“El “primer mundo” queda en evidencia ante sus propias víctimas ahora abandonadas a su suerte.
El drama que se vive en algunos lugares de América Latina es indignante: cadáveres en las calles o en el exterior de hospitales, donde los enfermos ya no tienen cabida”
Los países capitalistas están aterrorizados. Y es que su obsesión explotadora y de acumulación, por medio del saqueo y la rapiña, los perdió.
Olvidaron el sentido humanista de gobernar y los primeros resultados están a la vista, cuando fueron incapaces de crear y fortalecer sistemas sanitarios para hacer frente a crisis como la que vive el planeta.
No es la primera vez que una pandemia ataca al mundo y sin embargo los poderosos no aprendieron la lección.
Se derrumba el neoliberalismo y con ello la soberbia de sus líderes que arrinconados por la naturaleza no saben qué hacer, ni siquiera con todos los recursos económicos a su disposición.
Donald Trump (EU), Emmanuel Macron (Francia), Shinzo Abe (Japón), Justin Trudeau (Canadá), Ángela Merkel (Alemania), Sergio Mattarella (Italia) y Pedro Sánchez (España), entre otros, solo esperan el milagro que ha de salvarlos.
Como lo esperan los ingleses en la persona de su primer ministro Boris Johnson, quien literalmente agoniza atacado por el coronavirus.
El neoliberalismo entonces, no tiene salvación, por ello no aplica para México. Y menos con los ejemplos de corrupción y bajeza moral conocidos…y los que falta por conocer.
El sueño de varias generaciones, respecto de que nuestro país debía recobrar el sentido original de las luchas de Independencia, Reforma y Revolución, se hace realidad en el régimen de López Obrador, gracias al objetivo de auténtico beneficio social que enarbola contra viento y marea, sea a pesar de los obstáculos e incesantes ataques por parte de la derecha conservadora y sus voceros.
Por supuesto no lo entienden (o se hacen como tío Lolo porque les conviene), aquellos cuya mentalidad fue modelada a imagen y semejanza de la inmoralidad panista-priista. Sea quienes resultaron beneficiados por un régimen degradante, depredador y maligno como el que durante 36 años imperó en México.
El neoliberalismo está derrotado.
De ahí la expresión de AMLO en cuanto a que la pandemia caía “como anillo al dedo” para demostrar justamente, que dicho sistema falló en esta primera gran prueba del siglo XX1.
El capitalismo se va, pero deja una estela que seguramente abarcará miles o quizá millones de muertos, además de la amargura, frustración e impacto sicológico en los sobrevivientes.
Después de esto, el mundo no será el mismo.
En el recuento de daños, la humanidad sabrá de la falsedad de sus líderes que apostaron todo al crecimiento global, que al final de cuentas resultó más dañino que cualquier confrontación entre naciones.
Y es que la pandemia pronto encontró los canales adecuados a su proliferación, mediante el intercambio incesante de productos, recursos y personas.
Nada contuvo la globalización porque se trató de realizar negocios con todos los países, sin considerar que no todo lo alivia la ambición y el dinero.
El coronavirus ha rebasado el poder de las naciones desarrolladas.
El “primer mundo” queda en evidencia ante sus propias víctimas ahora abandonadas a su suerte.
El drama que se vive en algunos lugares de América Latina es indignante: cadáveres en las calles o en el exterior de hospitales, donde los enfermos ya no tienen cabida.
Escenas de terror, incluso en Europa, cuando descubren personas, especialmente viejas, en estado de descomposición porque murieron en soledad absoluta, sin alguien que les ofreciera el último trago de agua.
Así de inhumano es el capitalismo.
Pero ya se va, digo, rechazado porque incumplió las expectativas mínimas de una sociedad utilizada solo para fines especulativos, donde unas cuantas manos acumularon riqueza exagerada a cambio de ignorar la salud pública.
El capitalismo es un sistema acabado, en tanto la sociedad irá por la revancha en la primera oportunidad que le permita el coronavirus.
