En la parafernalia del priismo tamaulipeco hay figuras que se mueven en el sigilo, sin correr el riesgo de sufrir los embates que acarrea actuar a cielo abierto, pero decididos a capitalizar las ganancias que aun puedan arrancar de los despojos de su Partido.
Lo que buscan o pretenden estos cautelosos personajes es alinear en su favor la maltrecha maquinaria priista por si la casualidad, la divina providencia o algún tsunami cambian el rumbo político de Tamaulipas. ¿A que le tiran o a que le apuestan?
1.- La intención inicial es capitalizar el negocio de las diputaciones locales plurinominales que estarán en juego en los comicios del 2019. Lo que caiga es bueno.
2.- Será lucrativo también negociar la condición de partido bisagra que tendría el priismo en una votación reñida entre el PAN y Morena. Y definir con quien jugar dependería de una sola cosa: el monto de las ganancias.
3.- En una posibilidad lejana pero que no descartan, está su esperanza de que el panismo se debilite y Morena resulte flor de un día. Entonces, creen ellos, podrían reactivar sus proyectos políticos personales, lo que realmente suena mas a sueño guajiro.
Por esos tres motivos y algunos mas que dejamos en el tintero, dos personajes están muy pendientes e interesados en tomar por asalto lo que queda del PRI-Tamaulipas: El titular de Sagarpa y fallido candidato a gobernador Baltazar Hinojosa y la intrigosa Mercedes del Carmen Guillen.
Balta sangra todavía por la herida y sueña con regresar por la revancha, por eso veta, cuestiona y descalifica a quienes no son de su agrado como para alcanzar el liderazgo estatal tricolor.
Paloma o Mercedes tiene su candidato favorito, aunque no ha logrado meterlo totalmente en el ánimo de su vieja amiga Claudia Ruiz Massieu. Sin embargo si ha podido romper los sueños color de rosa de varios aspirantes al liderazgo priista.
Ella, Baltazar y Egidio Torre, este ultimo desde su finca en San Pedro Garza García, cada uno por su lado, fueron acabando con los escasos aspirantes.
La primera víctima fue Yalhel Abdala, a quien eliminaron cuando Claudia les consultó sobre la conveniencia de meterla en lugar de Guajardo. La misma Yalhel puso tantas condiciones que finalmente facilitó la tarea de borrarla del mapa a sus detractores.
Miguel Osorio Chong maniobró para ungir líder a su cuate y asociado Cesar García, todavía delegado de SCT en San Luis, pero cuando parecían tener todo bajo control, apareció Baltazar y desbarató sus planes.
Los motivos de Balta son muy personales: culpa a Osorio y a su pandilla de haber propiciado su derrota electoral y la entrega de Tamaulipas al PAN. Ademas, dicen, César sirve a los intereses del régimen actual.
Otro prospecto, Oscar Almaraz, tan pronto entregó la alcaldía fue a reunirse con Ruiz Massieu pero le reprocharon cierto olor a azufre y le dijeron que no.
Ya convencido de que no podría ser el sucesor de Guajardo, aceptó la delegación del PRI en Baja California, un Estado donde podrá demostrar que tan trinchón es como
operador porque su misión consiste en sacar a su partido del tercer lugar donde se encuentra refundido… y luego hacerlo ganar.
Así las cosas, el único aspirante que se ve en pie es Enrique Cárdenas González, y si no han intentado acabarlo es por que sigue en la nómina de la Secretaría de Gobernación… aunque todo indica se quedará con las ganas y Sergio Guajardo seguirá al frente, que al fin y al cabo su papel apenas tiene el rango de sepulturero y esa chamba la sabe cumplir con puntual eficiencia.
Egidio, Balta y Paloma, por lo que se ve, tienen la última palabra.