Nadie que se jacte de demócrata podría cuestionar el reclamo de los gobernadores de oposición a MORENA por la residencia creada figura de los ‘superdelegados’ a quienes el mayoriteo pejista les otorga atribuciones más allá de las que el voto libre y secreto les dio a ellos.
Así es mis queridos boes, no puede calificarse de un berrinche el posicionamiento de los gobernadores, entre ellos el mandatario de Tamaulipas Francisco Javier
García Cabeza de Vaca, que irá a parar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, porque el perfil de los personajes que se escogieron para dichos encargos es eminentemente político y podría decirse una especie de venganza hacia los mandatarios en turno.
No hay que buscarle rascarle nada al tema de la figura que ya fue aprobada por la bancada de López Obrador en el Senado, basta decir que estos personajes tendrán como principal atribución el control completo, total, de todos los programas sociales. De todas las delegaciones federales en los estados, concentradas en una sola, con una figura preponderante: ellos y nadie más.
Eso, se quejan PAN, PRI y MC viola el pacto federal y cuando, insisto, observamos la lista de los superdelegados que ya destapó AMLO, la evidencia revela que lo que en realidad está instalando en los 32 estados es un ‘gobernador’ paralelo.
Los de MORENA dicen en sus arengas y alegatos en las redes y en entrevistas, que se trata de cuidarles las manos a los gobernadores, que con ello evitarán raterías y demás corruptelas.
¿Y entonces la Auditoría Superior de la Federación, el propio Congreso de la Unión y su espíritu fiscalizador y la Contraloría que tendrán obviamente un sesgo morenista porque fueron los que ganaron y tienen mayoría absoluta en las cámaras?
Porque además, a los superdelegados no se les da la atribución de fiscalizar a los gobernadores como lo dicen en el discurso, sino que se les autoriza a repartir las dádivas que ahora controlarán desde el gobierno de la Cuarta Transformación.
“El camino del entendimiento está trazado en la Constitución, en el federalismo, en la división de poderes, en el respeto a los derechos y libertades, en el diálogo incluyente y participativo. Cualquier atajo en ese camino sólo conduce a desencuentros que siempre pagan muy caro todos los mexicanos”, publicaron los gobernadores en una carta abierta.
Además se quejaron que con la militarización de la lucha contra la inseguridad quedan fuera de los planes y las estrategias en ese sentido y amagaron con no asistir a las reuniones que convoquen los superdelegados en calidad de ‘invitados’.
“Ese desdén es inaceptable para nosotros, porque no sólo pone en riesgo estos objetivos, sino resulta inconcebible una solución de fondo al problema de la inseguridad y la delincuencia en el país, sin la concurrencia efectiva de los gobiernos estatales”.
Y como lo publicaron, van a ir a la Corte en busca de que la modificación a la ley orgánica que creo a los ‘súper delegados’ sea declarada inconstitucional.
Pero la respuesta de los de MORENA al posicionamiento normal, legítimo de los gobernadores, fue a todas luces, dictatorial, amenazante, digna de un régimen
totalitario que no es lo que México necesita.
“Aquí hay que recordarle a los gobernadores que el Senado, es donde se discute, se analiza la viabilidad de estas leyes y que somos garantes del cumplimiento de ellas. Aquel gobernador que no se ajuste al lineamiento constitucional, aquí se puede dictar la desaparición de poderes”, dijo el Senador Félix Salgado Macedonio de
MORENA
y el propio Ricardo Monreal, quien tendría como jefe la bancada de MORENA y el hombre de AMLO en el Senado, la obligación de serenar los ánimos, también le atiza al conflicto, advirtiendo con aislar a los gobiernos que reclaman.
“Deberían replantear su estrategia de comunicación con el Ejecutivo”, dijo Monreal, “Todos ganaríamos, en un afán de reencuentro institucional y republicano. No me imagino a un estado, cualquiera que sea, aislado del Gobierno federal. Es altamente dependiente un estado de la Federación”.
¿Qué le puede esperar a este país con posiciones tan encontradas como las que leímos?, ¿por qué el Gobierno entrante le apuesta a la confrontación, a la amenaza, cuando legalmente tiene todos los mecanismos para gobernar y evitar que los vicios y la corrupción del pasado se repita?. En fin esto, repito no pinta bien.
El sueldo de los alcaldes…
Aprovechando el tope salarial que ha impuesto Andrés Manuel López Obrador, muchos alcaldes, no pocos de Tamaulipas, se han despachado adjudicándose el máximo permitido y hasta un poco más de los 108 mil que ganará el Presidente electo.
Habrá que esperar a que publiquen en sus portales de transparencia lo que ganan y que desde luego creen que se merecen, pero de antemano, suena ilógico que un alcalde gane lo mismo o casi lo mismo que el Presidente, comparando las responsabilidades de uno y otro.
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