* El columnista es Premio Nacional de Periodismo 2016, autor de las novelas “Erase un Periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo” y del libro de cuentos, “Por acá dejó su alma”.
Rosario Robles ha tomado el camino más corto hacia su redención. Busca salvarse aprovechando que AMLO la tiene clasificada dentro de la categoría de “chivo(a) expiatoria”.
Y como la hembra aprendió mucho al lado de los priistas, simula inocencia lo que equivale a cargar culpas que no le corresponderían, si no hubiera dispuesto de los más de siete mil millones de pesos que le acredita el supremo gobierno.
Y no es López Obrador, sino la Fiscalía General de la Nación en base a las evidencias aportadas por la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, a cargo del temible Santiago Nieto.
Si por AMLO fuera, seguro que Rosario estaría disfrutando “lo ganado” con el sudor del poder, en cualquier parte donde pudiera echar fuera sus hartos deseos de diversión.
Pero como el gasto del dinero que pasó por sus manos, no está debidamente aclarado, ahora “sufre y sufre” donde menos lo imaginó.
Usted dirá que se ensañan con la pobre mujer, porque solo recibía órdenes de su mero jefe, que no era otro que Enrique Peña Nieto. (El mismo que le dijo “no te apures Rosario”. Y como no se apuró, afronta las consecuencias).
A lo mejor, pero de que formó parte del neoliberalismo saqueador, eso-que-ni-que. Y de que algo o mucho le tocó, tampoco habrá duda, no hay que ser ingenuos.
Sin embargo, el escribidor acepta que “sus cuates” en apariencia la dejaron sola. Tanto que hasta sus abogados la abandonaron, “porque no cuenta con recursos” para solventar el costo de su defensa, lo cual puede ser cierto o no, depende.
Parece una broma que no tenga dinero a la vista del portador. Si fuera real, ¿acaso no existe algún amigo de confianza que le pueda prestar, (“hacer el paro” se dice vulgarmente), mientras regulariza su situación?.
¡La condición humana no puede ser tan vil!. Yo por eso digo y sostengo que cuando un perro noble empieza a parecerse al hombre, se vuelve despreciable. Dicho sea con todo respeto para el animalito.
El asunto es que la ex funcionaria aparenta estar “en la chilla”, bajo el pretexto de que sus cuentas “están congeladas”. No puede pagar a sus abogados. ¿Y por qué no acepta la defensoría de oficio?, digo, si es que aun existe esa figura judicial después de tantísimas reformas.
Señoras, señores, insisto en que Rosario aprovecha el papel de presunta víctima de los saqueadores grandes, (en algunas partes los llaman “animales de uña”, calificativo que ni mandado a hacer). Y por lo tanto, su responsabilidad podría ser menor, como para lograr compasión de sus acusadores.
¿Y qué tal si pega?. Entonces, ¿contra quién o contra quiénes irían?. “Ahí está el detalle”, diría Cantinflas.
LA LOCURA DEL PODER
La fantasía creada por el neoliberalismo “tronó como ejote”, tras la jornada democrática del año anterior.
Haga de cuenta que a los mexicas nos sucedió lo que a “la cenicienta”, (guardadas por supuesto, las proporciones de género y preferencias sexuales), cuando a la media noche debió dejar plantado al príncipe y huir rumbo a su realidad, encerrada en su carruaje en forma de calabaza.
Pues más o menos.
Y parte de esa fantasía se dio a conocer el viernes anterior durante la conferencia mañanera de AMLO.
Una pequeña muestra de la forma y manera en que el anterior régimen disfrutaba la vida casi, casi fuera de este mundo.
Un solo viaje presidencial…uno. (27 de octubre de 2017). Para el que se gastó 1 millón 74 mil 670 pesos en artículos de consumo prioritario, entre otros:
Mil 164 rastrillos de afeitar, 486 frascos de agua de tocador Carolina Herrera, 1247 pastas y la misma cantidad de cepillos dentales, 1265 unidades de gel, 1263 lustradores de calzado, 1215 corta uñas, 400 cajas de papel higiénico y 70 de mini-papel, 100 galones de jabón para manos… Y contando.
¿No es acaso una locura?.
Todo eso y algo más, al margen del costo millonario de movilización de EPN y su ejército de lacayos en el avión de super lujo que ya sabemos, no lo tiene ni Trump. Bueno, ni siquiera Putin o el Papa Francisco.
Así andaba el país y con esa mentalidad pretendían seguir “gobernando”…No quiero ser grosero pero, ¡ya ni tzingan!.
SUCEDE QUE
De la gira de AMLO por Tamaulipas solo puedo decirle que resultó “bien chida”. Ahora sí que por acá todos “semos” felices, felices, felices, tanto que hasta el señor presidente salió cuestionado por andar democratizando al país. Pero le fue a todo dar, con todo y que por ahí apareció Gloria de Jesús Molina, la secretaria de Salud convertida en serio obstáculo para empleados, personal médico y enfermeras que buscan justicia en todos los sentidos.
Para fortuna AMLO “no la peló”.
Por otra parte, los temores fundados, infundados resultaron. Todo quedó en la súplica a todos los que andan en malos pasos, pa’ evitar dolor y mortificación a sus jefecitas.
En cuanto a coincidencias, ya sabéis que hubo aplausos mutuos y la convicción de que el estado es asunto de todos, por lo que la federación no deberá “hacerle al tío Lolo”, respecto a la repartición del presupuesto.
Lo que resulta indiscutible es el liderazgo de AMLO frente a cualquier circunstancia. Y así quedó demostrado.
El liderazgo de AMLO lo debiera aprovechar MORENA, debiera, sino fuera porque en Tamaulipas la dirigencia es mediocre, acomplejada, ambiciosa y con el fracaso a cuestas. Además de que hacia el interior impera la ley de la selva.
Nota.- En este sentido quise escribir que es un “pleito de perros”, pero la verdad suena medio gacho.
Una jornada “bien padre” repartida entre sábado y domingo que dejó grato sabor de boca y donde, a dios gracias, no se permitió “el guachicoleo político” de los tamaulipecos que por su cercanía con Andrés Manuel, sienten que “la virgen del chorrito” les habla, o cuando menos les hace señas.
Total, estamos a toda progenitora.
Y hasta la próxima.