México está parado en la coyuntura exacta, gracias a la reforma energética, para decidir el destino que tendrá en los siguientes 50 años, sin que sea esto un ardid, pero es crucial que los gobiernos locales y los grupos de impacto social -ya sean municipales o estatales- pongan en plan de ruta construir la agenda para ser regiones de paso para el sector energético o convertirse en captadores de oportunidades; solo para citar un ejemplo, Tamaulipas en los próximos cinco años desarrollará la capacidad logística que dará gasolinas al bajío mexicano
¿Captarán esos empleos los tamaulipecos?
Tamaulipas fue el primer estado en todo México, que a partir de la reforma, gestó una agenda especializada de vinculación de las instancias públicas con el sector energético privado; desde 2014 el gobierno estatal –anterior y actual- es el principal agente facilitador para la atracción de nuevas inversiones a la entidad, pero hasta el momento los ayuntamientos no han terminado de establecer las políticas públicas necesarias para alinearse con las autoridades de otro orden gubernamental nacional o con Estados Unidos, por ser el país más apremiante por su
cercanía.
Sin embargo, en los estados con alta vocación energética persiste como asignatura pendiente crear un sistema efectivo para la vinculación del sector hacia tres principales rubros: capital humano, proveeduría y responsabilidad social. Ciertamente en la parte que me ha tocado asesorar, las empresas internacionales cuentan con líneas de acción en ese sentido, pero no están alineadas con el gobierno o las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), aun cuando apliquen el Principio de Ecuador.
Esta semana a través de mis redes sociales me contactó un joven estudiante de la carrera de energías renovables para que lo guiara en la forma que sus compañeros de Tampico, Tamaulipas, pudieran contactar al Parque Eólico Tres Mesas para realizar una visita; irónicamente ese día, del otro lado de la entidad, en Reynosa, se estaba realizando un foro muy importante para promover al estado como el punto nacional energético para la inversión. Lo mismos mensajes he recibido de Tabasco y Veracruz, en búsqueda de becas especializadas o nuevas oportunidades de empleo.
Reconozco que el país está en su proceso de adaptación ante el alud de oportunidades que se había negado por el paternalismo ultranza, tras cuatro años de apertura es incipiente el entendimiento de lo que se debe y puede hacer para captar las ventajas, cambiando la mentalidad del vendedor que solo espera que le caiga la venta; pero precisamente estamos –como sociedad- en el momento justo para generar e impulsar las políticas públicas que le abran las puertas a los talentos locales.
Imagínese lo que pasaría sí una mujer consultora del sector energético certificada de Villahermosa, Tabasco, en lugar que esté manejando un Uber por falta de clientes petroleros, esté moviéndose para capacitar a los que trabajarán en Advant Energy que se instalará en Altamira, Tamaulipas; y que ella pueda obtener un crédito bancario para ampliar su rango de acción con prioridad en empleos para mexicanos. ¿Usted qué opina?
www.daviddorantes.mx