De las viejas prácticas, resurge el tema de la “ley del chayote”; la enemistad que procura el presidente con los periodistas de la prensa tradicional y la cercanía que mantiene con unos cuantos comunicadores virales, lo ha llevado a enfrascarse en un pleito que seguramente le acompañará todo el sexenio. Esto apenas empieza.
Desde su llegada, descobijó a cientos de columnistas nacionales que tenían convenios con el gobierno federal anterior, les ha dicho de todo, empezando por ese término ya arraigado de “prensa fifí”, esto provocó que un ciudadano solicitara ante el INAI los datos de los señalados por el presidente, nombres, apellidos y montos están ya listos, pero el presidente reviró “por delicadeza”, y señaló que él no le pondrá el dedo a nadie, ya otros intentaron balconear a unos cuantos en las redes sociales, pero también los contuvieron.
El plazo para dar a conocer la lista de los “muy listos”, vence en diez días y será el propio Instituto Nacional de Acceso a la Información el encargado de sacar a la luz pública los contratos de pago por publicidad del gobierno federal a los periodistas.
Se va enrarecer más el clima mediático, justo cuatro o cinco días antes de la elección, en pleno momento de reflexión del voto del ciudadano, cuando los candidatos, partidos y campañas hayan terminado su propaganda.
Desde la pasada legislatura federal, ya casi para irse, los diputados aprobaron la Ley General de Comunicación Social y mediante esta se regula en todo el país el funcionamiento de la propaganda del gobierno en medios, los estados también están ceñidos a estos lineamientos, aunque todavía hay campo para mejorar la aplicación de esta porque hasta el momento sólo tiene injerencia la Secretaría de Gobernación.
Anterior a este mecanismo se realizaron los movimientos a discreción y conveniencia de los encargados del poder, la pretensión ahora es cambiar las reglas del juego, pero el presidente se lleva y quiere jugar, así que vendrán días peores. La improvisación no ha sido su mejor estrategia.
En Boca Cerrada
Como sea, mal y de malas le va al gobierno federal en esa parte de comunicar las cosas, el karma los persigue, así se busquen de socios o aliados a los de la Luz de Mundo; resulta que el emblemático Palacio de Bellas Artes, recinto que en gestiones pasadas tenia a resguardo rigoroso, de pronto fue abierto para un líder religioso, fue precisamente el periódico El Universal que sacó a la luz pública el evento, a lo que el INBA respondió que no era acto religioso, sino cultural. Pero las imágenes que circulan dicen más que mil palabras, rezos y plegarias. De la 4T asistieron los legisladores Martín Batres y Sergio Mayer, ambos muy polémicos en sus expresiones, ahora sintiéndose muy culturales y religiosos.