Sin línea desde Palacio Nacional, los aspirantes de Morena a la candidatura por la gubernatura de Tamaulipas han acelerado el paso en los últimos días, buscando tejer alianzas en diferentes rincones del estado, pero sobre todo, hacerse notar entre un electorado que los conoce muy poco.
Américo Villarreal Anaya por ejemplo, pasó varios días en Nuevo Laredo con la excusa de participar en los eventos binacionales que incluyeron la presencia en la frontera de la vocera de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
Después de un buen tiempo alejado de los reflectores, el senador compareció ante la prensa fronteriza y soltó sin que le insistieran mucho, algunas declaraciones de esas que sin decirlo abiertamente, dan a entender a la perfección lo que anda buscando.
En el mismo lugar, y casi con la misma gente, anduvo Héctor Garza, quien también aprovechó para hacer política. El reynosense oficial mayor de la SEP ha buscado refugio en la frontera para amacizar su proyecto, porque para decir verdad, ni en la capital del estado ni en el sur ha encontrado mayores apoyos.
Dicen que “El Guasón” es uno de los pocos políticos que se ha entendido con Mario López, el alcalde de Matamoros, a quien casi nadie en Morena ve con buenos ojos.
El tampiqueño Rodolfo González Valderrama también anduvo por el norte. El director de Radio, Televisión y Cinematografía estuvo en Reynosa, donde presentó el libro “Hacia una economía moral” del presidente López Obrador.
Y el que no da pie con bola es José Ramón Gómez Leal, quien no ha sabido aprovechar los más de 12 meses que ha ostentado uno de los cargos más codiciados por los morenistas. Las calamidades para él no cesan y no ha tenido la más mínima capacidad para solucionar los problemas que un día sí y otro también, le brotan a la 4T en Tamaulipas.