18 abril, 2025

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Escuadrón 201: Desde Victoria al frente de Guerra

El Escuadrón 201 ha sido el único contingente armado en la historia de México que ha combatido en el extranjero; luego de su labor heroica en la guerra, volvieron al país vía Nuevo Laredo donde el pueblo tamaulipeco los vitoreó

Antes del comienzo de la guerra, el gobierno mexicano mostró desaprobación por las naciones fascistas en distintas ocasiones. El 1 de septiembre de 1939, Alemania inició la invasión de Polonia y comenzó la Segunda Guerra Mundial. El 4 de septiembre, el presidente Lázaro Cárdenas, fiel a la política pacifista mexicana, declaró la neutralidad en el conflicto europeo.

Al tomar posesión Manuel Ávila Camacho, la neutralidad se mostraba menos firme. Tras las invasiones de Grecia y Yugoslavia, el nuevo presidente declaró:

“Una vez más, los ejércitos alemanes han invadido por la fuerza el territorio de un país neutral. (…) Para quienes siguen pensando que la neutralidad es garantía de paz y de salvación, el caso de estas dos naciones, pequeñas por su territorio, pero grandes por su sentido de la dignidad y por su generoso amor a la independencia, debe servir de ejemplo y también de estímulo”.

En abril de 1941, el gobierno de Camacho ordenó la incautación de los barcos alemanes e italianos en puertos nacionales –entre los buques incautados estaban algunos que serían torpedeados en los siguientes meses–. Se hizo evidente que el gobierno de Ávila Camacho sostenía una «neutralidad simulada

México vendía petróleo a varios países siendo su principal cliente Estados Unidos y sus buquetanques navegaban por el Golfo de México. Este comercio naturalmente no convenía a las potencias del Eje, motivo por el cual los submarinos alemanes amenazaron a los buques mercantes de México, advirtiendo que esta actividad podría tener severas consecuencias.

México entra en la guerra

El 13 de mayo de 1942, un submarino nazi hundió un buque petrolero mexicano, el “Potrero del Llano”. El gobierno mexicano protestó la agresión inmediatamente y en respuesta, el 20 de mayo, otro buque petrolero, el “Faja de Oro”, quedó bajo el Golfo de México por un torpedo alemán.

El 22 de marzo, el presidente convocó una sesión extraordinaria del Congreso de la Unión para otorgar al ejecutivo la facultad para declarar un estado de guerra entre México y los países del Eje.

La «neutralidad simulada» había quedado atrás; México estaba explícitamente del lado de los aliados como país beligerante.  Lázaro Cárdenas fue nombrado Secretario de la Defensa, se creó el Servicio Militar Nacional, Estados Unidos entregó armamento para mejorar la capacidad del ejército Mexicano, y las propiedades de ciudadanos alemanes, japoneses e italianos fueron incautadas. Pero el presidente reconocía que su papel en el conflicto no estaba en el campo de batalla, sino preparar sus defensas y proporcionar recursos a sus nuevos aliados –principalmente a Estados Unidos.

Entre junio y septiembre de 1942 los U-Boot hundirían 4 barcos más: Tuxpan, Las Choapas, Oaxaca y Amatlán. Ante dicha situación, Estados Unidos pretextando la posibilidad de una agresión por parte del Japón en las costas del Océano Pacífico, inició discretas gestiones para que se le permitiera instalar una base militar en la península de Baja California; como no tuviera éxito, nos dice el historiador Humberto Musacchio, que se especuló con la posibilidad cierta de que tratara de ocupar por la fuerza esa parte del territorio mexicano.

El presidente de México, Gral. Manuel Ávila Camacho, se reunió de inmediato con su gabinete, quienes analizando la situación, tomaron medidas precautorias reforzando la vigilancia y defensa de las costas del Pacífico. La responsabilidad de esta misión se le encargó al Gral. Lázaro Cárdenas del Río quien dio la orden de disparar ante cualquier intento estadounidense de ocupar tierra mexicana.

Una fuerza simbólica

Militarmente, la participación mexicana se había limitado a la defensa de las costas bajacalifornianas, pero aquél país presionaba para que se mandara una «fuerza simbólica» al campo de batalla.

