CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.-La comunidad LGBT de Tamaulipas llega al día internacional del orgullo todavía con muchas barreras por derribar, pero con ánimo para seguir peleando por sus derechos.
El matrimonio igualitario, que se ha convertido en una bandera para el movimiento, sigue siendo una asignatura pendiente porque el estado es uno de los 14 que aún no lo permite, a menos que sea a través de la figura del amparo.
Gracias a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación advirtió que negar el matrimonio entre personas del mismo sexo es violatorio de sus derechos humanos, decenas de parejas han tramitado recursos para poder casarse en la entidad.
En Tamaulipas, la organización México Igualitario ha conseguido amparar a 247 personas para que puedan casarse si así lo desean.
En total se han registrado 24 enlaces matrimoniales en las ciudades de Tampico, Victoria, Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo.
Todo esto, advierte Mercurios Espinoza de la organización México Igualitario, son logros que se deben a la lucha ciudadana: “Hemos tenido avances realmente desde que la misma ciudadanía empezó una estrategia jurídica en el estado como no se había dado”. A pesar de ello, claro, “todavía hay mucho por luchar”.
La batalla legal está basada en que el 12 de junio del 2015, la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió la jurisprudencia 43/2015 en la que concluyó que el matrimonio igualitario es constitucional.
Por ello, en automático todos los amparos que se interpongan deberán tener una resolución favorable para la pareja, aunque claro el trámite no necesariamente sea sencillo.
También la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) reconoció el matrimonio entre personas del mismo sexo como un derecho humano y pidió a los países adecuar sus legislaciones para dar vía libre a ese derecho.
La CIDH señaló que en su fallo que se deben garantizar el acceso a todas las figuras ya existentes en los ordenamientos jurídicos para asegurar la protección de los derechos de las familias conformadas por parejas del mismo sexo, sin discriminación con respecto a las que están constituidas por parejas heterosexuales.
La pareja interesada debe acudir primero al Registro Civil a solicitar que el matrimonio sea aceptado, lo cual no ocurrirá. A partir de entonces, corren 15 días hábiles para tramitar el juicio con el juez de amparo más cercano.
Al principio, el amparo podía tardar hasta dos años en salir; con el paso del tiempo, la espera se ha acortado a unos cuantos meses.
La primer pareja del mismo sexo que se casó en Tamaulipas fue en Tampico hace cinco años, en junio del 2015 y está conformada por Paola y Jéssica. Después de ellas, han venido decenas de parejas que han cumplido su sueño.
Hasta abril del 2019, Tampico era la ciudad con más matrimonio igualitarios, seguida por Nuevo Laredo, Matamoros y Reynosa, mientras que en Victoria sólo se ha registrado uno, de acuerdo a una solicitud de información respondida por la Coordinación General del Registro Civil de Tamaulipas.
A la fecha hay varios trámites pendientes tanto en los juzgados como en los registros civiles, detenidos por la pandemia.
Para el activista Mercurios Espinoza no hay duda, con todo y el rezago que pudiera tener el estado respecto a otras regiones del país, en los últimos cinco años se ha logrado avanzar mucho en la lucha de los derechos para la comunidad LGBT, en parte gracias a la difusión de los matrimonios que se han celebrado en la entidad.
“El hecho de haber iniciado esta lucha a través de la ciudadania y darle esta difusión a través de los medios se le da a conocer a la gente que las personas de la comunidad son iguales que cualquier otra, son personas con derechos otorgados por la Constitución, entones al saber esto el resto de los tamaulipecos, hay menos posibilidades de que sean discriminadas”.
Recuerda que hasta hace no mucho la discriminación era un hecho cotidiano, incluso desde la autoridad.
“Antes si veían tomadas a dos personas de la mano, por desconocimiento, policías municipales cuando existían, los detenían, en la actualidad cada vez se va viendo una mayor libertad y una conciencia de la ciudadanía de que somos sujetos de derechos”, narra.
Esta lucha contra la discriminación ha tenido más frutos entre la juventud: “En las actividades que realizamos con motivo de la lucha contra la homofobia, o en el día del orgullo, notamos que la mayor cantidad de personas que participan son jóvenes, ellos fueron creciendo conscientes de que tienen derechos, cuando ven en el periódico que una pareja de chicas contrajo matrimonio, lo ven como algo más cotidiano, eso ha servido para que los tamaulipecos respeten los derechos de quien sea sin importar su orientación sexual”.
Pequeños grandes pasos
El matrimonio igualitario no es la única lucha que enarbola con orgullo la comunidad LGBT de Tamaulipas.
Con un proceso jurídico similar, en marzo del año pasado se dio en la entidad el primer caso de cambio de identidad de género; Paulina Fernández González recibió su nueva acta de nacimiento en la Oficina del Registro Civil de Altamira. El trámite del amparo que se lo permitió inició un año antes.
“Hoy inicia para mí un nuevo reto en mi vida. Cambiar todos los documentos que tenía de manera oficial como Salvador”, dijo entonces Paulina, quien inició su proceso para la transición de genero desde hace más de 17 años.
Después de ella vino otro caso similar en Nuevo Laredo y actualmente hay otros cuatro en proceso en la zona conurbada del sur de Tamaulipas, que desafortunadamente se han visto afectados por la pandemia, lo que ha alargado su tiempo de espera para iniciar una nueva vida.
“Tenemos el caso de estas cuatro chicas que trataron de conseguir empleo durante la pandemia, contaban con que ya iba estar su documentación actualizada, desafortunadamente no fue así y cuando entregan su documentación son discriminadas, porque a simple vista tu ves a unas mujeres, pero cuando entregan sus documentos ven que reflejan la identidad anterior y terminan por ser rechazadas”, detalla Mercurios Espinoza.
De la mano de las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, las instituciones del país han ido adecuando sus operaciones a la nueva realidad, en la que por obligación deben atender a todas las personas y parejas, independientemente de su orientación sexual.
Así, por ejemplo, el IMSS y el ISSSTE deben otorgar seguridad social a las parejas igualitarias.
Apenas el viernes, el Infonavit informó del otorgamiento de 460 créditos hipotecarios a 230 parejas del mismo sexo, y Tamaulipas está entre las diez entidades con más parejas beneficiadas.
Aquí, han sido 18 las que han podido “juntar” sus créditos para acceder a una vivienda.
El representante en Tamaulipas del Director General del Infonavit, Honorio Cortazar Salazar, informó que los créditos se otorgaron a través de los programas “Unamos créditos Infonavit” y “Crédito Conyugal”.
Cortazar Salazar, señaló que el monto promedio de los financiamientos es de 627 mil 748 pesos, lo que implicó una derrama económica de 144 millones 382 mil 071 pesos en total.
Destacando que del total de créditos otorgados a parejas del mismo sexo, 302, es decir el 66 por ciento, fueron para personas que ganan menos de 8 mil 600 pesos al mes.
Se trata de pequeños pasos que en conjunto contribuyen a otorgar mejores condiciones de vida a los integrantes de la comunidad LGBTT, pero que no son suficientes.
Los activistas de la causa señalan que la discriminación está presente todavía en la vida cotidiana, y en muchas instituciones oficiales.
A final de cuentas, concluye Mercurios Espinoza, “aún hay mucho porque luchar”.