CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.-La autoridad fiscal está desarrollando modelos matemáticos y de inteligencia que funcionan con bases de datos para revisar el comportamiento financiero de las empresas.
De acuerdo con Rogelio Marquina Sainz, abogado fiscal las empresas necesitan desarrollar un protocolo ante una contingencia fiscal para evitar ser catalogadas como empresas defraudadoras.
Advirtió que las empresas están atemorizadas por lo que pueda pasar sobre todo las que no tienen un protocolo para una contingencia fiscal.
«Hay 9 mil empresas en la lista del 69B qué es la lista de empresas simuladoras, son bastantes, en muchos casos el contribuyente está en esa lista por un error administrativo o por haber omitido declaraciones».
El especialista señaló que no hay que caer en una alarma pero si estar asesorado y al pendiente de qué tipo de información esta aportando a la autoridad.
«Si por desconocimiento o error contable hay discrepancia entre lo facturado y lo declarado por sí misma la empresa está proporcionando una información que hará que llame la atención a la autoridad y pueda ser sujeto a una revisión».
Antes estos cambios cada vez hay mas trabajo para los despachos contables y de asesoría, ya que se han dado casos arbitrarios por parte de la autoridad como cancelar el sello digital.
«Ya se abusó de esa figura, el contribuyente se ve afectado porque no puede facturar, causan mas daño que beneficio, algunos caen en la tentación de tener 2 empresas dadas de alta pero les causa desestabilización contable».
Señalo que el empresario normal no tiene porqué estar preocupado pero si las empresas facturadoras tienen declaraciones de reciente creación y además de crecimiento espontáneo muy rápido.
Lo que hace es una comparativa entre esas empresas y las otras empresas que están dentro de la plaza que operan normalmente, cuando esos números o parámetros financieros salen de la normalidad, es cuando les pone una lupa encima y cuando se revisa si tiene trabajadores o activos y es cuando puede ser una candidata a una empresa presumiblemente defraudadora o simuladora de operaciones.
«El proceso es revisar las bases de datos los números que la empresa declara ingresos, CFDI emitidos y la discrepancia que existe entre la cantidad de retenciones por sueldos y salarios para determinar si tiene o no muchos trabajadores, que sean proporcionales a la cantidad de facturas que maneja, los activos con los que cuenta la empresa, etcétera para tratar de identificar qué empresas podrían estar siendo utilizadas para simular operaciones».
