El anuncio de que la próximasemana empieza el regresoa la “nueva normalidad”mexicana, hace del presidente AndrésManuel López Obrador un líder muypeculiar entre sus pares en el mundo,al ordenar la reactivación bajocriterios antagónicos a lo que hanhecho sus pares, y sin las medidasde prevención adoptadas portodos. Consideró que ya era tiempopara suspender la paralización deactividades económicas en la mismasemana que la aceleración delcontagio y muertes casi se duplicó, loque sugiere que estaremos la próximasemana peor de lo que estamos hoy.Qué importa. El presidente festinó.Quiere ir a dar el banderazo de salidaa la obra del Tren Maya, y ya tienelista su agenda de giras. Es decir, losbesos y abrazos vienen de regreso.
El mundo le da igual. El domingo anunció que publicará un ensayosobre economía para demostrar –nolo dijo ayer, pero lo ha señalado otrosdías-, que su modelo es el que todaslas naciones deben seguir. Sin sueñosde ese calado, naciones que iniciaronsu crisis sanitaria semanas antes queMéxico, apenas comenzaron estos díassu reapertura, y en Asia, donde inicióla pandemia, los rebrotes obligaron aralentizar el retorno a la normalidad yreforzar las medidas de prevención. Laprecaución en la que se ha embarcadoel mundo aquí se traduce en apuropara que pueda reiniciar su campañapermanente. Los votos, parecería,están por encima de las vidas.
Todas las naciones iniciaron elproceso de reapertura una vez queel número de contagios y muertesmostraban una tendencia a la baja;en México, será cuando el número decontagios y fallecimientos tuvo unaaceleración de 45% en la semana,según reconoció José Luis Alomia,vocero de la Secretaría de Salud paraesta emergencia sanitaria.
Todas lasnaciones desarrollaron protocolos yestán aplicando miles de vacunas en lapoblación para monitorear la enfermedad y detectar en forma temprana sihabía un rebote; en México, no hay aúnprotocolos federales ni se van a aplicarvacunas por parte del gobierno deLópez Obrador.
Si hay un rebrote, adelantó, rectificará los términos del regreso a la “nuevanormalidad”. El presidente LópezObrador se lanzó a un mar picado sintener claro cómo le hará, improvisandoconforme se vayan presentando lascircunstancias y resolviendo los obstáculos, como lo deja ver su declaración.
El ejercicio de prueba y error es un método científico, pero cuando son vidaslas que pueden perderse por el error, escomo ir a una guerra sin armas, cometiendo un suicidio.
El subsecretario deSalud, Hugo López-Gatell añadió incertidumbre con una reveladora admisiónen la conferencia de prensa nocturnadel miércoles pasado, al afirmar que“cuando hay un fenómeno nuevo, noconocido, estamos navegando sin unacarta de navegación sobre lo que va aocurrir”.
Es totalmente cierto lo que dice,razón por la cual prácticamente todaslas naciones utilizan los métodos y recursos al alcance para obtener más información sobre la enfermedad.
No esel caso de México. López-Gatell, el zardel coronavirus, se aferró a uno solo,el modelo Centinela, que si bien es unaestupenda herramienta de alerta temprana, ya no es el elemento principalpara monitorear los casos de Covid-19,sino principalmente, los registros dehospitales, como apuntó a principiosde mes. Los registros, sin embargo, nocompensan el subregistro.Alrededor del 10% de los fallecimientos por Covid-19 se dieron en personas que nunca pisaron un hospital, ydurante la primera parte de la pandemia, la plataforma de la Secretaría deSalud no permitía añadir la informaciónde los casos en las instituciones privadas del país.
No se sabe cuántos casosde Covid-19 quedaron registrados, decontagios y muertes, como neumoníaatípica, ni tampoco se ha explicado conclaridad –y sigue provocando discusióny conflicto-, porqué los números delgobierno federal suelen chocar con losestatales.La danza loca de los números se dahasta en la casa presidencial.
Un despacho en el reporte diario del portal EjeCentral sobre el coronavirus, encontróque en el mapa de vecindades municipales del gobierno federal existen274 de los municipios sin contagios, noen los 269 que anunció la mañana del miércoles en la presentación del plande regreso a la normalidad. Peor aún,algunas de las demarcaciones quepresentó la secretaria de Economía,Graciela Márquez el miércoles, nocumplían con los requisitos paraque fueran consideradas libres delCovid-19.De los 15 estados señalados conmunicipios libres de contagio, agregóel informe, 10 de ellos reportan unatasa de contagios en aumento y sólodos de los señalados por el gobiernofederal, pronostican una baja.
Deesas entidades, nueve están dentro de la clasificación de contagiosmáxima, alta o media alta, seis tienenun nivel de alarma baja, y sólo unaconserva la tendencia a la baja. Bajolos parámetros de otras naciones,sólo esta entidad podría haber sidoconsiderada para la reanudación dela vida productiva.Los datos del gobierno federal,son contradictorios entre sí. Laplataforma de la Secretaría de Saludtiene discrepancias con la elaboradapor el Conacyt, incluso con municipios libres de contagio que aparecenen una y no en la otra.
Hay tambiénmunicipios marcados para reiniciarsus actividades, cuyos vecinos estánmarcadas en los mapas federales como activas con el virus, con lo cual,por definición, tendrían que habersido excluidos de la reactivaciónproductiva.
Sobre esos números contradictorios, empero, López Obrador estátomando las decisiones para regresarel país a la vida normal, antes detiempo, si se toman como referencialas condiciones que han existido enotros países para ello, y sin una ideaclara de qué sucederá.