De Yeidckol Polevnsky, líder nacional de Morena, se han dicho tantas cosas, más malas que buenas, que obliga a la dirigente a valorar su permanencia en el cargo o seguir; aunque el relevo debe darse ya en los próximos cuatro meses, ella dice que hay Yeidckol para rato, pero su paso por Morena no ha sido del todo agradable para la militancia, sobre todo para la de Tamaulipas donde acaba de celebrarse el proceso electoral para elegir diputados locales.
Este jueves circuló en la prensa nacional y en redes sociales una información de Yeidckol, de la que ya todo mundo sabía, pero que ante las evidencias, amerita comentarlo para lograr entender lo que pasó el 2 de junio.
Yeidckol aterrizó en Tamaulipas una vez, a pesar de que los morenistas reclamaron su presencia a gritos por el desaseo en el proceso de selección de candidatos, en donde muchos aseguran, sin probarlo, que la dirigente nacional puso hombres y mujeres en las candidaturas a modo para que el PAN arrasará, como finalmente ocurrió.
Lo más comentado de Yeidckol durante su estancia en el Estado, no fueron sus arengas, sus discursos y sus apoyos a los candidatos, sino la forma como se trasladó y se movió por la entidad. Ahora se sabe que los dos días que estuvo, por el solo uso de avión pagó 23 mil, 237 dólares.
La empresa Aerolíneas Ejecutiva le cotizó a Yeidckol por el uso del Jet a 4 mil dólares la hora. El itinerario de vuelo, según el informe, salió de Toluca el 18 de mayo a ciudad Victoria. De la capital del Estado se movió en la misma aeronave a Tampico, Matamoros, Monterrey y Toluca, donde aterrizó el 20 de mayo.
La presencia de la dirigente nacional en Tamaulipas, era imperiosa y necesaria, pero el cuestionamiento que se hizo en su momento y que se ratifica ahora, es el hecho, pues contrasta con la política de austeridad que impulsa el presidente López Obrador, quien viaja en vuelos comerciales, padeciendo todos los contratiempos que cualquier mortal de medio pelo sufre cuando viaja ordinariamente.
Cuando se dice y se asegura que Yeidckol hizo todo para que Morena perdiera en Tamaulipas, fue porque ella avaló e impulsó candidaturas que nada tenían que hacer en la contienda, despertando un sospechosísmo que nadie, ni ella, con argumentos de peso, puedo aclarar.
El resultado de la elección fue catastrófico a partir de los números finales.
En el 2018, en la elección presidencial, Tamaulipas le dio a Morena 603 mil 081 votos, que le permitió ganar la presidencia de la República, las dos senadurías y 6 diputaciones federales. Un año después, en junio del 2018, todavía con Yeidckol como dirigente, Morena se desplomó y sólo obtuvo 245 mil 410 votos, ganando apenas una diputación local (Distrito 11 de Matamoros).
Este resultado le pega directamente a Yeidckol, que se arropa en los triunfos de Puebla, Baja California y Quintana Roo, que aunque ganaron, la votación de Morena se cayó estrepitosamente.
En los hechos, esta elección del junio y la conducta que La Polevnsky ha tenido durante un año,
obliga a que la señora se vaya y abra la puerta para que a la dirigencia llegue una persona que con oficio y visión para que Morena se convierta en un partido político con estructuras y deje de ser un movimiento amorfo que no es competitivo en los procesos electorales.
Yeidckol Polevnsky, por sus orígenes, sabe hacer política empresarial no partidista que es muy distinta. Es visceral, insensible y torpe para negociar. Como empresaria le gusta el dinero, y en la politica partidista, eso no aplica, aunque muchos líderes de partidos hayan prostituido ese oficio y que la dirigente morenista ha emulado a la perfección.