Lo de ayer en el Puente Nuevo Internacional de Matamoros fue solo un esbozo “ligth” de lo que puede ocurrir en la frontera de Tamaulipas con la crisis humanitaria en que están sumidos miles de migrantes centroamericanos y africanos, rechazados por el gobierno de Donald Trump y olvidados por el de Andrés Manuel López Obrador.
Así es mis queridos boes, esos seres humanos expulsados de sus países por la inseguridad, la hambruna y la irresponsabilidad de sus gobiernos ya están ahí, junto al río Bravo, con la esperanza de un asilo político que les ha prometido EU estudiará caso por caso y con la promesa incumplida del gobierno de la 4T de asistirles con alimentos y las necesidades sanitarias primordiales.
Tienen más de dos meses ahí, tirados en el suelo de la plaza, frente al Puente Nuevo, bebés, niños menores, adultos y ancianos, sin baños sanitarios suficientes, sin regaderas suficientes, sin la comida que les prometió el gobierno de López Obrador.
Y por eso ayer hubo una primera ‘explosión’, poco después de la media noche brincaron barricadas del lado mexicano y se apostaron en los carriles para automóviles en dirección hacia Brownsville, al grito de: “queremos trabajar”, “no somos delincuentes” llegaron hasta la línea divisoria donde los esperó un gran portón cerrado, protegido por alambres de púas.
Tras la puerta, un pelotón de elementos de la policía gringa, armados y en posición de ataque que les advirtieron que retrocedieran.
Por la mañana el caos era total, un timorato Alcalde de Matamoros Mario López se vio lo ‘chiquito’ que es intentando con frases atropelladas convencerlos de que regresaran al campamento, nadie le hizo caso.
Del lado de los cruces a pie, cientos de matamorenses molestos porque el bloqueo provocó el cierre del cruce les impedía llegar a sus escuelas o trabajo del lado americano. Los migrantes pedían disculpas.
Fue hasta 15 horas después del bloqueo; es decir casi a las 17:00 horas, que los migrantes aceptaron desbloquear el Puente, regresaron al campamento y rechazaron la ayuda que les ofrecía el alcalde, a quien le dijeron que no le tenían confianza.
No es un tema menor, Estados Unidos está atendiendo a cuenta gotas con citas a los migrantes, por lo que ahí podrían pasar muchos meses más tirados en el suelo, bajo las inclemencias del tiempo.
¿Y los albergues que ofreció López Obrador en el acuerdo con Trump y que evitó los aranceles a México y que tanto presumió?, ¿y la atención médica, psicológica?, ¿y la comida, o el dinero para la alimentación que también dijo correría a cargo de la Federación?.
La verdad como es; AMLO y su administración han dejado abandonados a los miles de migrantes en la frontera no solo de Tamaulipas sino a lo largo de la línea divisoria del norte y por igual andan en el sur.
La directora general del DIF Tamaulipas Omeheira López Reyna lo dijo en entrevista, sino fuera por el gobierno estatal, los migrantes no hubieran tenido alimentación.
“El DIF nacional nos ofreció alimentación y solamente nos dieron una, que fue a raíz de la presión que ejercimos al principio por la falta de recursos y ya no volvieron a entregar ese tipo de ayuda”, señaló.
En julio, agregó, hubo algo de apoyo para los migrantes que se encuentran en Nuevo Laredo, pero luego de esta no ha vuelto a llegar nada, por lo que la administración de Francisco Javier García Cabeza de Vaca ha tenido que entrarle al quite ante el abandono del Peje.
“La cantidad de migrantes que existen en las fronteras, requiere un apoyo fuerte, por lo que estamos dando alimento a dos organizaciones sociales y a además atendemos nuestros cuatro centros de atención a migrantes”, explicó López Reyna.
Y es que en promedio se gastan en un día de alimentación por cada migrante unos 150 pesos, que multiplicada por los miles que son se convierte en millones que tendría que estar costeando la 4T, porque el gasto en que se hace en los extranjeros tendría que estarse haciendo en beneficio de los más pobres de Tamaulipas.
Por eso la exigencia es muy válida, la Federación es la que hizo un compromiso con los gringos y tendría que hacerse cargo de los migrantes.
Pero insisto, el problema de la alimentación podría en el futuro inmediato no ser el mayor que se genere con los migrantes.
Son hombres y mujeres con niños, algunos enfermos, ya desesperados, hartos de dormir en el suelo, cansados de la espera y con el futuro tan incierto que puede llevarlos a tomar decisiones equivocadas que todos estaríamos lamentando.
Lo de ayer, reitero, fue una llamada de atención, lo que sigue puede ser una tragedia, porque los policías del lado americano no amagan, disparan, porque de este lado igual hay muchas armas ilegales que pueden llegar a las manos equivocadas.
“En Nuevo Laredo están rebasados con migrantes de otras nacionalidades y Reynosa, no se diga, creo que mientras esté la política migratoria en ese sentido, vamos a seguir nosotros, afrontando la problemática en las fronteras, básicamente y dando la asistencia social que nos corresponde”, comentó la directora del DIF Tamaulipas.
¿Qué esperará el gobierno de López Obrador que ocurra para actuar, lo harán hasta que la tragedia llegue y culpar a los conservadores de ella?. Comentarios: meliton-garcia@hotmail.com Twitter: @melitong