En 1943, debido a la situación en Europa, Ávila Camacho empezó a reconsiderar su rechazo por participar militarmente en la guerra. Para estos años, los aliados ya estaban a la ofensiva; la posibilidad de un ataque al continente americano parecía cada vez más remota. Así que el gobierno decidió mandar al frente una «fuerza simbólica» que luchara bajo la bandera mexicana. 

El 29 de diciembre de 1944, la Cámara de Senadores autorizó al presidente de la República el envío de tropas para combatir en el extranjero y se decidió que las fuerzas en adiestramiento en los Estados Unidos, se convirtieran en la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana (FAEM).

Nace el famoso Escuadrón 201

Se formó una Unidad Aérea de Combate integrado por 299 elementos, que por orden y clasificación de la Fuerza Aérea Mexicana, fue designada con el número 201, integrada por elementos en el servicio del ejército  con antigüedad y experiencia, así como por jóvenes recién egresados de las diferentes especialidades de colegios militares y completado por elementos civiles voluntarios provenientes de la Fábrica de Materiales de Guerra, para después de ser revistados por el Presidente de la República, General Manuel Ávila Camacho y por el Señor Secretario de la Defensa Nacional, General de División Lázaro Cárdenas, fuera enviada para entrenamiento a las bases aéreas de los Estados Unidos.

Era una unidad pequeña, con gran potencia de fuego y casi autosuficiente. Naturalmente, se seleccionó a los mejores pilotos de la Fuerza Aérea para formar el escalón de vuelo de este grupo. La unidad recibió entrenamiento en varias localidades de los Estados Unidos, principalmente en el campo aéreo de Greenville (Texas) y en el de Pocatello (Idaho).

Durante el adiestramiento, murieron dos pilotos en accidentes y fueron también excluidos 6 pilotos como resultado de los exámenes médicos, por lo que el escuadrón de pelea quedó integrado por 30 pilotos.

Combatieron a los bravos japoneses

El escuadrón fue destinado al Frente del Pacífico y quedó encuadrado como una unidad más dentro de la USAAF, aunque con mando y bandera propios, pero también se usaron en los cazas mexicanos los emblemas oficiales de la USAAF, para evitar confusiones y el ataque de fuego amigo. El nombre de guerra del Escuadrón 201 fue el de Águilas Aztecas.

A partir de junio de 1945 el Escuadrón 201 inicialmente voló misiones junto al escuadrón de caza 310º de la USAAF a menudo dos veces al día, utilizando aviones prestados por la USAAF. Finalmente se recibieron 25 nuevos aviones P-47D-30-RA Thunderbolt en julio, marcados con las insignias de tanto la USAAF como de la FAM. Su base se estableció en Porac, Pampanga, en el complejo de Clark Field en la isla de Luzón. La unidad voló más de 95 misiones de combate, un total de más de 1.900 horas de vuelo. Participó en el esfuerzo aliado para bombardear Luzón y Formosa para expulsar a los japoneses de aquellas islas. Durante su lucha en las Filipinas, cinco pilotos del escuadrón murieron (uno fue derribado, otro se estrelló en combate, y tres se quedaron sin combustible durante misiones y murieron en el mar).

El personal de tierra también combatió

Cuando el Escuadrón 201 fue estacionado en las Filipinas no tenía a su disposición pilotos de reemplazo pero las pérdidas de estos no obstaculizaron su eficacia. Cuando el Grupo de Caza 58ª de la USAAF salió de las Filipinas con destino a Okinawa el 10 de julio, los mexicanos se quedaron atrás. Volaron su última misión de combate como un escuadrón completo el 26 de agosto en una misión de escolta de un convoy al norte de las Filipinas. No sólo los pilotos entraron en combate, sino también algunos miembros del personal de tierra del escuadrón quienes se encontraron con tropas niponas con las que sostuvieron algunos tiroteos e incluso hicieron prisioneros. Al Escuadrón 201 se le atribuye poner fuera de combate a cerca de 30.000 soldados japoneses (aunque algunas fuentes dan cifras inferiores) y la destrucción de edificios enemigos, vehículos, tanques, cañones antiaéreos, nidos de ametralladoras y depósitos de municiones. 

Antes de regresar a México, en el 25 de septiembre, los miembros de la FAEM develaron un monumento a sus compañeros caídos; el monumento fue diseñado por el piloto Miguel Moreno Arreola y fue construido con la ayuda de 10 elementos del escuadrón. El águila que remata el monumento fue realizada por el escultor filipino Tolentino.

El 12 de octubre, el Escuadrón entregó sus aviones al «Grupo de Servicios Aéreos 45» e iniciaron los preparativos para el regreso a México. Los integrantes de la FAEM abordaron el buque Sea Marlin el 23 de octubre, arribando el 13 de noviembre a San Pedro, California, aunque los primeros en llegar a América fueron el coronel Antonio Cárdenas, el Teniente Amadeo Castro Almanza, el Subteniente Guillermo García Ramos y el Subteniente José Luís Pratt Ramos, quienes viajaron por la vía aérea tras entrevistarse en Tokio con el general MacArthur con el fin de agradecer su cooperación con la FAEM.

Reingresaron a México por Tamaulipas

El 23 de octubre, el 201 se embarcó en el Sea Marlin de Manila rumbo a San Francisco, California. La travesía duró 23 días sin escalas.

El 16 de noviembre, cruzaron el Puente internacional para llegar a Nuevo Laredo, Tamaulipas, ante las muestras de júbilo de la población fronteriza.

Finalmente el 18 de noviembre arribaron a la Ciudad de México, realizando un desfile triunfal en la Plaza de la Constitución.

El 21 de noviembre de 1945, el presidente Ávila Camacho impuso al personal del Escuadrón 201, la condecoración “Servicio en el Lejano Oriente”.

En lo económico, la actuación de México en la Segunda Guerra Mundial, costó al país tres millones de dólares aproximadamente. Formar parte del bloque aliado hizo figurar a México entre las naciones victoriosas de la Segunda Guerra Mundial.

Un capitán del 201 pasó sus últimos años en la región del Mante.

Carlos Gálvez Pérez nació en 1910 en el municipio de Dr. Arroyo, Nuevo León, dentro del matrimonio conformado por don Severiano Gálvez y doña Mauricia Pérez. De joven se enlistó en la milicia y sirvió como sargento primero mecánico durante la campaña del 201 en el pacifico. En los años posteriores, y ya como capitán de aviación, adquirió algunas propiedades rusticas en los municipios de Antiguo Morelos y Mante.

Su residencia la tenía en la calle Condueños 305 Nte. de la urbe cañera, junto a su esposa doña Olimpia González de Gálvez.

A este veterano de la segunda guerra mundial, la muerte lo sorprendió el 25 de junio de 1975 en Ciudad Mante, siendo sus restos trasladados a la Ciudad de México, donde se encuentra sepultado.

El origen

Una reforma constitucional creó el 10 de febrero de 1944 la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), la cual se integró por el Arma de Aviación Militar del Ejército Mexicano. 

Posteriormente, el 8 de marzo de 1944, el presidente dio a conocer la intención de enviar tropas al frente de guerra y durante el mes de julio se dispuso la formación del Grupo de Perfeccionamiento Aeronáutico, integrado por 299 elementos procedentes de diversas unidades y dependencias del ejército, incluyendo civiles del Departamento de Materiales de Guerra, para ser enviado a capacitarse a los Estados Unidos. 

Se trataba de una unidad pequeña, con gran potencia de fuego y casi autosuficiente. Naturalmente, se seleccionó a los mejores pilotos de la Fuerza Aérea para formar el escalón de vuelo de este grupo. 

La unidad recibió entrenamiento en varias localidades de los Estados Unidos, principalmente en el campo aéreo de Greenville (Texas) y en el de Pocatello (Idaho). 

Durante el adiestramiento, murieron dos pilotos en accidentes y fueron también excluidos 6 pilotos como resultado de los exámenes médicos, por lo que el escuadrón de pelea quedó integrado por 30 pilotos.

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