Si el retiro de la carrera presidencial de Margarita Zavala no catapulta a Ricardo Anaya a un escenario de competencia real contra Andrés Manuel López Obrador, entonces sí, en una semana podríamos anticipar que el tabasqueño será sin duda el próximo presidente de México, duélale a quien le duela, espante a quien le tema y amargue al que lo odie.
Así es mis queridos boes, la renuncia de la esposa de Felipe Calderón inevitablemente tiene que venir acompañada de un reacomodo de fuerzas, aunque ayer haya dejado en claro que no declina a favor de nadie y tal vez ahí está la clave para entender hacia dónde trae beneficios su salida de la contienda.
Desde mi punto de vista, Margarita y su marido traían desde el berrinche de ambos con Anaya un acuerdo como muy claro con Enrique Peña Nieto y José Antonio ‘Ternurita’ Meade para evitar el crecimiento del panista.
No era un secreto que los ataques de Margarita, Javier Lozano que luego se descaró y se fue a la campaña de Meade, de Ernesto Cordero, de Roberto Gil Zuarth antes de que se fuera de la política y demás calderonistas eran secos y a matar contra Anaya y hablaban maravillas del priista.
Podría apostar que por ahí de mediados de junio, Margarita y los suyos tenían en el libreto declinar en favor de Meade, porque en el libreto también creo que estaba contemplado que para entonces ‘Ternurita’, con el apoyo de la PGR y Televisa y ELUNIVERSAL habrían golpeado tanto a Anaya que lo tendrían rezagado en el lejano tercer lugar.
Eso no ocurrió nunca, a pesar de la campaña en las portadas del periódico en comento, ni las apasionadas horas de notas editorializadas de la televisora, Anaya no solo no está en el tercer lugar, sino que tras los groseros embates judiciales y mediáticos, se fortaleció en el segundo sitio y dejó lejos muy lejos al ex titular de Hacienda.
Puedo apostar que los Calderón habiendo evaluado el papel que les tocaba jugar en el fallido plan del PRI-Meade y EPN se dieron cuenta que eran los que tras seguir el ‘script’ tendrían más que perder.
UNO: porque el dos, tres o cuatro por ciento que Margarita le pudiera sumar a Meade serviría para nada, aún con ese apoyo no hay forma de que salga del tercer lugar, DOS: porque habiéndose aliado con el gran perdedor de la contienda (el PRI y Meade) perderían la posibilidad de reagruparse en un grupo político tras la elección, ni cómo confirmar
un nuevo partido o regresar en el caso del ex presidente al PAN del que formalmente no se ha ido.
Y TRES, porque seguramente usando la lógica entienden que la posibilidad de la ‘gloria’ con Meade está descartada y que si bien con Anaya no sería el paraíso, pero con AMLO podría esperarles el infierno.
Por eso creo que ayer Margarita fue muy clara “no declino a favor de nadie” y dejó en libertad a quienes la seguían para que decidan a quien apoyar.
Ahí está el detalle, Margarita deja libres a los panistas que la seguían para que regresen a su partido, ella sabe que los panistas están muy acostumbrados al uso del voto útil, porque con ese voto su marido Felipe Calderón logró ser presidente, porque el propio ex presidente y ella como primera dama debieron operar ese mismo voto útil en favor de Peña Nieto.
Por eso Margarita, al no señalar a sus seguidores hacia donde jalar, de facto les está indicando que es la hora del voto útil y sus máximo 4 puntos ahora solo le sirven a Anaya, del que además en los últimos días había moderado sus críticas y éste una y otra vez le coqueteaba.
Los Calderón, más aún, no iban a irse nunca a MORENA, porque si sería el colmo de las incongruencias de unos y otros, luego de que AMLO nunca lo bajó de ‘espurio’, ladrón y demás linduras.
En conclusión, la salida de Margarita tendría que levantar unos cuantos puntos la campaña de Anaya, creo además que bajará algunos puntos el rango de los indecisos que pienso muchos son panistas que quedaron en medio del pleito entre la ex primera dama y el candidato azul y ya sin ella también podrían decidirse por el ‘joven maravilla’ lo que le daría más puntos extra.
Si juntamos todo eso, más el hecho de que este domingo es el segundo debate y si en este Anaya vuelve a zarandear al Peje, no nos extrañe que antes del fin de mes, la contienda esté bien cerrada entre el primero y el segundo.
Y repito, si esto no ocurre en los próximos diez días, nada ni nadie va a impedir que López Obrador gobierne a este país.
Por cierto, también creo que en los Estados como Tamaulipas donde hay gobiernos azules, la salida de Margarita favorecerá a los candidatos panistas, porque me late que es el regreso de muchos militantes albiazules que se habían inclinado por ella en el pleito fraterno.
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