5 diciembre, 2025

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Hilda: una cicatriz incurable

El golpe de la naturaleza fue tan grande que quedó para siempre en la memoria de miles de sobrevivientes; la inundación que causó el impacto del huracán en 1955 es la más grave que se recuerde en el sur de Tamaulipas

TAMPICO, TAMAULIPAS.- “El río llevaba pedazos de casas, animales, personas muertas”, recuerdan a la distancia los sobrevivientes del drama que vivió el sur de Tamaulipas hace 64 años.

El embate de un huracán furioso: el Hilda, que causó tantos daños en la región que a la fecha es muy difícil cuantificarlos.

A estas alturas por ejemplo, la cifra de fallecidos es todavía un misterio pues nunca se hizo un conteo oficial.

Algunos historiadores hablan de hasta 12 mil víctimas mortales en la región del sur de Tamaulipas y el norte de Veracruz. La verdad es que nunca se sabrá a ciencia cierta cuantas vidas se perdieron aquel septiembre funesto.

El impacto de “Hilda” fue particularmente grave para la población que habitaba en la desembocadura del Pánuco, la del Tamesí, el sistema lagunario.

Tras su contacto con tierra el 19 de septiembre de 1955 quedaron seriamente dañadas las instalaciones portuarias y buena parte de Tampico, ya estaba bajo el agua.
Pero todavía no pasaba lo peor: el nivel de las inundaciones fue en aumento y la contingencia se convirtió en una crisis humanitaria.

Los tres niveles de gobierno, estaban rebasados. Pronto empezaron a escasear los alimentos, el agua potable, las medicinas.

Cuando se entendió la gravedad de la situación, arribó a Tampico el portaaviones USS Saipan y dos aviones Curtiss C-46 cargados con 15 toneladas de alimentos, agua y medicinas.

Después arribó el Capitán Costello, comandando a 143 marines y pilotos, tres aviones de carga y diez helicópteros.

Provenientes de Harlingen, los aviones aterrizaban en el aeropuerto de Tampico y los helicópteros repartían los víveres en las zonas más afectadas.

La ayuda era insuficiente y desde Estados Unidos se autorizó el envío de 83 toneladas de comida y medicamentos, además de dos hospitales móviles, 11 doctores navales, 21 paramédicos y 14 helicópteros más.

Por eso, hay una generación entera de tampiqueños, que entonces eran niños y, que hoy recuerda con admiración, el gesto de la Marina estadounidense.
Pero también recuerdan aquellos días aciagos que vivió el puerto.

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