Las haciendas de la región son el vestigio aún vivo del crecimiento y poderío económico que existió en la zona centro del Estado.
En la región había abundante agua que permitió sembrar cultivos novedosos como; naranja, aguacate y caña de azúcar y además realizar la crianza del ganado, actividades que produjeron enormes fortunas.
Así florecieron y fueron el almácigo de comunidades la ex hacienda de Tamatán, que hoy alberga oficinas, la hacienda de la Boca que está en ruinas; la de Santa Engracia que se construyó hace más de 300 años y ahora es un hotel; la hacienda del Carmen donde sus fundadores sembraron aguacate y naranja lo cual detonó la economía de la región centro.
En ésta Hacienda, hasta las ruinas son impresionantes.
La Hacienda la Mesa, también llegó a convertirse e una de las más importantes productoras de caña de azúcar del país.
Aún late la
hacienda
de Tamatán
La Hacienda de Tamatán fue una de las que prefería para vivir el General Manuel González Flores, quien fue compadre de Don Porfirio Díaz, posición que le permitió poder económico y político, con el cual logró la propiedad y control de numerosas haciendas en esta región de Tamaulipas.
El casco de la Hacienda, con su viejo reloj al frente, aún cuenta las horas, como mudo testigo del paso del tiempo; actualmente es utilizada como oficinas de la Secretaría de Educación de Tamaulipas.
Un ícono de ésta Hacienda era y es el cerro ‘mocho’ que se ubica al fondo; actualmente una parte lo cubren viviendas de la colonia Francisco I. Madero, luego que la extracción de piedra fue uno de los principales negocios que permitió sostener la economía de la hacienda.
Esta sería la única concesión minera que se otorgó en aquel tiempo, ya que de la hacienda se extraía roca tipo graba, la cual se distribuía en el norte del país; Nuevo León, Sonora inclusive a Coahuila, a pesar que en esas entidades había buena piedra en sus cerros.
De hecho, se asegura que para el tendido de las vías del ferrocarril en norte del país utilizaron piedra de Victoria, para dar firmeza a la colocación de los durmientes .
La piedra era trasladada en trenes, ya que la pedrera tenía su sistema de rieles, para trasladar vagones cargados con material a la estación de Victoria.
“El ferrocarril los llevaba desde la estación de Tamatán hasta Victoria y de ahí cargaban más hasta llevarla al norte del país”.
La pedrera operó por más de 30 años, dónde extrajeron millones de metros cúbicos de graba.
Pero en 1922, se registró un gran accidente que mató a habitantes y peones del lugar.
“El material extraído taponeó el lecho del río San Marcos; un día se vino la corriente fuerte en temporada de lluvia e inundó parte de lo que ahora es la hacienda de Tamatán hecho que costó muchas vidas”.
La Hacienda tenía
más de 6 mil has.
La Hacienda de Tamatán contaba con una superficie de más de 6 mil hectáreas, con plantaciones de aguacate, limón, henequén, además producía ganado mayor y menor.
En la hacienda habían todas las comodidades ya que contaba con energía eléctrica, mucho antes que el resto de la ciudad.
Después de la revolución, la hacienda fue hipotecada a una familia Norteamericana y cuando llegó a la gobernatura el general Cesar López de Lara, fue rescatada al pagar la hipoteca, por lo que ahí se edifició escuela rural de Tamatán.
En Victoria
había nueve
Haciendas
De nueve haciendas que había en Victoria, sólo tres siguen en pie: Tamatán, utilizada hoy como oficinas de gobierno; Adelitas, dónde alojan a una cuadra de caballos y sirve como casa habitación, y la hacienda “Las Vírgenes”, que irónicamente funciona como motel.
Pero también tuvieron sus épocas de esplendor las Haciendas; el Retiro, Boca de San Pedro, La Misión o San Luisito, La Garra y Calamaco, de las cuales quedan solamente unas piedras, algún par de columnas o muros.
La de la Boca de San Pedro, aún quedan vestigios, ya que cuenta con paredes de hormigón que han resistido el paso de los años, y existen huellas que una parte fue utilizada por un tiempo como escuela.
Fue de 1920 a 1930, los años de mayor esplendor de las haciendas, el cual decayó por el reparto agrario, que permitió la creación de los ejidos.
Hacienda de
Santa Engracia
300 años de vida
La fundación de la comunidad colindante a la Ex Hacienda de Santa Engracia, tiene sus orígenes en 1667, a partir de una misión de pequeñas proporciones, por lo que se estima que la construcción del edificio data de más de 300 años.
Llegó a tener miles de hectáreas, dónde se producía ganado mayor y menor, que era trasladado para pastoreo, por lo que permitía empleo y ingresos económicos a la población de esta zona.
Datos históricos registran que los moradores del lugar soportaron los acosos de indígenas de la región hasta 1744.
Fue entonces cuando el sitio fue repoblado con personas traídas por José de Escandón.
Aseguran que la hacienda está construida desde 1715 por lo que era un relevante centro agrícola y ganadero.
