Tamaulipas.- Se han cumplido siete meses del homicidio de la joven Lita y el presunto responsable, su primo Gustavo, sigue prófugo.
La familia Obispo Félix ha aportado pruebas a la carpeta de investigación 587/2017, radicada en el módulo uno la delegación sur de la PGJ. Los datos van desde fotografías hasta ubicaciones posibles del presunto asesino.
El 18 de septiembre de 2017, la enfermera Lita salió del trabajo en un laboratorio clínico, pasó a la clase diaria de baile y volvió a su casa para descansar. Al siguiente día le esperaba una jornada ardua, a partir de las 7 de la mañana.
Lita vivía con su hermano mayor Alejandro y la menor, Graciela. Los primeros hijos de la familia Obispo Félix trabajaban en Tampico y enviaban dinero a sus padres, originarios y residentes de San Luis Potosí.
La noche del 18, Graciela avisó que se quedaría a terminar un proyecto escolar en casa de una amiga. Alejandro tampoco regresaría por su trabajo en otro municipio. Lita les dijo por mensaje que Gustavo, su primo, dormiría esa noche en la casa porque a la mañana siguiente, temprano, viajaría a Xilitla, San Luis Potosí.
A la mañana siguiente el celular de Lita sonó, sonó y sonó.
La falta de respuesta inquietó al jefe de laboratorio clínico, acostumbrado a la responsabilidad de la enfermera. Llamó a la madrina de Lita para preguntarle. La mujer bajó, vio la puerta principal del departamento entreabierta, llamó a la joven, caminó al interior hasta encontrarla tirada en el piso de la sala.
La madrina habló al servicio médico. La ambulancia arribó a la casa, pero la joven había fallecido por estrangulamiento horas antes. Cerca del cuerpo hallaron un cordón. El reporte pericial y forense determinó que Lita murió a las 3 de la madrugada.
Además del asesinato la familia refirió al personal judicial el robo de dinero en efectivo, una televisión, dos cámaras, un DVD, una guitarra, el celular de la víctima y otros objetos.
Graciela accedió a hablar para Expreso. “Cuando vi los mensajes de mi madrina sentí que algo estaba mal. Llegué a nuestra casa, vi a policías alrededor y mi madrina lo único que me dijo fue: ‘lo siento mucho’. Yo entré en shock”, recuerda. Lo siguiente que dijo fue: ¿Dónde está Gustavo?.
Gustavo no estaba en casa cuando entró la madrina. La hermana menor contó a los policías que su primo había dormido esa noche. “Cuando me dijeron que no estaba, de inmediato sospeché que el había tenido algo que ver”, menciona.
Gustavo partió a Xilitla ese mismo martes. Por la mañana compró el boleto, subió al vehículo y llegó a casa de sus abuelos por la noche. Cuando entró por la puerta, ya en territorio potosino, la familia Félix ya sabía del asesinato de Lita.
“A toda la familia Félix se le comunicó lo que pasó y que pensábamos que él [Gustavo] había sido. Unos tíos fueron a Xilitla, llegaron el miércoles [un día después de los hechos], vieron a mis abuelos, les platicaron lo que pasó, que al parecer había sido Gustavo, y mi abuela dijo: ‘pero si Gustavo está aquí, él llegó el martes por la noche’”.
Un joven de carácter arisco, marcado por su situación familiar, así define Graciela a Gustavo. La familia reportó a la policía de que el sospechoso estaba en casa de sus abuelos en San Luis Potosí. El personal de justicia respondió que no podían detenerlo pues no había flagrancia, ni una orden de aprehensión.
Los tíos fotografiaron al joven ese mismo miércoles; esa imagen fue aportada como prueba de sus rasgos físicos.
La familia actuó normal ante Gustavo para no estropear la investigación y facilitar la detención. El jueves, el joven Guzmán huyó antes de que Lita fuera sepultada.
Empero, Gustavo dejó rastros. Después del entierro, Graciela y un tío se enteraron que el sospechoso del asesinato se había reunido con un amigo el día anterior. El amigo fue interrogado y dijo que Gustavo le entregó una mochila. En la bolsa estaban el DVD que robaron de la casa de los hermanos Obispo.
“Yo lo reconocí porque en la casa teníamos la caja de ese DVD. Gustavo también le dijo a ese muchacho que tenía una televisión escondida en otro lado. Ahí fue donde nos dimos cuenta que él la mató”, sostiene Graciela.
El DVD que Gustavo le dio a su amigo fue aportada como prueba circunstancial junto a otras evidencias. El juez estatal giró la orden de aprehensión demasiado tarde. Hace siete meses que huyó y no ha vuelto por Tamaulipas o San Luis Potosí.
Claves
El asesinato se dio el 18 de septiembre de 2017 en casa de la víctima, donde su familiar había pasado la noche antes de partir a Xilitla.
Un juez dictó la orden de aprehensión, pero demasiado tarde, varios días después del homicidio cuando Gustavo ya había notado que era sospechoso y había huido.




