2 agosto, 2025

2 agosto, 2025

Ocampo …frontera de guerra

En esta región se registraron memorables batallas entre Alberto Carrera Torre y sus hermanos leales a Francisco Villa contra los del gobierno Carrancista, hechos dónde perdieron la vida muchas personas y otras resultaron heridas

1914, el general
Francisco Villa
comisionó al general
Alberto Carrera Torres
para que operara la
región huasteca de San
Luis Potosí y
Tamaulipas, y tomara
Ciudad Victoria.
En los siguientes días
tomó Ocampo.
En su estadía en Ocampo,
Alberto Carrera fusiló a
los señores Ramón
Ortodica, Francisco
Torres y Luis Coronado,
fervientes partidarios de
Carranza.
El 4 de diciembre de
1914, el capitán José
Núñez de Cásares, quien
con un escuadrón
guarnecía su natal
Xicoténcatl, recibió
instrucciones del general
y gobernador carrancista,
don Luis Caballero, para
incorporarse al coronel
Pedro Enedino Járquin,
quien, al mando de cien
juchitecos, avanzaba
sobre Ocampo para
recuperar la plaza.
Aunque en un principio
ambos obedecen la orden,
estando en la vecina
ciudad se ponen de
acuerdo y defeccionan,
declarándose ambos a
favor de Alberto Carrera
Torres y la Convención.
Ocampo en el campo de
operaciones villista
El 15 de diciembre de
1914, Carrera Torres le
informaba a la Secretaría
de Guerra y Marina de la
Convención, que había
ordenado al general
Pedro Ruiz Molina que
mantuviera el flanco de
la hacienda Paso Real de
Morelos sobre el camino
rumbo a Ocampo, y que
de esa ciudad y de
Xicoténcatl, salieran
fuerzas para detener el
avance enemigo y
destruir la vía
Tampico-Victoria, en
tanto llegaba él con
artillería y resto de
hombres.
El periódico veracruzano
El Pueblo hacía
referencia a que, a
mediados de marzo de
1915, Ciudad Valles
estaba en poder de
fuerzas carrancistas del
general Pablo A. de la
Garza, quienes
combatieron y derrotaron
a los villistas, haciéndole
muchos prisioneros y
quitándole armas y
parque en abundancia.
De esa manera, la zona
entre Ciudad Valles y
Ocampo se convirtió en
frontera de guerra, por lo
que, en la segunda
quincena de marzo, la
antigua Santa Bárbara
fue resguardada por
fuerzas del general Cesar
López de Lara, por lo
que estuvo en unos días
a la expectativa de los
intensos movimientos
militares que sucedían en
las cercanías.
El 21 de marzo inició el
famoso sitio de Ébano.
En los días posteriores,
la ofensiva villista llegó
a Ocampo, por lo que el
general César López de
Lara fue desalojado de la
ciudad y para el 26 de
marzo de 1915, ya se
encontraba en Ciudad
Victoria con 800
hombres, listo para
combatir a los villistas
en el Norte.
El 25 de diciembre de
1915, desde San Juan del
Meco, población de
Ciudad del Maíz,
Alberto Carrera Torres,
enfermo y desmoralizado,
le entregó el mando de la
ex “Brigada Gustavo A.
Madero” a su hermano el
general Francisco
Carrera Torres. Refiere
la historiadora Beatriz
Rojas, que el profesor
Alberto estaba
desmoralizado, pues en
el rancho El Peñón,
localizado en los límites
de Tula y Ocampo,
acababa de morir su
padre Candelario Carrera
Muñoz, como
consecuencia de
heridas recibidas en un
combate sostenido en
Calabacillas,
Bustamante.
Al ser derrotados los
villistas comienza la
debacle de Ocampo
El 5 de enero de 1916, a
través del general
Enrique W. Paniagua, se
invitó al general Alberto
Carrera Torres para que
depusiera las armas y
vuelva a reconocer la
autoridad de don
Venustiano Carranza.
El 8 de enero el general
tamaulipeco se presenta
voluntariamente a las
autoridades militares de
Cárdenas, San Luis
Potosí. Días después se
rinde su hermano
Francisco Carrera
Torres.
El 11 de enero de 1916,
la familia de Carrera
Torres es embarcada de
Tampico rumbo al norte,
en un coche agregado al
tren de pasajeros de
Monterrey.
En estación Osorio,
municipio de Xicoténcatl,
los esperan coches
tirados por caballos y su
hermano Eutiquio
Carrera Torres.
De ahí siguen a Tula,
donde poco tiempo
después tienen una junta
con Magdaleno y
Saturnino Cedillo y otros,
acordando esperar
noticias de Alberto
Carrera Torres, quien
seguía preso, para
normar su actitud
rebelde.
Se tiene noticia que el 13
de marzo de 1916, el
general Eutiquio Carrera
Torres trató de tomar
Ocampo, pero fue
rechazado por 200
elementos de las fuerzas
del jefe de la guarnición
carrancista, coronel
Gregorio Laytón.
Los combates se
extendieron hasta El
Borrego, dos kilómetros
al sur de la cabecera,
pereciendo en la refriega
el coronel Laytón,
mientras que el resto de
la pequeña fuerza
carrancista, ahora al
mando del mayor Víctor
Manuel Guerra, lograron
ponerse a salvo.
Juan Jaime Llarena,
cronista ocampense,
refiere que horas después,
los atacantes le
mandaron un mensajero
a Víctor Guerra para que
se rindieran sin presentar
batalla, a lo que Víctor
les contestó que no había
problema, que entrarán a
Ocampo, pues ellos ya
no tenían elementos ni
manera de defenderse
—aunque si tenían—; de
tal manera que,
confiados de eso, los
