Ayer por la tarde observaba a mi hijo tras la ventana, en muchas ocasiones ahí en el mismo lugar trataba de que el tiempo pasara rápido y así poder verlo cuando él no está en casa por muchos meses; por fortuna, ahora él está conmigo y vinieron a mi mente tantas cosas, buenas experiencias positivas y alentadoras, un mundo lleno de expectativas de una mamá de un deportista de cualquiera que esta sea la disciplina.
En mi caso me tocó fundar los sueños de mi hijo futbolista, recuerdo que con solo 5 años de edad aprendía a tocar un balón y ahí en la cancha de su Colegio empezaron sus sueños, compartiendo con el todo lo que él vivía y soñaba, pues ¿como no hacerlo?.
En ocasiones me preguntaban si valía la pena tanto tiempo invertido en el deporte con mi hijo, hoy confirmo que fue la mejor decisión que pude tomar, pues está en un mundo lleno de compañerismo, amigos, equipos, grandes personas, tiene disciplina, perseverancia y quien sabe de esto, comprenderá.
En su momento, fue difícil dejar mi vida a un lado y partirme en dos, pues tanto Andrea, mi otra hija, como Juan eran competitivos y quería siempre estar con ellos en todos sus partidos y competencias. Cuando mi hijo (Juan) logró pertenecer a un club, paré y miré atrás, ¿perdí algunas cosas?: tal vez, el tiempo invertido me había alejado de algunas otras cosas importantes en mi vida, pero al voltear, en el gran ser humano y deportista te das cuenta que todo vale la pena; el deporte como disciplina me había ayudado de gran manera a la formación de mis dos hijos y aunque me había sido difícil tomar la decisión de que uno de ellos no tendría que estar conmigo, e irse a tan corta edad de la ciudad fue la decisión difícil de mi vida, tuve que decidir en sentirme bien o dejar cumplir sus sueños y hoy puedo decir que soy la mamá más feliz del mundo, por haber dejado ir a mi hijo y él creo que es el hijo más agradecido y lleno de amor hacia mí y su familia por dejarlo cumplir su sueño de llegar a ser jugador en primera división.
Por todo esto, comparto mucho este pensamiento, que he visto y leído en muchas ocasiones y me gustó: Es cierto que no podemos trazar la ruta de nuestros hijos, lo que sí podemos hacer es ayudarlos a que lleven un buen equipaje, lleno de humildad, solidaridad, honestidad, disciplina, gratitud y generosidad. Podemos desear su felicidades pero no ser felices por ellos, podemos seguir su travesía, ni ellos descansar en nuestros logros.
Los hijos deben hacerse a la mar desde el puerto, donde sus padres llegaron y (como los buques) partir en buscar de sus propias conquistas y aventuras con la preparación suficientes para navegar un largo viaje, llamado Vida.
¡Cuán difícil es soltar las amarras y dejar zarpar el buque…! Sin embargo, el regalo de amor mar grande que puede dar un padre a sus hijos, es la autonomía… ¡Hijos, buen viento y buen mar! (Autor desconocido).
Quiero felicitar a todas las mamás por este día, porque sin ellas muchos deportistas y profesionistas, no hubieran llegado tan lejos; amo ser mamá de mis hijos, y espero verlos cumplir todos sus sueños y metas de vida.
Carta para mi
madre, mi mejor
aliada y amiga
SUSY MARTÍNEZ
EXPRESO-LA RAZÓN
Mami como te explico a palabras lo mucho que yo te amo, estos últimos dos años no han sido tan fáciles para mi, tú lo sabes, toda mi vida estaba junto a ti desde que era una bebe, y a mis 15 años me alejé por primera vez de ti, aún me acuerdo que tú me preguntabas muchas veces que si de verdad me quería ir, y yo siempre te decía que sí, que estaría bien.
Pero llegó el momento de la realidad y no solo de las palabras, ya no te veía todos los días, ya no podía escuchar tu voz, ya no me regañabas como solías hacerlo, ahora simplemente te escribía mensajes o te podía ver por detrás de la pantalla de mi celular, mis primeros meses no fueron fáciles, a veces me sentía sola y tenía muchas ganas de abrazarte pero no estabas, estabas a más de 300 km de mí.
Conforme pasaban los días fui comprendiendo que si yo quería cumplir mis metas de ser futbolista profesional tenía que hacer sacrificios, y uno de ellos era estar lejos de mi familia, mis días favoritos eran las vacaciones o cuando era viernes de asueto, así yo podría ir a verte, a ti y a mis hermanos al menos dos días, para después volver a la misma rutina de siempre.
Ir a la escuela, volver a casa, comer y hacer rápido mis tareas porque me tenia que ir a entrenar, regresaba a casa y me bañaba rápido porque tenía que volver a hacer tarea, ahora no estabas tú para ayudarme con mis trabajos, cuando ya eran pasadas de las 12 y yo tenía mi cama llena de libretas con tarea y no estabas tú para decirme “quieres que te ayude, así terminas más rápido”, ahora era sólo yo.
Con el tiempo me acostumbré, ahora que estoy aquí, que ya llevo casi 3 meses a tu lado por el tema del Coronavirus, sé que cuando vuelva a irme será difícil porque ya me acostumbré nuevamente a estar contigo, a verte a diario, a escuchar tu voz, a qué me hagas mis comidas favoritas, lo cual no tendré cuando me regrese.
Hoy que es 10 de mayo y es un día especial para todas las madres del mundo, pero en especial a ti, quiero agradecerte por todo lo que haz hecho por mi, desde que nací hasta hoy en día, gracias por cuidarme, por enseñarme todo lo que hoy pongo en practica, por darme tantos consejos, por enseñarme a nunca rendirme, y que cuando comienzo algo tengo que terminarlo a como de lugar.
Gracias por demostrarme que el amor de una madre es más fuerte que cualquier cosa, y que a pesar de la distancia sigues estando para mi, apoyándome en todo lo que tu puedes, gracias porque sin ti no podría estar aquí donde hoy estoy; te amo mamá y siempre lo haré.