Los neoliberales olvidaron a los pobres y el resultado se traduce en muerte y desolación.
En este sentido, AMLO tiene razón respecto de que el modelo aplicado ahora mismo en México, podría ser adoptado a nivel internacional, convirtiendo en prioridad la atención a los marginados en todos los aspectos. Primero los pobres.
Como forma además, de mantener la paz social, evitando la violencia revolucionaria.
De ninguna manera es para festejar, pero fue necesaria una tragedia de la magnitud que vivimos, para que la humanidad pueda comprender el daño histórico causado por el capitalismo criminal y racista.
Y ni modo que sea invento…basta ver y escuchar a Trump.
“Pero hay un Dios que todo lo ve y todo lo juzga”, como decía mi sagrada abue, quien ha de estar como asesora celestial de casos difíciles.
Ese Dios es la naturaleza que ahora reclama el daño cometido en su contra.
Y ni como negar que el rotundo fracaso del neoliberalismo como sistema de gobierno, se refleja en el saqueo, corrupción y desastre causado a la república mexica.
SABIAN COMO PENSABA
Mientras tanto los empresarios conservadores siguen muuuuy enojados. No les gustó el informe último de AMLO porque esperaban los apapachara regalándoles canonjías. Como si vivieran la época de corrupción de los gobiernos anteriores.
Les molesta que no habrá líneas de crédito que los beneficie, ni rescate de grandes empresas o bancos.
Sea que tampoco se convertirán deudas privadas en públicas, (como sucedió en el tristemente célebre Fobaproa), ni tampoco privilegios fiscales.
Lo único posible y a la brevedad, será la devolución del IVA, siempre y cuando lo merezcan.
Habrá, eso sí: créditos personales y de vivienda para los marginados, estímulos a los precios de gasolinas y creación de dos millones de empleos este mismo año, al tiempo que se mantienen proyectos prioritarios como la refinería en “Dos Bocas”, el tren maya y el aeropuerto de “Santa Lucía”.
No habrá “gasolinazos”, ni más impuestos, tampoco se incrementará la deuda nacional, y se reducirán los salarios de funcionarios del gobierno federal, eliminándose los respectivos aguinaldos de subdirector hacia arriba.
Los dueños del capital se jalan los pelos (los que tienen, los que no, psss no), porque creyeron ser dignos de que mamá Federación los apoquinara con los miles de millones exigidos, quesque pa’ salvar la economía del país, como si no les fuera suficiente la riqueza obtenida a la asombra del poder e influyentismo.
Y como es su costumbre, lanzan amenazas en todos los medios de comunicación que les son afines, incluidos por supuesto, “los voceros del pánico”, personificados en los columnistas y “expertos” harto conocidos por la rabiosa defensa de sus intereses y negocios particulares, que ahora fueron “tachados” del presupuesto oficial.
Califican de todo a AMLO, como si no conocieran su forma de ser y pensar desde hace treinta años. ¿ A poco suponen que cambiará nomás pa’ darles gusto?.
Al contrario, es la oportunidad de promover la justicia social por la que tanto tiempo luchó.
Será mejor que estos neo porfiristas le bajen a sus ataques, no vaya a ser que despierten la curiosidad de Santiago Nieto, el temible y terrible investigador de Hacienda.
SUCEDE QUE
Disculpas…en su anterior colaboración, este columnista señaló que gracias a la cancelación “de unos 300 fideicomisos, el supremo gobierno había logrado ahorros por 800 mil millones de pesos”.
En realidad se trató de 281 fideicomisos que significó rescatar 250 mil millones de pesos y no los 800 mil millones que erróneamente se mencionaron…perdón, me ofusqué, son un loco.
Oiga, que en Tamaulipas el panorama relacionado con la pandemia se observa re-que-te feo. ¿Cómo que puede haber más de mil 500 difuntitos?. “Pos de que tamos hablando”, como dijo aquel.
Y hasta la próxima.