21 abril, 2025

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‘Los Pelones’ los villanos de la Revolución

Olvidados por la historia luego de perder la revolución; aparecen los soldados federales que también fueron protagonistas de ‘la bola’ leales a su causa. Combatieron con fiereza a los alzados

CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- .- Mucho se ha escrito de los Carrera Torres, Caballero, López de Lara, Portes Gil, Blanco y demás héroes revolucionarios que operaron en Tamaulipas, pero pocos han hablado de los “malos” del cuento, aquellos hombres de carne y hueso que, esquivados o no, creyeron cumplir con su deber militar al combatir la revolución.

Como hecho histórico, aquí hacemos un recuento de algunos de esos oficiales que sirvieron al régimen de Porfirio Díaz, León de la Barra y Victoriano Huerta en Tamaulipas.

Gobierno del General Antonio Rábago

Este General originario de Celaya, Guanajuato, gobernó Tamaulipas desde el 24 de julio al 18 de noviembre de 1913. En ese periodo, el 15 de septiembre rindió su primer y único informe como mandatario estatal, en el que dijo:

“Si mi labor ha sido deficiente, no obedece a la falta de voluntad y amor hacia el progreso y bienestar de Tamaulipas, sentimientos de que me hallo animado, sino desgraciadamente a las criticas circunstancias en que se encuentra en general nuestra querida patria y particularmente este girón de tierra mexicana”.

En ese informe, también dijo que toda la región Norte de la entidad, desde San Fernando y pueblos ribereños, excepto Laredo, estaban en poder del cabecilla Lucio Blanco. También que en su gobierno se destituyeron a los presidentes municipales de Jaumave, Palmillas, Villagrán, Gómez Farias, Hidalgo, Quintero, Ocampo y Magiscatzin, por tener sospechas no del todo injustificadas, que hacían labor en pro de la revolución. En contra parte, el presidente de Matamoros, leal al Huertismo, tuvo que huir a Brownsville, luego que la plaza cayó en poder de los Carrancistas.

Decía tener controlada la situación en los Distritos Centro, Cuarto y Sur, y que en la mayor parte de los municipios que los componían, habían vuelto a funcionar con regularidad las oficinas de Correos y Renta del Timbre. Aseguraba también, que las fuerzas destacamentadas en Jiménez, Tula y Ciudad Victoria, eran suficientes para sofocar con oportunidad cualquier intentona de los enemigos de la paz.

En cuanto a instrucción pública, este rubro fue uno de los más afectados por la guerra, pues en muchas localidades se cerraron las escuelas por no tener los fondos para su manutención. Sabedor de ello, el general Rábago hizo todo lo que estuvo a su alcance para recuperarlas.

En cuanto a mejoras materiales; se levantaron cinco kilómetros de línea telefónica sobre el camino carretero en construcción de Ciudad Victoria a Soto la Marina, entre el campamento kilómetro 88 al 93, con un costo de $280 pesos. También se repararon las líneas de las municipalidades donde los revolucionarios las habían dañado.

Dejó su puesto al caer Ciudad Victoria en poder de la revolución, en noviembre de 1913.

Coronel Víctor Piña

J. Víctor Piña Hernández nació el 6 de marzo de 1848 en Santa Bárbara, Tamaulipas, sus padres fueron don Casimiro Piña y doña Ma. Eugenia Hernández.

Se casó en Ocampo el 29 de diciembre de 1879 con la señorita Ma. Concepción Maldonado.

En 1891 participó en la campaña que culminó con la muerte del general disidente Ignacio Martínez. En 1899 Piña fungía como teniente coronel de caballería dentro del personal de justicia militar en la 7ª Zona Militar, siendo parte del Concejo de Guerra. En 1904 radicaba en León, Guanajuato, en donde desempeñaba funciones militares.

En 1907, comisionado en Mier, fue acusado por lesiones. Era tanto el coraje que les tenían ciertas gentes a los Piña en Ocampo, que, al inicio de la revolución, las casas de los coroneles Víctor Piña y Nicanor Piña fueron saqueadas y se les puso fuego; pero éste fue extinguido por gestiones del propio sacerdote.

