CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Este día del padre fue muy diferente, pues la mayor parte de la población acató las medidas de la Secretaría de Salud para evitar la aglomeración de personas.
Para nada se comparó la movilidad generada en la capital tamaulipeca este domingo 21 de junio, con el pasado 10 de Mayo Día de la Madre, incluso con el 30 de abril, Día del Niño.
Los restaurantes no registraron altas demandas de pedidos para llevar, mucho menos lograron una ocupación del 25 por ciento que es lo que tienen permitido operar desde la reapertura de actividades no esenciales.
Tampoco en los panteones hubo personas que intentaran ingresar a pesar del cierre decretado por la autoridad, como sucedió el 10 de mayo.
Las pastelerías lucieron con un movimiento regular: “ni velas especiales o letreros de los que ahora se utilizan alusivos al día del padre pidieron los patrones”, fue el comentario de una encargada de mostrado.
Esto debido a que durante la última semana los pedidos de pasteles especiales por el Día del Padre fueron mínimos, por eso no hay velas para felicitar a los papas, insistió tras señalar que tampoco hubo una mayor producción de productos para este domingo.
Otra de las pastelerías, que se ubica en la avenida 17, al filo de las 15:00 horas registró una fila de aproximadamente una cuadra de vehículos en espera de comprar un pastel para el papá de la casa.
El ahora famoso recorrido en coche para saludar al festejado en su día, que se ha vuelto una práctica común durante la pandemia del Covid-19 en cumpleaños, graduaciones, o hasta el 10 de mayo, tampoco se vivió como en otras fechas especiales.
En un recorrido de EXPRESO por los principales centros comerciales o tiendas de autoservicio, se pudo observar que los estacionamientos lucían con apenas unos coches en los estacionamiento, indicativo también de la poca demanda de productos para los festejos.
En tanto, Roberto N, al ser cuestionado sobre el bajo movimiento de personas en la ciudad, expresó. “Yo tengo una idea, al parecer la última racha de enfermos y defunciones en Victoria si alertó a más gente, aquí si se reflejó más tranquilo”.
En lo personal, dijo que los dramas que se viven en el proceso de cremación son muy difíciles, “yo he perdido a una tía y a un tío, por diferentes familias el parentesco, ya no vuelven a verlos, no hay velorio, solo son cremados los cuerpos y les entregan en urnas, el impacto es muy fuerte para los familiares”.