El casco actual de la hacienda fue edificado en el siglo XIX y actualmente funciona como un hotel con hermosas y cómodas instalaciones donde se pueden contemplar pinturas, murales de los tiempos de mayor prosperidad del inmueble.
Fue el Presidente de México, Emilio Portes Gil quien el 6 de febrero de 1925, realizó el primer reparto agrario de esta hacienda, por lo que repartió 426 hectáreas en un evento donde acudió el propio hacendado Jacobo Martínez González.
Fue en ésta hacienda y la del Carmén, donde se sembraron las primeras plantaciones de aguacate de la región, el cual se distribuyó después a diversos municipios del estado.
Hacienda del
Carmen de Benitez
La Hacienda del Carmen de Benites, en el municipio de Guemez, Tamaulipas, es una construcción que data del siglo XIX, con algunas modificaciones que se realizaron éste siglo.
Su dueño Francisco Benites Leal, contaba con muchas tierras, tienda de raya y enormes bodegas para guardar granos, y todo lo que se producía en la hacienda.
Aún se puede ver la huella de lo que fue la primera empacadora de naranja en Tamaulipas, por lo que fueron quienes introdujeron el cultivo de la naranja Nave, pero además el aguacate cuya variedad Carmen, es uno de las más preciadas en el mercado.
Gracias a las buenas relaciones que tenía el Ingeniero Benites con el ex Presidente Emilio Portes Gil, al inicio del reparto agrario ésta hacienda no fue tocada, a pesar que en 1925, se repartió gran parte de la hacienda de Santa Engracia.
El Ex presidente Lázaro Cárdenas, también estuvo en la Hacienda el Carmen, quien se sorprendió con la tecnología que había en ese lugar, además de avances, ya que ahí contaban con un enorme dínamo para producir electricidad para la hacienda y para toda la comunidad.
En ese lugar Lázaro Cárdenas dijo que no se iba a repartir, ya que quedaría como ejemplo nacional porque utilizaba tecnología de punta .
Pero el Presidente Marte R. Gómez, al llegar al poder tomó la decisión de realizar el reparto de tierras en ese lugar y gran parte de la superficie agrícola, se repartió entre campesinos.
Ex hacienda la
Mesa en Hidalgo
La Ex hacienda la Mesa, está ubicada en el ejido del mismo nombre, en el municipio de Hidalgo, a escasos 120 metros al norte de la carretera que conduce al centro turístico religioso El Chorrito.
Datos históricos reseñan que fue construida en 1752, un 19 de marzo y originalmente se llamó San José de la Mesa.
Inicialmente contó con 180 pobladores provenientes de varios lugares del norte y oriente del país encabezados por el Capitán Domingo de Unzaga e Ibarrola.
Pasado el tiempo la Hacienda fue adquirida por el General Manuel González, quien fue presidente de México y originario de Matamoros hecho que ocurrió en el siglo XIX.
La hacienda la Mesa, tenía una extensión de 18 sitios de pastoreo para el ganado mayor, en un total de 31 mil 590 hectáreas que era llanura y con montaña.
En esta superficie existían rancherías de apoyo y en sus tierras se realizaba el cultivo de caña de azúcar y la crianza de ganado.
Entre las rancherías destacaba Guadalupe, las Carretas y el Chorro, pero éste último era uno de los más importantes, ya que hasta hoy acuden miles de feligreses a venerar a la virgen de Guadalupe que está esculpida en una cueva, donde se construyó un templo.
El agua de la zona se aprovechaba de forma muy eficiente por lo que la Hacienda la Mesa, cuenta con un acueducto de 400 metros de longitud, que conducía el agua, hasta ese lugar y permitía funcionar un molino para la caña de azúcar y posteriormente el agua formaban lo que se llegó a llamar el río San Juan, que regaba las tierras agrícolas que sembraban de maíz y frijol.
La Hacienda la Mesa ganaba notoriedad porque en sus alrededores crecen árboles de maderas finas, entre ellas varias de pino y encino.
Era tanta la producción de caña en la zona que en ese sitio había un Ingenio azucarero, luego que importaron maquinaria para realizar el procesamiento de la caña desde Francia.
La maquinaría llegó por el puerto de Tampico y la condujeron hasta la cercanía de la hacienda por ferrocarril.
Sobre el Ingenio aún se puede ver la enorme chimenea construida con ladrillo rojo.
Actualmente familias del ejido la Mesa, han construido sus viviendas bajo los arcos arquitectónicos de acueducto de ese antiguo edificio o por los fosos de la molienda.
El casco en ruinas de la Hacienda fue limpiado por habitantes de la comunidad, con la finalidad de atraer al turismo y convertirlo en un atractivo, pero en sus muros los visitantes han dejado su firma con “vandalismo”, al llenar de corazones y firmas, los enormes muros de sillar, lo que ofrece mal aspecto
El esplendor de la Hacienda la Mesa se vino a bajo a partir de 1920 al termino de la Revolución luego que se registró la invasión de terrenos y por ataques que sufrió de los revolucionarios que reclamaban el reparto de tierras.