CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Las campañas en México se han vuelto cada vez más costosas, y desde hace años, el gasto que se reporta a las autoridades es mínimo en comparación con las cantidades reales que se manejan -casi siempre en efectivo y sin ninguna fiscalización- en el día a día de las contiendas electorales.
Así, en 2018 los candidatos a senador, diputado federal y ayuntamiento deberán contender con topes de campaña hasta 20 veces menores que el gasto real que tendrán que hacer.
Quizás el partido que más sufrirá la “inflación” en las campañas, será el PRI, que en Tamaulipas por primera vez carecerá de apoyo desde Palacio de Gobierno.
Al comenzar precampañas y las campañas para Presidente de la República, fórmula (dos) para el Senado de la República y un escaño de “primera minoría”, ocho diputaciones federales y 43 ayuntamientos, los partidos políticos en todo el país viven el más bajo nivel de confianza en su historia, el cual según la encuestadora Consulta Mitofsky es de apenas 4.4 puntos de 10 posibles.
“Actualmente una campaña para senador en Tamaulipas, una campaña ganadora, no baja de 300 millones de pesos porque todo cuesta, desde las mantas, el sonido, el templete, las sillas hasta el que las coloca, la gasolina, y darles un apoyo económico a la gente que te promueve el voto, a los que coordinan secciones y ya no van a tener el apoyo (los priistas) de Palacio de Gobierno”, afirmó un político que ha contenido y ganando varios cargos de elección popular.
Los gastos para la campaña de la fórmula para Senador autorizada por el Instituto Nacional Electoral no tomaron en cuenta que en Tamaulipas los candidatos deberán recorrer una zona 54 veces más extensa (80,249 kilómetros cuadrados) que Ciudad de México y autorizaron un tope de un millón 793 pesos para las precampañas de Senador en Tamaulipas y 12 millones 889 mil pesos para las campañas.
Este tope resulta de multiplicar el tope de campaña para diputado federal uninominal, que es de un millón 432 mil, por los ocho distritos de Tamaulipas y esta fórmula que proviene de la Constitución, no toma en cuenta ni el tamaño de los distritos, el número de comunidades que pueda tener ni la distancia física entre uno y otro, en el caso de Tamaulipas puede llegar a ser de hasta 805 kilómetros (Nuevo Laredo, Tampico) con un tiempo de recorrido por carretera superior a ocho horas.
Tampoco que en Tamaulipas hay distritos como el 06 que incluye 17 municipios (Abasolo, Antiguo Morelos, Bustamante, Casas, El Mante, Llera, Gómez Farías, González, Jaumave, Jiménez, Miquihuana, Nuevo Morelos, Ocampo, Palmillas, Soto la Marina, Tula y Xicoténcatl) y que para darles una sola vuelta por carretera tocando todas las cabeceras municipales se deben recorrer más de 700 kilómetros.
En cambio, para Ciudad de México, que tiene una extensión territorial de mil 485 kilómetros cuadrados, se fijaron cuatro millones 481 mil pesos para la precampaña y 28 millones 642 mil pesos para las campañas, porque la ley considera el número de distritos y no tiene ninguna consideración con respecto a la dispersión de las secciones electorales que deben recorrer los candidatos, a veces, en un mismos día.
La dispersión de las secciones no solamente incrementa el costo de traslado, sino el precio de los insumos para realizar mítines, visitas, organizar ruedas de prensas, mantener equipos de promoción del voto con personas que hacen el recorrido y coordinadores regionales, de sección, etcétera.
La legislación electoral en la cual se basa el INE para fijar los topes de campaña, sin que el organismo tenga opción a incrementar, dice que el tope máximo para gastos de campaña para la fórmula de senadores, “será la cantidad que resulte de multiplicar la suma del tope de gasto de campaña para la elección de diputados por el número de Distritos que comprenda la entidad de que se trate”.
Y el tope de campaña para cada distrito legislativo se basa en dividir entre 300, que es el número de distritos electorales para diputados de mayoría relativa, el tope de gasto de campaña establecido para la elección de presidente de la República.
Entre menos distritos uninominales o de mayoría relativa tenga una entidad, sin importar su extensión territorial, su geografía, la morfología política o la política real, los topes de campaña para senador serán más altos o bajos
Uno de los entrevistados, quien participó en 1996 en la discusión de la primera legislación electoral que ciudadanizó las elecciones, aceptó que las reglas han sido influidas más por la circunstancia de partidos de oposición con escasa militancia, que piden una equidad que no está de acuerdo con sus padrones reales ni tampoco ha existido en los hechos.
CON DINERO Y SIN DINERO
El cerrojazo que existe al financiamiento privado a las campañas en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe) permite en que el tope máximo que los candidatos a senador puedan aportar a sus propias campañas no rebase un millón 900 mil pesos, lo que equivale al costo real de una sola encuesta de opinión, por una casa poco conocida.
La estructura de los procesos políticos es lo que hace que sea realmente caro hacer campañas políticas en México y para 2018 las campañas electorales en conjunto gastarán una cifra oficial de dos mil 148 millones de pesos de dinero público y posiblemente tres veces esa cifra, unos seis mil 500 millones de pesos, de financiamiento no confesado.