carreristas entraron y
fueron recibidos por los
carrancistas apostados en
las azoteas de las casas.
Los ex convencionistas
tenían una fuerza de
3,000 hombres, bajo las
órdenes de Eutiquio
Carrera Torres,
Francisco Medrano, y
otros más.
En esta acción los
villistas intentaron
quemar la ciudad, pero
una lluvia torrencial vino
a salvarla.
Los habitantes
despavoridos, huyeron a
la sierra de Antiguo
Morelos.
El 12 de julio de 1916, el
periódico El Pueblo
anunció la rendición de
Magdaleno Cedillo y su
hermano Saturnino en la
estación de Tablas,
S.L.P., con 2,000
hombres, de los cuales
600 estaban desarmados.
Al no haberse
concretado la rendición,
los hechos de armas
continuaron, y mediados
de julio de 1916, la
vecina Ocampo estaba
ya ocupada por más de
600 reaccionarias al
mando de los generales
Pedro Ruiz Molina,
Eutiquio Carrera, y
coroneles Francisco
Medrano y José Núñez
de Cásares.
Al saber esto los
carrancistas, el 20 de
julio de 1916, el
gobernador Luis
Caballero ordenó que de
Estación Osorio salieran
dos regimientos al
mando del teniente
coronel Pedro Morales,
teniendo contacto con
los rebeldes el día 23,
entablándose un nutrido
tiroteo que dio por
resultado la toma de la
plaza, dispersándose
completamente los
carreristas.
Tras esa acción, los ex
convencionistas dejaron
en el campo cincuenta
muertos, entre ellos el
general Eutiquio Carrera,
identificando también al
coronel José Núñez de
Cáceres Rayo, capitán
segundo Efigenio
Hernández, el teniente
Baltazar Rema y a un
hermano de Ruiz
Molina.
En esa acción,
sucumbieron por parte
de los gobiernistas el
sargento primero Miguel
Barrón y seis soldados
más, siendo herido de
gravedad el subteniente
Evaristo Escobar y de
menos consideración el
cabo Félix Rivera y
cinco soldados más.
Nicanor Piña le entra al
quite a los cedillistas
El 22 de mayo de 1917,
el general Eugenio
López le presentó a
Carranza un proyecto
consistente en la
creación de cuerpos
irregulares dependientes
directamente de la 5ª
División a su mando, los
cuales sirviesen para
guarnecer los pueblos de
las líneas divisorias de
Tamaulipas.
Dichas defensas sociales
funcionarían hasta el
completo exterminio de
los rebeldes y que los
pacíficos habitantes de
las municipalidades
estaban dispuestos a
cooperar, pues estaba en
juego sus vidas y sus
intereses al estar
constantemente
expuestos a la infinidad
de atropellos, robos y
asesinatos que cometían
las tropas de Pancho
Carrera y de Magdaleno
Cedillo.
En Ocampo, Gómez
Farías y Xicoténcatl, se
pondría al frente de las
defensas sociales a don
Francisco Guerra, primo
hermano del general
Juan N. Guerra.
El proyecto fue aprobado,
pero se puso también al
frente al general Nicanor
Piña, lo que molestó a
López.
En la primera quincena
de septiembre de 1917,
los rebeldes carreristas y
cedillistas, se apoderan
nuevamente de la villa
de Ocampo.
El 24 de septiembre el
presidente Venustiano
Carranza informó al
general Eugenio López
que pronto les mandaría
ayuda para proteger los
intereses particulares de
la población de la zona.
A fines de septiembre el
general Nicanor Piña
anduvo reclutando gente
en Antiguo Morelos y
Ocampo, lo que causó
cierto malestar en el
general Eugenio López,
Jefe de la 5ª División del
Noreste, pues
consideraba que no había
los fondos suficientes
para la manutención de
nuevos elementos,
alegando al presidente
Carranza que sus
hombres pasaban a veces
hasta quince días sin
percibir sueldo. López le
mencionó también que, a
él se le había impedido
el reclutamiento a pesar
que sus fuerzas hacían
campaña en Llera y
Ocampo y perdía
hombres diariamente.
A pesar de ello, López
mencionaba al presidente
que había sabido
sostener la lucha, pese a
la escasez de parque y
con un enemigo superior
en número.
Era indudable que la
intención de Piña era
salvaguardar sus bastos
intereses, además que
conocía mucho mejor la
zona que el general
López. Finalmente, don
Nicanor se puso al frente
de defensas sociales, las
cuales tuvieron actividad
en Antiguo y Nuevo
Morelos, y en Ocampo,
poblaciones que vivían
en azoladas y en la más
completa miseria a raíz
de la guerra civil.
El 25 de octubre de 1917,
el general Nicanor Piña,
quien dependía de la
Secretaria de Guerra y
Marina, ocupó la
población de
Ocampo, con una fuerza
de cien hombres
aproximadamente.
La noticia fue
comunicada a los
vecinos emigrados a
Xicoténcatl, para que
pudieran volver a
recuperar sus cosechas.
El 8 de diciembre de
1917, Nicanor Piña le
mandó un telegrama al
general Diéguez, en el
que le informaba que el
día 5, treinta y cinco
auxiliares de Ocampo
habían ido a combatir a
los rebeldes de Francisco
Medrano, quienes tenían
su campamento en la
sierra del Contadero.
Al derrotarlos
completamente, estos
huyeron en desbandada
internándose en lo
montañoso de la sierra,
dejando en el campo un
máuser, dos cananas con
85 cartuchos y otros
objetos.

Facebook
Twitter
WhatsApp

DESTACADAS