Casi consumada la inminente victoria de Andrés Manuel López Obrador, en las urnas el 1 de julio, tendríamos todos que estar pensando en el México del día después, prever que ‘el tigre’ esté amarrado y que las instituciones garanticen una transición pacífica, entre los nuevos y los gobernantes que se irán, pero sobre todo, una transición en paz entre los mexicanos de a pie.
Así es, mis queridos boes, me refiero a que la entrega de poderes se dé sin contratiempos, sin cortapisas y que en las calles las heridas de la batalla entre los seguidores del que va a llegar y quienes no comulgan con sus ideas, comiencen un periodo de cicatrización.
Hoy, en este país, al calor de las campañas, hay grupos políticos, afiliados en su mayoría al partido del puntero en las encuestas, que ha cerrado calles violentamente, que ha provocado saqueos y que hacen de la más mínima movilización, el pretexto para enfrentarse con la policía.
Ojo, no estoy hablando de todos los simpatizantes de AMLO, para nada, enlisto sí, a los maestros de la CNTE, que desde hace semanas tienen tomadas varias arterias de la CDMX y, al menos seis estados, exigiendo la derogación de todas las reformas estructurales.
Me refiero a esos grupos, como los de la Sección 22, que han quebrado a Oaxaca, que han tomado casetas de peaje para dejar cruzar libremente a los automovilistas, cometiendo con ello varios delitos.
Me refiero a los grupos de veleidosos, que en el centro y en el sur, han asaltado gasolineras y robado combatible.
Me refiero a los grupos de anarquistas que en la CDMX, cada que salen a marchar, destruyen lo que a su paso encuentran.
Insisto, hay en el enorme grupo de seguidores de López Obrador, una mayoría de gente de bien, pero los que no son, a los que el tabasqueño tendría que tener en la mira, porque al fragor de la campaña rumbo a Los Pinos, muchos de esos han entendido que esta es una lucha de clases, entre los pobres (ellos) y los ricos, a quienes hay en el ánimo, peligros de cobrar las afrentas que piensan les han proferido.
Ese es el peligro de esos grupúsculos, que han malentendido el objetivo de la campaña del candidato de MORENA.
Me da la impresión que hay los que piensan que una vez que gane el Peje, iniciará la revancha contra los potentados y, en ese mal entendido, estriba el peligro del día después.
Porque esos grupos ya han dado muestras de que están preparados para saqueos de tiendas, como ya ocurrió hace casi dos años, cuando el detonante fueron los gasolinazos. Varios supermercados fueron saqueados y tiendas especializadas, lo mismo.
Si recuerdan, casi no hubo detenidos y eso que la mayoría de los desmanes se dieron en el Estado de México y la CDMX.
Ojalá que esos grupos no vayan a agriarle la fiesta por su elección a AMLO y, quieran tomar como botín de guerra, las grandes Súper tiendas, no vayan a querer irse al barrio de Las Lomas en Polanco a atacar las ‘haciendas’ modernas, para tomar lo que los burgueses, los ‘fifís’, disfrutan inmerecidamente.
Evitar que esas cosas sucedan, es el reto de AMLO, porque si ocurre además, de que sentará un pésimo precedente, dará la razón a quienes lo señalan como protector de los toma calles violentos.
Pero el reto, no sólo es para López Obrador, si bien en él recae más la responsabilidad, lo es también del resto de los contendientes, quienes ante la inminente derrota tendrían que adoptar la personalidad de hombres de estado y coadyuvar a garantizar la paz y la estabilidad del país.
No se valdría que de pronto, los del PRI o los del PAN, soltaran sus propios tigres para intentar descalificar al nuevo gobierno, enrareciendo el ya de por sí, raro ambiente nacional.
Una revuelta en el México post electoral, sería catastrófica por varias razones: la economía está sostenida por alfileres, luego de la guerra comercial en la que estamos inmersos con Estados Unidos.
Nuestra moneda es más frágil que una mariposa en medio de un huracán, hoy el dólar araña los 21 pesos y cualquier incidente interno, nos costaría muy caro. Y tercero, los grandes capitales están esperando sólo cualquier pretexto para irse del país y, eso significaría, la pérdida de cientos de miles de empleos.
Por eso AMLO, Anaya y Meade, tienen la enorme responsabilidad de mantener, cuando menos el clima social cómo está, y garantizar una transición sin sobresaltos.
¿Cómo convencer a los anarquistas, a la CNTE y a otros grupúsculos, que con la victoria no llegará el momento de la venganza que parecen esperar?, esa es tarea de todos, pero principalmente, del que se supone será el ganador?.
La Capilla Sixtina…
La réplica de la obra de Miguel Ángel Bounarroti, se exhibe en Reynosa, esta obra fue realizada con 2 millones 700 mil fotografías, de tres centímetros cada una, mediante un proyecto en el que participaron especialistas del Instituto Politécnico y de la UNAM y, que hoy el gobierno del estado, la exhibe en Reynosa.
La exposición de la Capilla, cuya original está en la sede Vaticana, fue inaugurada por el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca y se espera la visita de miles de tamaulipecos y turistas, durante el mes en que estará expuesta en esa frontera.
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