Como consecuencia de las condiciones climáticas propiciadas por el fenómeno “El niño“, se espera que este año llueva menos de lo usual y aumenten el surgimiento y la propagación de incendios en la zona centro-sur del territorio nacional.
Por consiguiente se espera que se activen más contingencias ambientales en el Valle de México, de acuerdo con los modelos climáticos y el pronóstico estacional de lluvias realizado por Christian Domínguez Sarmiento, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.
La científica señaló que “en el Valle de México lloverá menos de lo que ocurrió en años anteriores. El promedio histórico de lluvia acumulada desde mayo hasta noviembre de 1980 a 2010 fue de 700 milímetros por temporada, con días en los que hubo precipitaciones y otros en los que no”.
Cabe señalar que 700 milímetros equivale a 700 litros por metro cuadrado a lo largo de toda la temporada de lluvias. Este año se espera que la precipitación acumulada en el Valle de México sea de entre 400 y 500 milímetros.
Domínguez Sarmiento planteó que “el déficit de precipitaciones, que podrá oscilar entre 200 y 300 milímetros, será grande y lo sufriremos todos”.
La vegetación y el suelo también se verán afectados por la falta de lluvias, es decir estarán secos, condiciones que favorecerán la presencia de más contaminantes en la atmósfera.
La investigadora explicó que contaminantes como el ozono troposférico (por el que se activan recurrentemente contingencias ambientales en el Valle de México) son limpiados de la atmósfera por las lluvias.
Contaminantes como las partículas PM2.5 y PM10 también afectan gravemente la salud de las personas, pero para removerlas de la atmósfera y hacer que caigan a la superficie es indispensable que llueva más de cinco horas seguidas.
En el caso del Valle de México “se ha visto que cuando deja de llover por varias semanas se activan más contingencias ambientales. Sin embargo, dependiendo de los niveles de contaminación, una contingencia puede persistir aunque llueva”.
Por ejemplo, detalló, las precipitaciones del miércoles 15 y jueves 16 de mayo pasados fueron escasas y de corta duración. Por ese motivo no lograron poner fin a esa situación, pues es necesario que llueva mucho durante mucho tiempo.
La cuenca del Valle de México conforma un sistema. Si no llueve hay más contaminantes en la atmósfera, lo que perjudica la salud de sus habitantes.
En contraste, si llueve mucho (más de 40 milímetros en un día), hay inundaciones, el tránsito se desquicia, se detiene el Metro y la urbe colapsa.
Aunque las condiciones atmosféricas sean propicias para el surgimiento y la propagación de incendios, 90 por ciento de ellos son originados por los seres humanos, ya sea mediante quemas agrícolas o simple descuido.
Christian Domínguez concluyó que solo mediante el constante monitoreo satelital, una adecuada cultura ambiental y una comunicación efectiva entre los niveles de gobierno para echar a andar acciones inmediatas se evitarán incendios y, consecuentemente, la presencia de partículas PM2.5 en la atmósfera.
“El niño“, fenómeno climático y oceánico, causa un aumento anormal de las temperaturas superficiales del mar como consecuencia del cambio en el movimiento de las corrientes marinas del Pacífico oriental ecuatorial.
Con información de Notimex