CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Un cerro mocho, rieles sepultados por el río, unas ruedas de tren oxidadas y viejos edificios convertidos en oficinas es todo lo que el tiempo heredó de la antigua Hacienda de Tamatán, la cual era referencia comercial y económica a inicios de 1900 en todo el Noreste del país.
La ex hacienda de “Tamatán”, fue propiedad del Gral. Manuel del Refugio González Flores, nativo de H. Matamoros, único tamaulipeco presidente de la República por elección de 1880-1888.
Juan Antonio Lugo Mancilla, cronista adjunto de Victoria, narra que por influencias políticas del ex presidente Tamatán fue la única concesión minera de aquel tiempo, por lo que consiguió importancia, no sólo estatal, sino también nacional debido a que enviaba piedra a estados como Nuevo León, Coahuila y Sonora.
De la hacienda se extraía roca tipo graba, la cual era distribuida en el norte del país como Nuevo León, Sonora inclusive a Coahuila, a pesar que en esas entidades tenían buena piedra proveniente de sus cerros.
“En esos tiempos sólo había una concesión y la tenía Manuel González Matecon”, por lo que todas las vías del norte de país utilizaron material extraído en Victoria.
La graba era utilizada, principalmente en la base que se ponía para afianzar los durmientes y el espacio entre ellos, debido a que en ese tiempo no existían carreteras.
La mina se localizaba en lo que actualmente se conoce como cerro mocho, el cual se fracturaba con explosiones de dinamita; después las grandes rocas eran enviadas a una trituradora que la deshacía hasta convertirla en graba.
La piedra era trasladada en trenes, ya que la pedrera tenía su sistema de rieles, para llevar vagones cargados el material a la estación de Victoria.
“El ferrocarril los llevaba desde la estación de Tamatán hasta Victoria y de ahí cargaban más hasta llevarla al norte del país”.
La pedrera operó más de 30 años, en los cuales se extrajeron millones de metros cúbicos de graba, los cuales provocaron a un gran accidente en 1922, el cual terminó por matar a habitantes y peones del lugar. “El material extraído taponeó el lecho del río San Marcos, un día se vino la corriente fuerte en la temporada de lluvia, la cual inundó parte de lo que ahora es la hacienda de Tamatán, por lo que costó muchas vidas”.
Negocio autosuficiente
La pedrera se ubicaba al margen derecho del río San Marcos, dentro de lo que era la Hacienda de Tamatán, la cual tenía más de 6 mil hectáreas.
La ex hacienda tenía mucha importancia en Victoria por ser un negocio autosuficiente, contaba con plantaciones de aguacate, limón, henequén, además ganadera y tenían todas comodidades como luz eléctrica, incluso antes que el resto de Victoria.
La subestación de la luz eléctrica de Tamatán estaba donde actualmente esta la Comisión Federal de Electricidad, y después Manuel González mantecón amplió la red para toda Victoria.
“En una fiesta a principio de 1900 inició la operación de la energía para Victoria, y remplazaron los candiles de aceite de la calle Hidalgo por farolas eléctricas”. Fue todo un acontecimiento social para Victoria.
Su propietarios, además fueron lo que dieron inicio en Victoria a los tranvías de tracción animal, los cuales prestaban el servicio desde el panteón del cero Morelos con trayectoria sobre el Camino Real (Calle Hidalgo) hasta la estación del ferrocarril.
Actualmente existen restos de rieles enterrados y ruedas oxidadas
Después de la revolución, la hacienda fue hipotecada a una familia Norteamericana y cuando llegó a la gobernatura el general Cesar López de Lara fue rescatada al pagar la hipoteca , por lo que ahí se edificio escuela rural de Tamatán.
el dato
Concesión terminó y nunca volvió a funcionar
Actualmente sólo quedan vestigios de lo que fue la pedrera “Hallamos algunas rieles de trenes que quedaron, incluso están en exhibición en los jardines de la ex Hacienda de Tamatán, pero el río tiene enterrado los rieles, las ruedas de ferrocarril”