Con la evidente hegemonía que ejercen el PAN a nivel local, y Morena a nivel nacional, uno de los principales misterios que estarían por resolverse en los próximos meses, es cómo se acomodarán las otras fuerzas políticas y hacia dónde jalarán algunos prominentes operadores que han sobrevivido a su debacle, trabajando para patrones a los que antes difícilmente les hubieran aceptado un café.
En el caso del PRI, por ejemplo, su destino inexorable es cumplir con el papel de un partido bisagra. La duda sin embargo, es a favor de quién jugará la nueva dirigencia que encabezará Edgar Melhem, y que cuenta con el respaldo de ex líderes como Enrique Cárdenas, Eliseo Castillo o Luis Enrique Rodríguez.
¿A favor de quién operarán estos personajes? Vistas las pobres expectativas políticas de su partido, en algún momento estos personajes tendrán que decidirse si le apuestan al proyecto del gobernador, o se la juegan con la cuarta transformación.
También está en el aire la ruta que seguirá la sección 30 del SNTE, que lo mismo ha jugado para el tricolor que para Acción Nacional.
O personajes como Luis Humberto Hinojosa “El Oso”, Oscar Martín Ramos y Enrique Melendez, volcado por completo al servicio de Elba Esther Gordillo, sobresalen entre una larga lista de maestros metidos a políticos que saben vender caras sus convicciones.
Como siempre han navegado a donde los lleva el presupuesto, también es una incógnita lo que va a pasar con partidos como el Verde, el PT o el PRD. Más pistas hay sobre el partido que regentea Gustavo Cárdenas, pues se sabe que a sus dos engendros políticos, Mario Ramos y Patricia Pimentel, los ven con buenos ojos en el PAN.
La única certeza es que en Tamaulipas el entramado político está desdibujado, con personajes y partidos en la indefinición total. Sin embargo, sus acciones en el pasado nos permiten aventurar un pronóstico: una vez más, el oportunismo y la ambición, más que sus convicciones, definirán sus decisiones.