Si bien es cierto que en Tamaulipas los vientos de cambio cambiaron la geografía política del estado, del reciente proceso surgen ingredientes novedosos: en las elecciones presidenciales ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR ganó con casi 800 mil votos, y MORENA en el recuento definitivo se llevó 6 de 9 diputaciones federales. La moneda está todavía en el aire en el caso de la disputa por la senaduría aunque ayer todo indicaba que el recuento de los votos beneficia DR. AMÉRICO VILLARREAL ANAYA.
De hecho el mismo PAN dejo entrever ayer su desacuerdo con el cómputo final que terminó beneficiando a Américo al acreditarle la senaduría de mayoría.
El viernes se circuló un video donde el polémico DR. RICARDO MONREAL habla de irregularidades en el proceso y culpa al IETAM de mantener una actitud parcial en las elecciones municipales. Lo interesante en todo caso es que en estas elecciones se sienta un precedente porque desde 1988 no se realizaba un recuento de los votos en el 70% de las casillas.
A pesar de lo que pudiera creerse los MORENISTAS no aceptan treguas ni están dispuestos a ninguna concertación, van por todo y van a pelear sus supuestos triunfos en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a diferencia del PRI que no termina de sufrir, sin encontrar remedio para sus males que son muchos y gravísimos.
MORENA tiene mucho potencial para crecer o para derrumbarse porque a pesar del triunfo ahora tendrá que cohesionarse y definitivamente, la elección del Congreso Local en el 2019, será una elección fría, una lucha sin cuartel que en Tamaulipas apenas inicia. La próxima elección será una lucha muy diferente a la que antecede, debido a que la votación ya sin el ingrediente López Obrador será una guerra de estructuras y la capacidad y habilidad para manejarlas la ha ido consolidando el PAN que por lo se vio el Primero de Julio ya la tiene lista y armada para la batalla, Morena tendrá 4 meses para buscar cuadros competitivos y articular sus estructuras políticas. No descartemos en ese sentido una alianza tacita con el priismo, la única organización con la que guarda algo así como un parentesco consanguíneo.
ALTO NIVEL
En el Comité Directivo Estatal del PRI las cosas están ardiendo las cosas pues en radio pasillo comentan que supuestamente la mayoría de los trabajadores, militantes y ex candidatos culpan al actual dirigente SERGIO GUAJARDO MALDONADO de haberse quedado con los recursos destinados a la operación política que hicieran que los candidatos de este partido perdieran hasta sus casillas, y lo que es peor, se rumora que el aún dirigente no quiere dejar la Presidencia porque quiere como bono de salida una diputación
plurinominal en la elección de 2019.
En el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, tampoco cantan mal las rancheras ya que está la lucha de los gobernadores por apoderarse de lo que queda del PRI, donde todo parece indicar que MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG y CLAUDIA RUIZ MASSIEU finalmente se saldrán con la suya y manejarán las riendas del priismo en la nación.
En el PAN se anticipan tironeos entre los gobernadores y otros cuadros dirigentes y el actual líder y excandidato presidencial Ricardo Anaya. Durante la elección lo apoyaron pero ahora objetan sus intentos por permanecer al frente del Partido porque consideran que hay que abrir las puertas a alguien que unifique al panismo y garantice un tránsito en paz y sin sobresaltos durante la nueva etapa que empieza a vivir el país. Todo indica que Anaya tendrá que optar por un discreto retiro en espera de mejores tiempos.