CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Tamaulipas vive una larga agonía que comenzó en julio de 2016, cuando perdió el poder estatal, y parece llegar a la última etapa con los resultados de las elecciones del pasado 1 de julio. El golpe es tan duro que la hegemonía priista se redujo a 6 municipios tamaulipecos después de mandar en los 43 ayuntamientos.
A partir del uno de octubre los priistas gobernarán apenas a cerca de 61 mil tamaulipecas y tamaulipecos, en municipios que en conjunto apenas reúnen algo así como 388 millones 994 mil 952 pesos de presupuesto anual.
El otro brazo operativo que a pesar de los pesares mantiene el PRI son los once diputados locales en el Congreso de Tamaulipas. Liderados por el exalcalde de Ciudad Victoria, Alejandro Etienne, tratarían de impulsar una posible resurrección desde el Poder Legislativo, de cara a la elección del próximo año donde tendrán otra prueba de fuego, que los podría hundir todavía más.
La militancia priista está mermada a raíz de la derrota de hace dos años. La violencia imparable en sexenios priistas, los actos de corrupción y los excesos del poder fueron el caldo del cultivo que dieron origen al ‘big bang’ político estatal.
A eso, se suma la evidente falta de liderazgos que puedan poner de acuerdo a los distintos grupos para intentar un renacimiento político.
Aún peor, enfrenta una carencia absoluta de cuadros jóvenes que puedan pensar en competir en las próximas elecciones, empezando por las legislativas del próximo año.
Sin guía y sin presupuesto, los sectores Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), Confederación de Trabajadores Mexicanos (CTM), Confederación Nacional Campesina (CNC), Fundación Colosio, Confederación Revolucionario de Obreros y Campesinos (CROC) están hechos añicos.
Los cuadro renovados, como la Red Jóvenes x México, el Organismo Nacional de Mujeres Priistas (Onmpri) y el Instituto de Formación Política “Jesús Reyes Heroles”, no han podido preparar y lanzar a candidatas y candidatos que den un nuevo aire al priismo tamaulipeco.
PRI y aliados pierden acceso al presupuesto
La desaparición del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sus aliados de los partidos Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (PNA) en Tamaulipas no solo se puede medir en términos políticos, su significado trasciende a la cantidad de dinero público que dejará de ejercer a través de los municipios y las delegaciones federales.
Las derrotas a nivel municipal y federal provocarán que las y los priistas tamaulipecos pierdan una bolsa aproximada de 6 mil 658 millones 247 mil 361 pesos con 22 centavos.
Este monto es el que las delegaciones, y los ayuntamientos controlaron en 2018, último año que tendrán el manejo de los fondos económicos, de donde -se sabe- salían los recursos para mantener a una estructura tan grande como la priísta, que incluye el mantenimiento de decenas de inmuebles en el estado.
La debacle del PRI estatal se dio en dos episodios. El primero ocurrió en julio de 2016, cuando el Partido Acción Nacional (PAN) ganó los Poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y 24 ayuntamientos. Los tricolores quedaron reducidos a 16 alcaldías, las destacadas fueron Tampico, Matamoros, Ciudad Victoria y Río Bravo. A través de los 16 municipios, los priistas accedieron a 4 mil 473 millones 80 mil 740 pesos con 52 centavos, sin embargo poco les sirvió.
El segundo episodio del fin priista se vivió el pasado domingo 1 de julio. De los cientos de aspirantes priistas al Senado, Cámara de Diputados y ayuntamiento solamente seis ganaron. El mal humor social detonado por la corrupción de la cúpula nacional priista y la impunidad fueron efectos imparables que beneficiaron al partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
De los 16 ayuntamientos, el PRI perdió Aldama, Camargo, Cruillas, Jiménez, Matamoros, Miquihuana, Nuevo Morelos, Ocampo, Palmillas, Río Bravo, Tampico, Valle Hermoso y Victoria. Estas derrotas representan el adiós de por lo menos 4 mil 330 millones 974 mil 460 pesos con 52 centavos.
Las y los sobrevivientes tricolores son Yesika Yanet Selvera Garza, en Abasolo; Maricela Rodríguez González, en Bustamante; Sandra Verónica Benavides Castellanos, en San Nicolás; Iracema Albeza Peña Ramírez, en Guerrera; Servando López Moreno, en Miguel Alemán; y Francisco López Villafranca, en San Carlos.
Los seis ayuntamientos que a partir del uno de octubre de 2018 manejará el PRI ejercen al año una bolsa total estimada en, por lo menos, 388 millones 994 mil 952 pesos; esto corresponde al 8.6 por ciento del monto total de los presupuestos de los ayuntamientos priistas actuales.
Adiós presupuesto federal
La otra pérdida para la clase priista estatal se encuentra en los cientos de cargos y millones de pesos que dejarán de ejercer en las delegaciones del gobierno federal. En
2018, la Federación asignó 2 mil 151 millones 208 mil 531 pesos a las 11 representaciones; el alza general es de 2.8 puntos porcentuales en comparación con el año pasado.
Expreso informó que en la víspera electoral, el gobierno federal aumentó los presupuestos, los beneficiarios y los apoyos durante el primer trimestre de 2018, en comparación con el mismo periodo del año pasado en Tamaulipas. Las delegaciones recibieron 154 millones 66 mil 14 pesos más para el ejercicio actual que en 2017.
