18 abril, 2025

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Portes Gil: el todopoderoso impulsor del PRI

Con su ascenso Político Emilio Portes Gil, se convirtió en hombre con poder, fue el segundo tamaulipeco en llegar a la Presidencia, donde marcó el inicio del Maximato, y dio vida a lo que hoy es el PRI

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El 26 de junio de 1927, el general Álvaro Obregón realizó un manifiesto a la nación en el que declaraba el abandono de su retiro político y su intención de presentarse a la reelección. Para impulsar su candidatura propuso avances en la reforma agraria, alentar la industrialización, la inversión extranjera y las medidas proteccionistas. La campaña del general fue coordinada por el Centro Director Obregonista, entre sus miembros se encontraban el Partido Nacional Agrarista, el Partido Laborista Mexicano y múltiples organizaciones civiles.

Como adversarios se presentaron el general Arnulfo R. Gómez, quien fue propuesto por el Partido Nacional Antirreeleccionista, y el general Francisco R. Serrano, gobernador del Distrito Federal, quien renunció a su puesto para ser el candidato del Partido Nacional Revolucionario. Tanto Gómez como Serrano eran antiguos aliados de Obregón y habían servido bajo sus órdenes en el ejército constitucionalista. Ambos candidatos basaron sus campañas en las posturas antiobregonistas y antirreeleccionistas. Ya desde este año se habían llevado a cabo varios atentados en contra del general, algunos orquestados por grupos religiosos y otros planeados por rivales políticos.

La creciente crítica de los otros candidatos a Obregón y a quienes permitieron que la reelección presidencial fuese legal causó que la autoridad los acusara de incitar una rebelión antigubernamental, de planear el asesinato del candidato del partido laborista y del presidente de la república. Serrano fue apresado en Cuernavaca y asesinado en Huitzilac, Morelos, el 3 de octubre; mientras que Gómez fue fusilado en Coatepec, Veracruz, el 4 de noviembre de 1927. Obregón quiso continuar con su campaña incluso después de convertirse en el único candidato a la presidencia y a pesar del ambiente adverso que se presentaba en México por las múltiples crisis políticas.

Las elecciones presidenciales se celebraron el 1 de julio de 1928. Al ser Obregón el único candidato su victoria —con 1, 670,453 votos— era de esperar. Se especulaba que entre sus primeras acciones como presidente estaría el acabar con el conflicto cristero. 

El martes 17 de julio, tercer día de la estadía de Obregón en la Ciudad de México, se encargó de varios asuntos a lo largo de la mañana. Ese día tenía una cita con Plutarco Elías Calles al mediodía y una invitación para comer con varios diputados federales de Guanajuato a la una de la tarde. Su secretario, Enrique Torreblanca, le pidió a su hermano Fernando, que trabajaba como secretario del presidente, que reagendara la reunión del general con Calles para después de la comida, pues este no podía cancelar su compromiso con los diputados por la insistencia de estos en que asistiera. La comida se llevó a cabo en el restaurante La Bombilla, ubicado en el barrio de San Ángel, propiedad del empresario español Emilio Cazado. El general se sentó al centro de la mesa de honor; a su derecha estaban el diputado Federico Medrano, jefe de la Confederación de Partidos Revolucionarios Socialistas de Guanajuato; Jesús Guzmán Vaca, presidente de la corte y Arturo H. Orcí. Mientras la orquesta de Esparza Oteo estaba tocando El limoncito, la
pieza favorita de Obregón: 14:20 de la tarde, León Toral se acercó a él y con su mano izquierda le acercó el cuaderno para que viera un dibujo que le había hecho. El general
observó la caricatura y empezó a reír. En ese momento Toral sacó su pistola con la mano derecha y realizó seis disparos en su contra, falleciendo en el acto.

La tarde del asesinato, un grupo de obregonistas cercanos al presidente electo decidieron crear una comisión y presentarse ante el presidente Plutarco Elías Calles esa noche.

Entre los miembros se encontraban Aarón Sáenz, Emilio Portes Gil, Luis L. León, Arturo H. Orcí, Francisco Manzo y el general Antonio Ríos Zertuche. La comisión manifestó sus dudas sobre la investigación, entre ellas, que fuera dirigida por el general Roberto Cruz, pues anteriormente había sido adversario de Obregón, a lo que Calles respondió nombrando al general Zertuche como encargado de las pesquisas.

Para el final de su gobierno, el poder político de Calles era débil, pues el peso de los obregonistas era superior al suyo y su presidencia estaba manchada por la represión religiosa y el estallido de la guerra cristera. La muerte de Obregón generó desconfianza entre los grupos políticos. El segmento obregonista acusaba al grupo cromista, liderado por Luis N. Morones, de ser el autor del magnicidio. La presión pública y política desencadenó la renuncia de varios cromistas del gobierno: Morones renunció a ser secretario de industria, comercio y trabajo y José López Cortés al Consejo municipal de la Ciudad de México. Igualmente la crisis política causó que Emilio Portes Gil pasara de ser gobernador de Tamaulipas a ser secretario de gobernación. Luis L. León se convirtió en secretario de agricultura y Puig Casauranc en secretario de industria, comercio y
trabajo.