Para estas elecciones el INE estableció como tope máximo de financiamiento privado por partido políticos, de 33 millones 611 mil pesos en total y en todo el país, pero en esta suma se toman tanto las aportaciones de dinero en efectivo como en especie, lo que puede incluir préstamos de oficinas, salones, auditorios, vehículos, chóferes, gasolinas y hasta las tortas.
Los órganos electorales hasta la fecha se han hecho de la vista gorda y solamente cuando existen denuncias específicas sobre excesos en los gastos de campaña han actuado y entonces las unidades Técnica de Fiscalización de cada instituto electoral interviene.
La Legipe dice que los candidatos que rebasen los topes de campaña serán sancionados con la cancelación de su registro o, en su caso, con la pérdida de la candidatura que hayan obtenido; en el último supuesto, los partidos políticos conservarán el derecho de realizar las sustituciones que procedan.
Y TODO CUESTA
Las cotizaciones de artículos o servicios sacadas de resoluciones del Consejo General del INE muestran que la única forma de hacer campaña con poco dinero es la de que sea el mismo candidato el que vaya a tocar puertas y renuncie a más de la mitad de los actos masivos que se acostumbran, que es al menos uno por distrito y municipio, asambleas informativas, publicidad como camisetas, cachuchas, bardas, espectaculares y volantes.
“La legislación inadecuada, el financiamiento público que limita el gasto de los partidos y candidatos, impide que los gastos se transparenten y que todo mundo tenga que hacer algo de trampa y eso es problemático y si me lo pregfuntas, totalmente antidemocrático”, aseguró uno de los entrevistados
Los gastos sacados de una resolución del INE en la que sancionaba el exceso de gastos de campaña incluyen entre los principales, la contrataciones de sonido consistente en una consola, al menos un micrófono con base, dos bafles o cajas de bocinas, lonas, sillas, renta de salón, renta de mesas, renta de sillas, renta de manteles, alimentos, templetes, playera, cachuchas, banderas, pasacalles, vehículos, gasolinas,
Una sola reunión para 100 personas, con salón, mesas, sillas, manteles, sin templete, algún alimento barato como burritos o lonches, y con un equipo de sonido de poca potencia, costaría no menos de ocho mil pesos, sin contar el transporte del candidato y su equipo al lugar, pero si además se da algún folleto impreso, se regala algún objeto sencillo, el costo aumenta un mínimo de dos mil 500 pesos, y si ese tipo de reunión se replica en las principales secciones electorales, unas 200, solamente en esos se irían más de dos millones de pesos de los gastos de campaña.
Pagar solamente un apoyo para comida, gasolina para la gente que visite las más de dos mil secciones electorales que hay en la entidad, puede representar un gasto mínimo de 100 mil pesos día, multiplicado por al menos 60 días.
“Nada más el gasto de registrar a la gente que te ayuda ante los órganos electorales, darles un papel con el nombramiento y apoyarlos para los trasladados, suma mucho dinero en los días de campaña”
La mayoría de los entrevistados considera que los gatos reales si se cuentan encuestas, gasolinas, reuniones privadas, cenas, festejos como el Día del Niño, el Día de la Madre, el Día del Maestro, que quedan dentro de la etapa de campaña, a no menos de 100 pesos por asistente a cada una de esas reuniones, sobrepasa los gastos de campaña.
se agrega el alquiler de grupos musicales, se utiliza un equipo de comunicación social, un equipo de logística, fotografías para la publicad e incluso, los nunca confesados apoyos a la prensa, en los distritos urbanos una campaña para diputado sobrepasa los 30 millones de pesos.
Solamente una encuesta de las que rara vez se anotan en los gastos de campaña va de millón y medio a cinco millones, dependiendo de la cobertura y la empresa que la realice.
Fiscalización de gastos en duda
Difícil saber si los órganos electorales no tienen capacidad de fiscalización, se dan cuenta de la realidad y la fingen, o simplemente no parecen, lo son.
Un ejemplo es la campaña a Gobernador de Tamaulipas en 2004, hace años uno de los que estaban a cargo de las finanzas confesó que se habían gastado al menos 150 millones de pesos sólo en la campaña del PRI, sin contar las notas de prensa y los convenios, y que Acción Nacional estaba muy cerca de ese nivel, sin embargo el Instituto Electoral de Tamaulipas nunca vio ese gasto.
El 27 de Septiembre de 2005, la Comisión de Fiscalización del Instituto Estatal Electoral de Tamaulipas (Ieetam , en aquellos días) , anunció que el gasto conjunto de las campañas a
gobernador de Tamaulipas de los cuatro partidos que presentaron candidato, fue de tal solo 41.34 millones de pesos.
“Partidos políticos y coaliciones que participaron en las campañas electorales para Gobernador, Diputados y Ayuntamientos, no rebasaron los topes de campaña aprobados por el Consejo Estatal Electoral”, dice el dictamen.
El gasto reportado por los partidos y aprobado por el Instituto Electoral de Tamaulipas quedó incluso 14 millones por debajo del financiamiento público entregado a los partidos para todas las campañas, aseguró el Consejero Presidente del Instituto Electoral, en aquellos días.
Los montos reportados y avalados por el Instituto Electoral fueron de 32 millones 184 mil 170.80 para la campaña del PRI, siete millones 823 mil pesos para la del PAN, 943 mil 943 pesos para Coalición “Unidos por Tamaulipas” y 388 mil 43 pesos el Partido del Trabajo.