2 julio, 2025

2 julio, 2025

UN SHOW POR UNA MONEDA EN VICTORIA-PATA DE PERRO

¡Fuera tristezas! Este espectáculo se desarrolla desde el corazón y sobre el pavimento, con una dulce dedicatoria a todos los victorenses. Tercera llamada: ¡comenzamos!

¡Bienvenidos al espectáculo más grande del mundo! musicalizado con rechinidos de llantas, sirenas y ofertas por las aceras.

Este circo tiene 500 pistas a todos los cruceros de la ciudad, con la mejor ambientación ya sea bajo el sol abrasador, el frio, el calor el viento o la lluvia necia que no avisa.

Es el espectáculo mas barato del mundo pues solo cuesta ¡una moneda!.

Es el lugar donde puedes ver a tus artistas todos los días desarrollando los actos mas atrevidos en cada pausa del trafico.

Cada que uno se topa con el semáforo en alto los mas grandes saltimbanquis vienen a mostrar su destreza en las artes circenses: desde entretenidos payasitos, trovadores de banqueta, flautistas y malabaristas, equilibristas hasta domadores del fuego. Ellos son los que le dan color a cada esquina a cada bulevar y están aquí para recordarnos que la vida es un espectáculo interminable.

No importa el dia de la semana , si es feriado o laboral, ellos como quiera cumplen porque vienen a hacernos mas llevadera la semana con sus artes escénicas que han perfeccionado a lo largo del tiempo.

La anatomía urbana esta plagada de verdaderos artistas que tienen mas tiempo trabajando en ese lugar que muchos empleados de farmacias y tiendas de autoservicio. Han creado una antigüedad enraizada a los postes y las esquinas, al concreto de las paredes.

Ellos están aquí desde antes de que los notáramos, camuflageados con el maquilladle de una sonrisa falsa, pero a la vez permanente, bajo la pintura sobre los labios, las mejillas y los ojos, con peluca o con sombrero ¡no importa! están aquí por ti.

Y empieza el acto número uno: el semáforo del nueve bulevar se engalana con la presentación de ‘Chistin’, que tiene ya tres años en este lugar sin embargo ya ha estado en otros puntos de la ciudad. Chistin sabe que es muy difícil complacer a todo público, pues hay muchos que sinceramente los odian, pero tambien hay quienes se dejan llevar por la diversión y ponen atención a su acto en el cual las pelotitas suben y bajan en un asombroso equilibrio, con maestria y destreza.

“Somos trabajadores de la calle, nos hemos abocado a entretener a la población por necesidad” relata Chistin. Él cuenta que hay días buenos y días malos pero en aquellos que llueve o anochece muy temprano se esfuma el público.

Contrario a lo que todo mundo pueda pensar no son los conductores de vehículos lujosos quienes se desprenden de un poco de la riqueza que Dios les proporcionó, sino los carros jodidos, los viejos, chocados, los americanos son los que bajan el vidrio de la ventanilla (si es que aun la tienen) y extienden la mano para apoyar al artista urbano, especialmente las señoras. Son las damas quienes se tientan el corazón y se deciden a cooperar.

Una cuadra hacia el oriente se encuentra el comediante del “8 Puente”: El chocotorro.

La necesidad lo ha empujado a tratar de ganarse unas monedas para sostener a su amada pareja y madre de su hijo. “Chocotorro” no se apena para decir que Jesucristo se apiadó de el para dejar atrás un pasado de adicciones y violencia que le arrebataban la tranquilidad.

El no solo lanza pelotitas de manera experta sino que también sabe hacer algo de globoflexia y comparte de vez en cuando entretenidos chistes. Pocos pero sinceros son aquellos que lo premian durante este acto que dura del rojo al verde del semáforo.

Pero ¿Qué sería de la vida sin música? Eso lo saben muchos que caminan por el primer cuando de la ciudad. Ahí en medio de las dos tiendas siamesas de telas se encuentra Don Ricardo, un trovador que desde su penumbra ilumina a todos aquellos que van por la acera. Con su guitarra y su vieja armónica que ya suena un poco sorda, el no deja de darle melodía a la jornada con viejas canciones de la época de la revolución como la Adelita y la Valentina, y corridos muy añejos que pocos alcanzan a distinguir. Don Ricardo llegó a la capital cueruda procedente de tierras guanajuatenses en el año de 1987, y comenta que son muchos calendarios ya de sonarle las tripas a su instrumento y ganarse asi el sustento de cada dia. El cuenta que antes le daban mas, pero en su experiencia desde que llegó a la presidencia de la republica cierto botudo alla por el año 2 mil, la cosa se ha ido poniendo un poco flaca. Pero el trovador no se raja y a lo único que a veces le saca la vuelta es al sol y se acomoda en otra arista de esa manzana para buscar “la sombrita”. El se avienta sus piezas muy finamente ejecutadas y al contrario de los fara faras de enfrente el no cobra por adelantado mas bien primero toca y después espera que el ‘respetable’ se ponga ‘la del Puebla’ y patrocine una canción mas.

Los taxistas ya conocen a Toñito, saben que el siempre tiene una sonrisa para todos así como una invitación a cooperar porque Toñito para empezar no le tiene miedo ni a los autos ni a las patrullas ni a los micros… el esta mas que puesto para deleitar a todos con alguna canción de su propia autoría con su manera muy entusiasta a la hora de interpretar. Pocos saben de donde viene Toñito, pero lo que si es seguro es que esta aquí para demostrarnos que no importa ningún tipo de discapacidad cuando se quiere salir adelante. Toñito dice muy serio y con mucho orgullo que su dinero es para comer y para comprar diversos “artículos necesarios”. Con su guitarra blanca, lentos oscuros y a veces con sombrero Toñito nos alegra el dia.

Hacia el norte de la ciudad, un bastón con los extremos encendidos con relumbrante fuego sube, baja hace giros y rodea el cuello del artista y ¡no lo quema!, porque la destreza de “El Angel del Crucero” es impresionante en este tipo de artes. El se ha dedicado a esto mucho tiempo, aquí en Victoria y en Matamoros, y hoy esta totalmente dedicado a presentar este acto temerario en el cruce del 19 y Bulevar López Mateos.

Ángel sabe muy bien que es un arte peligrosa pero lo son aun mas los automovilistas que se lo han “llevado de corbata” en mas de una ocasión, por las prisas o por rebasar en el carril del acotamiento, sin embargo el lleva a cabo este espectáculo por necesidad pues de alguna manera tiene que salir para “el chivo”.

El Caminante tardaría una eternidad para entrevistar a todos los artistas urbanos de la ciudad, sin embargo queda convencido que si ellos el transitar por la ciudad sería insípido y monótono. Ellos son tambien mexicanos trabajando y merecen respeto. La noche cae y este circo baja el telón. Ojala que mañana sea un buen dia para ellos y que los victorenses se tienten el corazón para apoyarlos. Demasiada pata de perro por esta semana.

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