Víctor se mantendría leal al huertismo, mientras que Nicanor se sumaría a los constitucionalistas. El 21 de febrero de 1913, como jefe de la guarnición de la plaza de San Fernando, depuso al presidente municipal Antonio Beltrán Torres, nombrando a Francisco Garza Guzmán como nuevo edil. A principios de mayo es derrotado en Reynosa por tropas de Lucio Blanco. Para ese entonces estaba al mando del 27º Regimiento Irregular.

El 22 de enero de 1914, al mando de sesenta hombres, combate en un lugar potosino llamado La Laguna, a la vanguardia de la Octava Brigada al mando del capitán Piñeiro.

En 1930 vivía con la señora Luisa Gastimell y Oñate. En ese mismo año el gobernador Francisco Castellanos le expropia tierras para dar paso al ejido “Paso real de Morelos”. Falleció el 26 de junio de 1938 en su natal Ocampo.

Mayor Vicente Verástegui

Nació en Rioverde, San Luis Potosí en 1866. Fueron sus padres don José Luis de Jesús Verástegui y doña Ma. Concepción de la Trinidad Escudero. Tuvo por hermanos a Platón (N. 1868), Ramón (N. 1870), José Tomás (1872-1934) y Rodolfo (N. 1875). Emigró a Xicoténcatl, Tamaulipas, donde se casó el 10 de octubre de 1896 con doña Amelia Marroquín Guillen. En 1899 nació su hijo José. El 24 de abril de 1901 nació su hijo Vicente, quien murió de fiebre el 11 de septiembre de 1905. En 1906 nació otro hijo, a quien le deciden poner Vicente en honor a su anterior vástago.

En 1911, Vicente Verástegui fungía como juez del Registro Civil en Xico. Su hermano menor José Tomás de Jesús Verástegui Escudero, era en esa época Jefe Político de Rio Verde, cargo que alternaba con el de presidente municipal de San Ciro, llegando a ostentar también el grado de teniente coronel de irregulares.

En los días del Huertismo, operó en la región suroeste de Tamaulipas el 28º Regimiento Irregular de Caballería, el cual estaba al mando del coronel Clemente G. González, era unos de sus oficiales subalternos los capitanes Vicente Verástegui, y Daniel Marroquín, vecinos ambos de Xicoténcatl.

Sobre Verástegui, Clemente G. González informaría al general Juan de Dios Arzamendi, jefe de armas en el Estado, que, en una ocasión, cuando peleaban contra las fuerzas de Carrera Torres en el rancho El Abra, municipio de Tula, el capitán xicotenquense se portó con notable bizarría y acierto en sus operaciones, no obstante, que fue muerto el caballo que montaba.

Cuando el 28º Regimiento quedó al mando del coronel Rafael Urquiza, Vicente Verástegui, y Daniel Marroquín ascendieron a tenientes coroneles.

Cuando los revolucionarios tomaron Tampico en 1914, partió con el depuesto gobernador Morelos Zaragoza a la Ciudad de México. Tras los tratados de Teoloyucan, regresó a Xicoténcatl, donde se dedicó a la agricultura. El 1 de noviembre de 1914 nació su hija Natalia, quien en 1934 se casó con el capitán retirado Eduardo Benavides.

Con el grado de mayor, volvió a la guerra, ahora defendiendo la causa villista, teniendo como jefe al general Magdaleno Cedillo. Murió entre 1923 y 1934.

Teniente Donaciano Flores Díaz

Nació en Tonalapa, Iguala, Guerrero con el nombre de Nicolás Proto Victoria Díaz y fue bautizado el 2 de octubre de 1893 en Tepecoacuilco, Guerrero, por sus padres Santiago Victoria y Dominga Díaz. Cuando estalló la revolución, ingresó al ejército federal a las órdenes del general irregular Juan Andrew Almazán, combatiendo contra los villistas en Chihuahua y Coahuila. En esa época, don Proto ostentaba el grado de teniente. Posteriormente desertó de las fuerzas federales y por ese motivo cambió su nombre y apellido por el de Donaciano Flores. Terminada la revolución se estableció en Antiguo Morelos, inyectándole considerable capital a la economía local, al ser pionero en el ramo de los hidrocarburos en la recién inaugurada carretera México-Laredo.

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