Pa’ su mecha el robo que sufriera el equipo de Las Chivas en el Hotel HAMPTON IN de Ciudad Victoria, Tamaulipas, deja muy mal parado al mencionado establecimiento pero de paso a la ciudad capital, pues nadie antes se le hubiera ocurrido pensar que algo así podría pasar, por lo tanto el robo debe aclararse a fin de que los autores del mismo no solo vayan a parar a la cárcel por varios años sino que sean obligados a regresar lo que se robaron, por lo tanto difícil momento es por el que atraviesan los directivos del equipo capitalino, pues podría darse el caso de que otros equipos deportivos no quieran regresar a la capital cueruda o al menos exigir garantías de que no vayan a correr con la misma suerte, por lo tanto se tiene que aclarar y consignar a los responsables de este robo y lo peor es que los hechos se dieran en un hotel de mucha categoría e importancia en Tamaulipas.
Ahora pues, dentro de las cosas buenas que se dieron en las últimas horas sin duda alguna son las lluvias que se dejaron sentir en el centro del estado, razón por la cual el campo y la ciudad están alegres y no es para menos, toda vez que ya eran muchos meses sin que nos cayera un buen aguacero en la región, lo que podría ser una buena razón para pensar en un buen invierno y sobre todo en un magnífico año 2020.
Aunque ya lo hemos venido comentando, de nueva cuenta volvemos a lo mismo para preguntar ¿Qué está ocurriendo en Tamaulipas?
Pues oiga usted: la obra pública escasea, con el trabajo pasa lo mismo, una buena cantidad de hectáreas de tierra están sin sembrar, la industria se va poco a poco para abajo y hay familias que solamente dan una comida al día por lo tanto o se endereza el barco o todo mundo nos vamos a hundir con él.
Bueno, con decirles que hasta la noticia escasea, al grado que he tenido que decirle a uno que otro amigo que se muera al menos para tener algo de qué escribir, razón por lo cual pregunto ¿Dónde quedaron las promesas de López Obrador cuando aseguraba de candidato que con él las cosas se iban a componer?…. pamplinas dijo Popochas.
Alístese porque se vienen tiempos malos y un año nuevo que amenaza con ser peor al que está por terminar.
Carajos, bien recuerdo que allá por los años cincuenta y sesenta del siglo pasado existía la costumbre de tener feria en el pueblo de mis mayores y éstas se realizaban en la plaza hasta donde nuestros padres acudían a bailar y aunque no lo crean pero los bailes principiaban desde las siete u ocho de la noche y para las doce ya se acababan, razón por la cual todo mundo se retiraba para su casa a los quince minutos de la media noche, pues a esa hora el encargado de la planta de luz daba el famoso “apagón” y pasado el reglamentario toque de queda todo mundo ya estaba en cama.
Los juegos mecánicos más favorecidos eran los caballitos, la ola, las sillas voladoras y el sube y baja, alrededor de la plaza se establecían los llamados restaurantes donde se podía comer tamales, tacos, menudo y tomar refrescos dulces y amargos, la policía municipal vigilaba que todo estuviera en paz en tanto el Alcalde se encerraba con sus principales colaboradores y se echaban sus cervecitas o el tequila con Coca; en fin eran otros tiempos.
El edificio de la Presidencia era de barrotes de sillar y puertas de madera donde todavía era posible observarse unas pequeñas láminas tapando los agujeros ocasionados por los balazos del 1947 cuando un grupo de rebeldes atacaron la presidencia y hubo algunos muertos quienes fueron conducidos al panteón municipal y algunos llevados detenidos a la penitenciaria del estado que todavía se encontraba donde hoy está el Teatro Juárez frente al Palacio Federal.
En fin, eran otros tiempos cuando la pistola, el cuchillo y el machete se traían en la cintura y se mataba hasta por una “mentada de madre” y hasta por una novia.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE.