guadalupe Ramos, siendo su secretario del ayuntamiento don Miguel Almazán.
Necesitados de un camino carretero a Tampico
Una vez triunfante la causa republicana, la construcción y reparación de caminos era algo prioritario para el gobierno de Juárez, por lo que el 22 de febrero de 1869, el ingeniero Manuel Velázquez de León, empleado de la Dirección del camino de San Luis Potosí a Tampico, envió una carta detallada sobre el estado del camino de herradura de la zona, al Ministro de fomento, diciéndole que la cuesta del Abra también estaba en muy mal estado y que a consecuencia de la humedad, bastaba una ligera lluvia para hacer molesto el paso, por lo que necesitaba estudios concienzudos para poder hacerlo carretero. Finalizaba su escrito diciendo que los habitantes de Quintero y los alrededores, estaban dispuestos a proporcionar toda clase de recursos y hacer los más fuertes sacrificios para que esta vía, desde hace tantos años proyectada, se llevara a cabo.
Porfiriato
Para 1883 Quintero tenía una población de 873, un número bastante pobre en comparación con los municipios de los alrededores. En 1887 el presidente municipal de Quintero era don Miguel Reyes.
Ante la apertura de credos debido a las Leyes de Reforma, pronto a la región llegó el pastor protestante Samuel A. Purdié, quien en 1888 designó a don Andrés Campillo como pastor de los cuáqueros en Quintero.
Por esa época la villa contaba con Servicio Postal y para 1890 la Agencia de Correo de Quintero fue segregada de la local de Tula, siendo agregada a la de Magiscatzin.
Preludio de tiempos difíciles
En septiembre de 1908, los Ayuntamientos de Quintero y de Antiguo Morelos, proyectaron la reparación de la antigua y abandonada carretera nacional de San Luis Potosí a Tampico, en el tramo de la sierra del Cantón o de Cucharas.
En 1910, dentro de los festejos por el centenario de la Independencia de México, el ayuntamiento de Quintero a pesar de sus escasos recursos, reparó la cárcel y llevó a cabo la compostura de las calles y plaza, gastándose un total de $357.33.
Vino el remolino y los alevanto
Se sabe que en las elecciones estatales de 1912, los habitantes de Quintero apoyaron fervientemente las aspiraciones del Lic. José Gracia Medrano, así como también sus congregaciones de la Mora y Canoas.
Pronto epidemias de sarampión y viruelas diezmaron a la población quinterense, sumándose también los estragos violentos ocasionados por la revolución.
En 1913, una vez que Madero fue asesinado en la Ciudad de México, en la región se levantó en armas don Simón Castillo, quien tenía su base operaciones en los Morelos y Quintero principalmente. Pronto líderes carrancistas deambularían por la región, depredando en haciendas del municipio, tal es el caso de la de El Naranjo, la cual fue saqueada varias veces.
Durante la administración estatal del general Rabago, Simón Castillo se amnistió al huertismo y se le asignó como capitán de las fuerzas irregulares de la federación en la región, combatiendo a sus antiguos compañeros.
Se sabe que para diciembre de 1913 el coronel zapatista Ramón Coronado tenia asolada la comarca de Quintero. El 18 de marzo de 1914 fue designado el general Alberto Carrera como Jefe de Operaciones en la zona.
En 1915 hubo algunos enfrentamientos entre villistas y carrancistas en la zona, destacando un combate acontecido en enero, en el que las fuerzas de López de Lara derrotaron a los carreristas en las inmediaciones de Quintero.
Los años subsiguientes fueron de mucha zozobra para la población, pues después de la derrota de la Convención, grupos rebeldes como los Cedillo y los Carrera pululaban en la sierra de Tanchipa y bajaban constantemente a cometer depredaciones.
Fin de Quintero como cabecera
El 1 de marzo de 1918 Saturnino Cedillo y Francisco Carrera Torres cometieron un sinnúmero de atrocidades en Quintero y en Canoas, por lo que las autoridades decidieron trasladar los poderes a esta última, pues se consideraba que al estar dicha villa pegada a la sierra, era blanco fácil de los revolucionarios, lo que les permitía saquearla y huir rápidamente. Oportunidad de oro las que se les presentó a los habitantes de Canoas, quienes no cejaban en su intento de convertirse de forma oficial en cabecera municipal.
Para salvaguardar la integridad de la población, el gobierno carrancista destacamentó a Canoas una sección al mando del teniente Francisco Rivera, nativo de San Pedro de las Colonias, Coahuila.
Dentro de los primeros profesores de Canoas como cabecera, destacó don Urbano M. Pecina.
Para 1920, en el membrete, el municipio se seguía llamando Quintero y don Plácido Cruz fungía como su presidente municipal. En 1921 don Serapio Enríquez fungiría también como tal.
El 19 de abril de 1921, el gobernador César López de Lara avaló lo decretado por la Legislatura local el 28 de marzo del corriente, respecto al cambio oficial de poderes de Quintero a Canoas, que en lo subsecuente se llamaría Villa Juárez, Tamaulipas, pasando la antigua cabecera a ser una congregación del mismo municipio.
Comentarios:
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Capitán Simón Castillo
Puerta de la presidencia municipal
Zeferino Fajardo, diputado Constituyente
La calle principal de Quintero