En un tris, en un salto para atrás, como volviendo al ser lo que éramos y somos, a pesar de las manías de los hombres del poder, volvimos de pronto al Día del Presidente, en una fecha que se antoja histórica, solo porque las vestimentas, menús y rituales indigenistas así lo sugerían, pero a cuadro, a primer plano, casi los mismos rostros, contentos todos en la mesa del Señor.
Y aunque nos advirtió Taibo II con cierto rencor, que llegaban para cambiar la historia, llamar las cosas por su nombre y dejar de lado las simulaciones, la asunción al poder de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, no fue tan sufrida como pensamos, todo lo contrario, en los primeros minutos del inicio de su mandato, la cortesía fue para el saliente, luego algunas palabras que podrían incomodarlo, pero nunca expresiones directas que dejaran algún viso para la justicia, palabras más, palabras menos, que igual se las lleva el viento.
Y eso, solo el viento de la rosa de Guadalupe le faltó en las casi tres horas de discurso que dirigió a los mexicanos ya con la investidura, primero en el Congreso, luego en el Zócalo, en ambos escenarios fue reiterativo, como lo ha sido en los últimos doce años, el evento protocolario del legislativo fue pulcro y discreto, pero el de la tarde, se volvió tedioso con cien promesas de gestión administrativa como si estuviera en campaña, tal vez es la inercia, cien cosas que tiene por hacer para mejorar a la nación en seguridad, desarrollo social, progreso e infraestructura, pero sin atinar al con que o cuando.
Las dos primeras cadenas nacionales de este nuevo gobierno federal parecieron eternas, pero la transmisión desde el zócalo fue desproporcionada, los conductores no pudieron controlar su emoción y de pronto parecía que estaban narrado un teletón o concierto benéfico, ensalzando las bondades del ungido.
Lo más llamativo de la ceremonia fue la entrega del Bastón de Mando de los pueblos indígenas representados para la ocasión, simbolismos y sincretismos que se
han mantenido en nuestro país casi como ornamento, para exportación o el lucimiento turístico, sí, son los pueblos más olvidados, que ahora tuvieron su proyección nacional, ojalá que más allá del primer día del presidente se mantenga a la comunidad unidad y al frente para atenderles rezagos históricos.
El domingo, toda la prensa hablaba de él, de sus arenga que quedan para la historia: “Me canso ganso” “Yo ya no me pertenezco” “Todos nos vamos a portar bien”, las amenidades con un ciclista, los apapachos con su mujer, los aplausos y las porras, lo bien que le sienta el poder, como a cualquiera.
En Boca Cerrada
Porque ellos la tienen fácil con un traje de etiqueta y ya, las mujeres de la política sufrieron el bullying de las redes sociales, casi ninguna le atino con clase, estilo y a la vez austeridad, al primer evento presidencial de la temporada, a unas se les perdió la boda, otras pensaron que iban a una misa o una jugada entre amigas y, hubo hasta las que se vistieron de noche, para un acto matinal. Tache para todas. No entendieron las nuevas reglas de etiqueta. ¿O será que por la paridad ahora fueron más vistas?
EnLaNube
#LaAusente.- En cadena nacional también destacaron los cadetes que resguardaron la banda presidencial, la ausencia más notoria fue la de La Gaviota.
@LupitaEscobedoConde