La ausencia de un presidente electo originó la aparición de un grupo promotor de la idea de que Calles debía usar con carácter retroactivo la reforma constitucional de 1926 y hacer que su gobierno durase seis años, en lugar de los cuatro años originales. Contrario a este grupo estaban los obregonistas, que aprovecharon su influencia política y amenazaron con expulsar a Calles de la presidencia por la fuerza en caso de que aceptara la extensión de su mandato. Finalmente, el congreso eligió a Emilio Portes Gil como presidente interino. Su elección se debió a la posición favorable de los dos principales bandos políticos implicados en conflicto: Los obregonistas lo apoyaron por ser miembro de su grupo, y los cromistas lo secundaron considerando las reformas agrarias que previamente había implementado en Tamaulipas mientras era gobernador del estado. A su elección solo se negaron Antonio Díaz Soto y Gama, y Aurelio Manrique. Igualmente se estableció que las nuevas elecciones para presidente constitucional serían el 20 de noviembre de 1929.

El gobierno interino de Portes Gil inició el 1 de diciembre de 1928, fecha en que debía comenzar el segundo mandato de Álvaro Obregón. El principio de su gobierno marcó el inicio del periodo histórico nacional conocido como Maximato.

Los principales aspectos de su política, eran similares a la de sus antecesores: la reconstrucción económica, encaminada a modernizar el país, y convertirlo en una nación capitalista, establecer definitivamente la hegemonía del Estado sobre toda la sociedad para administrar los beneficios económicos, pretendía hacer efectivos los postulados de la constitución y el pacto social contenido en los artículos 27 y 123.

Emilio Portes Gil conocía el poder del Jefe Máximo pero tenía un cierto ascendiente sobre él, por lo que no se resignó a ser el simple ejecutor de la política ajena. Favoreció el reparto de la tierra; aprovechó que Calles estuviera ocupado en consolidar su poder con miras a la sucesión y repartió cerca de 2 millones de hectáreas que beneficiaron a muchos campesinos, y fortaleció las organizaciones campesinas.

En diciembre de 1928, se da el primer paso para la conformación del Partido Nacional Revolucionario. Con la publicación del “Manifiesto de la Nación” se invitaba a todas las organizaciones, partidos y agrupaciones políticas a unirse al Partido para posteriormente convocar a una Convención Nacional para que los representantes de las organizaciones miembro discutieran los estatutos, el programa de principios, la designación de un candidato a la presidencia de la república, así como el nombramiento de las personas que formarían el Comité Director del Partido. El Comité Organizador que realizaría las tareas antes mencionadas estaba constituido por: Plutarco Elías Calles, Aarón Sáenz, y Luis L. León entre otros, las funciones como organizadores estaban estipuladas en el manifiesto del 12 de diciembre. 

El problema más grande durante el gobierno del tamaulipeco, fue la cruenta guerra cristera que se vivió en el occidente del país. Tras la muerte de Obregón se habían cortado
las negociaciones que se mantuvieron para lograr el fin de la guerra. Un año después, en 1929, Portes Gil llegó a un acuerdo con la Santa Sede para concluir el conflicto,
recurriendo al embajador estadounidense Dwight Morrow para que intercediera entre las partes.

marvin-huerta@hotmail.com

EL DATO

El día de su protesta dijo:
“Las condiciones en que fui designado para ocupar la Presidencia de la República, y muy principalmente las condiciones en que habrá de desarrollarse el interinato, me obligan a meditar sobre la grave responsabilidad que pesa sobre el Gobierno que me tocará presidir, y me sugieren la conveniencia de aprovechar esta ocasión, cuya solemnidad a nadie puede escapársele, para externar conceptos que precisen mi más íntimo sentir, en lo que respecta a la obra que me propongo desarrollar en la primera Magistratura de la Nación.

Pero antes quiero consignar que, si rompo con la tradición del ceremonial establecido para la protesta, no es por vanidoso y mezquino afán de singularizarme, sino porque pienso
y creo, de la manera más absoluta, que el interinato que a mí me toca desempeñar se aparta diametralmente de todos los anteriores y amerita que se analice, ante la Nación entera, para que todos y cada uno de los ciudadanos puedan formarse juicio exacto de una situación, cuyo conocimiento no puede ser privilegio del reducido grupo de personas que deban colaborar en mi administración”.


Cuerudos tamaulipecos que visitaron al Presidente


Rumbo a su Toma de Protesta


Emilio Portes Gil fue el segundo tamaulipeco en ser presidente


Así lucía el Estadio Nacional, en su toma de posesión


Emilio Portes Gil y su esposa Carmen García


Portes Gil, en la playa

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