A las secretarías de Salud (SS), Comunicaciones y Transportes (SCT), Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca (Sagarpa), Desarrollo Social (Sedesol) y Trabajo y Previsión Social (STPS) les asignaron los incrementos mayores. Los recursos destinados a la Salud fueron concentrados en el Hospital Regional de Alta Especialidad de Ciudad Victoria “Bicentenario 2010”.
Para la Sedesol se destinaron 105 millones 341 mil pesos, de acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados. En Tamaulipas, la dependencia reportó un millón 700 mil 974 personas beneficiarias de programas sociales en territorio tamaulipeco en 2018. Dichas personas son consideradas posibles víctimas del clientelismo por organizaciones civiles como Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
En Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo, Victoria, Altamira y Tampico vive el 61.53 por ciento de los beneficiarios de Sedesol. Solamente en la capital de la entidad operan 23 programas, en la mayoría funcionan mínimo 8 y máximo 21 programas sociales del gobierno federal en 2018. Cabe mencionar que en ninguno de los municipios citados triunfó el PRI.
Los delegados que actualmente trabajan no solo son de extracción priista. El 1 de diciembre o antes muy posiblemente dejarán su cargo: César Jiménez Llanos, del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen); Luis Eduardo Vega Cambero, del Instituto Nacional de Migración (INM); Abelardo Saldívar, de Comisión Nacional Forestal (Conafor); David Barragán, de Profeco.
Igualmente, Dora Cecilia García Loera, de la Secretaría de Gobernación (SeGob); Jesús González Macías, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); Aureliano Salinas Peña, de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa); William Knight Corripio Bonifacio, de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT); y Jorge Cuéllar Montoya, de la Secretaria de Economía (SE).
El pastel que se acaba
2,151 mdp
manejan al año las delegaciones federales
4,330 mdp
ejercen al año los ayuntamientos que perdió
La rebanada que le queda
Abasolo – 51 millones 750 mil pesos
Bustamante – 52 millones 214 mil 480 pesos
Guerrero – 37 millones 798 mil 300 pesos
Miguel Alemán – 150 millones 832 mil 500 pesos
San Carlos – 58 millones 257 mil 872 pesos
San Nicolás – 38 millones 141 mil 800 pesos
388 millones 994 mil 952 pesos
La herida más profunda del PRI se llama Atlacomulco
Atlacomulco (México).- “¿Qué hacemos con lo que queda del partido?”, se pregunta Manuel González, delegado del PRI en el municipio de Atlacomulco. Esta ciudad de casi 80.000 habitantes en el Estado de México era hasta el domingo el bastión del priismo mexicano por definición: cuna de cinco exgobernadores —uno de ellos el presidente Enrique Peña Nieto— y con funcionarios públicos del PRI en todos los niveles del Gobierno desde 1929. Pero el 1 de julio de 2018 todo cambió súbitamente. Sus habitantes decidieron dar un giro de 180 grados y votaron en cascada por los candidatos de Morena. Esta es la herida más profunda del PRI. Además de perder la presidencia y una importante influencia en el Congreso, el partido más antiguo de México no pudo conservar ni el liderazgo en sus raíces.
La sede municipal del PRI en Atlacomulco está casi desierta. La derrota fue rampante e inesperada. Ninguno de los candidatos a algún cargo público —diputados, senadores, presidente municipal— ganó en los comicios. El PRI obtuvo 14.200 votos para el Ayuntamiento pero Morena, en coalición con el PT y el PES, le ha superado con 23.500 sufragios.
Si acaso el partido conseguirá que dos de sus representantes se cuelen como concejales en el nuevo cabildo municipal. “Me siento enojada, frustrada y triste”, comenta una
trabajadora del partido a sus compañeras. En el edificio de dos plantas solo se escuchan los ecos de los empleados. “Es un resultado para nosotros doloroso, inesperado y que nos obliga a encontrar las razones a las que hemos llegado a un estado en el que ya no somos depositarios del voto de la gente”, reflexiona González.
Apenas hace un año Atlacomulco votaba sin titubeos por el PRI y sus habitantes respaldaron a Alfredo del Mazo en su carrera a la gubernatura. ¿Qué pasó en los últimos 12 meses para que la mayoría se volviera en contra del partido? “Hemos dejado de abanderar muchas causas sociales y populares, nos volvimos un partido corporativo. No hemos podido cumplir a cabalidad los grandes reclamos del pueblo mexicano”, reconoce el delegado González. Los servicios locales administrados por el Ayuntamiento comenzaron a fallar y la presencia de Morena se hizo más intensa en la periferia de la ciudad, donde históricamente el PRI había tenido un respaldo incondicional.
En el centro de Atlacomulco se instaló el domingo una casilla y quedaron durante varios días las hojas con el recuento de los votos. Un grupo de mujeres analizan los datos mientras hacen la fila para entrar al banco. La información es contundente: Morena y su coalición obtuvieron casi el doble de votos que el PRI. “Aquí todos éramos priistas y no le hacíamos caso a nadie más, pero empezamos a ver que ya no nos escuchaban, además a la gente ya no le alcanza el dinero y nadie les ayuda”, apunta Odilón de Jesús, habitante del municipio. La casilla del centro de Atlacomulco es una radiografía de lo que pasó: Morena ganó en todas las categorías y con un resultado en cadena, es decir, que el mismo número de votos ganados para Andrés Manuel López Obrador son los que también obtuvieron los aspirantes de Morena a otros cargos públicos, el llamado efecto AMLO. En el Estado de México, el PRI solo pudo conservar 23 de 125 ayuntamientos, mientras que Morena aterrizó en 48 municipios.
Con información de El País