No es difícil adivinar la forma y manera en que los funcionarios del sistema neoliberal se hicieron ricos. Lo que se dificulta es conocer en qué invierten tales dineros, o dónde los guardan.
Al respecto ya le digo, existen historias medio fantásticas, medio creíbles como la que supone que algunos de ellos las convirtieron (sus riquezas), en metales preciosos (lingotes de oro y plata), adquisición de joyas de alta estima, diamantes, etc, que mantienen bajo tierra, o en lugares blindados y más que secretos.
Es común imaginar también, que tales riquezas se encuentran en extraños países, cuyas autoridades no tienen el más remoto interés de investigar su procedencia. Siempre y cuando reciban la parte que les corresponde por guardar silencio.
También dicese que se utilizan en la compra de acciones de empresas que por ser tan importantes, mantienen el anonimato de sus socios, sobre todo si son de carácter internacional, como parte de los privilegios otorgados por la globalización.
No falta quien crea que en remotos puntos del planeta, existen cuevas adaptadas y administradas con tal perfección tecnológica, donde el cuidado de esta clase de bienes está asegurado, además de garantizado su retorno a las manos de quienes ahí los depositaron, en el momento que sean requeridos.
Bueno, hasta dicen que en aguas internacionales hay empresas flotantes que se ocupan de lo mismo, que por su situación son intocables y respetadas por todos los gobiernos del mundo.
¡Haga usted favor!…la maldad no tiene límite.
Y así podríamos seguir, hasta encontrar aquellos políticos que prefieren invertir sus haberes recurriendo al sistema de usos y costumbres en México, es decir, comprando aquí y allá inmuebles de preferencia, dispersándolos a nombres de familiares, amistades (algunas “intimas”, otras no tanto, pero donde todas y todos le entran al jueguito).
Si hay suerte, la estrategia pasa inadvertida, para después “de enfriado el asunto”, disfrutar lo que la patria redituó como premio “al sacrificio de gobernar” la república.
Y de estos, son de los que más hay. Y se van cuantificando a medida que avanza la Cuarta Transformación, con todo y que AMLO prefiere mantener la discreción, al menos en público, dando más importancia a otros temas, que ciertamente la tienen, como la inseguridad o el desarrollo social, aunque “vigilando con un ojo al gato y otro al garabato”
RICOS POR DECRETO
Lo cierto es que el neoliberalismo garantizaba la riqueza de los funcionarios y políticos. Aunque no siempre bastaba la recomendación de que lo hicieran “con discreción y de poco a poquito, pa’ no dar de que hablar a la gente”.
Pero como lo que no descubre el tiempo, lo descubre el agua. (Si esto es al revés, el orden de los factores no altera el producto). Resulta que existen también ex funcionarios que “pa’ no andarse con rodeos”, prefieren fundar grupos financieros que les permitan maniobrar sus capitales sin depender más que de su interés “muy personal y privado”.
Es lo que sucede con los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto, a quienes en proceso judicial se les señala como propietarios de una empresa donde sin hacer mucho ruido, transcurren grandes negocios.
La “raza” murmura que por eso se les ve muy juntitos, en fiestas, bailes y bodas de alto riesgo, como la organizada recién por el abogado Juan Collado Mocelo en honor de su hija Mar, (hija de María del Mar Bot Bohigas la primera de sus tres esposas conocidas hasta ahora), y que como sabéis, reuniera a “lo más distinguido” del mundo político-empresarial. Y dónde hasta la llevó Julio Iglesias quien como invitado especial se aventara “un palomazo” cantando a dueto” Abrázame”, con el padre de la novia “Abrázame como si fuera esta la primera vez…como si me quisieras hoy igual que ayer.
Si tú te vas, ya nada será nuestro…tú te llevarás en un solo momento una eternidad…me quedaré sin nada, si tú te vas…”. ¡Ay dios, porqué me hiciste tan romántico! Ya sabéis que Collado ahora se encuentra en aprietos con la justicia, por la misma razón derivada de su amistad con Salinas y Peña Nieto, y participación en negocios no muy claros para la Fiscalía general de la república, pero sobre todo para sus demandantes.
Pena ajena para Julio Iglesias, quien también había cantado en la boda de Juan Collado y Leticia Calderón, ahora divorciados porque el empresario casó con Yadhira Carrillo, a quien sacó de farándula para ingresarla al mundo de los negocios.
Total que de esta punta del carrete, seguro que la Fiscalía general sacará bastante y suficiente hilo pa’ preocupar a más de uno de aquellos que tomaron a la república como patrimonio personal.
¿Estarán listos los amparos a favor de EPN y CSG, o en su caso las respectivas órdenes de aprehensión?…A lo mejor, pue-que si, tal vez, es posible…uno nunca sabe.
SUCEDE QUE
En el caso de Carlos Urzúa, el ex secretario de Hacienda “ya salió el peine”. El hombre fue contratado ipso facto, como catedrático de uno de los institutos de enseñanza más importantes del neoliberalismo. Ahí mero donde se forjan las conciencias globalizadoras y liderazgos que nada tienen que ver con la sociedad.
Ni como negar ahora el motivo real de su renuncia, sea “ni pa’ onde hacerse este pelao”, como dijo aquel.
Y hasta la próxima.