La función comienza hoy, el actor principal del espectáculo mediático político y de corrupción es Emilio Lozoya, a quien esta noche un avión del gobierno mexicano que llegó desde ayer a Madrid, traerá hasta la Ciudad de México y de ahí al Reclusorio Sur donde tendrá su audiencia de inicio de proceso y de donde se espera no salga pronto.
Así es mis queridos boes, no será un detenido cualquiera, Lozoya se sabe la combinación de la Caja de Pandora que amenaza con establecer un antes y un después en la lucha contra la corrupción en el país, lo que podría poner en prisión a verdaderos peses gordos del viejo régimen priísta, incluso al mismo ex presidente Enrique Peña Nieto.
Ayer supimos que la exigencia de ONGs para que este juicio fuera público no fue aceptada, porque el Consejo de la Judicatura no lo permitió, pero aseguraron que darán santo y seña de lo que Lozoya diga.
Lozoya de perseguido del régimen de Andrés López Obrador, hoy a cambio de beneficios, se ha convertido en el arma contra los que fueron sus cómplices, pero también y ahí está el gran pero de este show, seguro será utilizado para atacar políticamente a los que el líder de la 4T considera sus enemigos políticos.
El lunes aquí les daba un adelanto, porque resulta evidente, que Lozoya no solo va servir para desenmascarar a la mafia corrupta del sexenio de Peña Nieto, sino también será el instrumento para presionar a los gobernadores que han exigido un trato presupuestario justo para sus estados.
¿Quién es Emilio Lozoya y por qué tantas expectativas con su detención y juicio?, hombre de las confianzas de Peña Nieto, de quien fue su coordinador de vinculación internacional en la campaña allá en el 2012.
Y fue en ese tiempo cuando comenzó
a escribirse la historia de corrupción cuya puesta en escena levanta el telón este día. Ahí apreció Odebrecht, la gigante empresa corruptora que presuntamente entregó 140 mil dólares para la campaña de Peña Nieto, como lo hizo en otros países.
El ex esposo de la gaviota le pagó el favor y lo nombró Director General de PEMEX y aunque los escándalos de Odebrecht le alcanzaron desde los primeros años del sexenio pasado, Peña Nieto lo mantuvo en el cargo hasta el 2016, cuando Odebrecht aceptó los sobornos a funcionarios del gobierno de México.
Y es que la entrega de dinero ilegal a Lozoya, según Odebrecht, siguieron ya cuando este era director de Pemex, sobornos que también involucran a la empresa OHL, que también le pagaba millones para ganar licitaciones de obras de gran calado.
Del ahora aliado de AMLO, cobraba entre 50 mil y un millón de pesos solo por atender empresarios y políticos, según las investigaciones de la Unidad de Inteligencia Financiera y su titular Santiago Nieto.
Además, a Lozoya se le tiene documentado el mega fraude contra Pemex a través de la compra de la planta chatarra de Agro Nitrogenados en el 2013, por la que Pemex pagó 57% de su valor real.
El pago fue de 264 millones de dólares, por una planta que tenía ya 30 años y 14 sin funcionar, pero además también autorizó la compra por parte de Pemex de la empresa Fertinal, por la que pagó 14 veces su valor real.
Lozoya era ya un magnate con cargo al erario público, que lo mismo usaba los helicópteros de Pemex para su transporte personal y familiar.
En el trato que Lozoya hizo con el gobierno de López Obrador, a cambio de que no se ejerza acción penal contra su familia y que él obtenga beneficios a la hora de la sentencia, se establece que este soltará santo y seña de la corrupción.
Por lo pronto ya trascendió que en una declaración escrita y entregada por sus abogados, asegura que el ex presidente Peña Nieto y Luis Videgaray, ex secretario de Hacienda y luego Canciller, fueron las cabezas de las operaciones de corrupción que a él se le señalan.
Y es muy lógico, ni modo que Lozoya se mandara solo, ni modo que miles de millones de dólares de Pemex salieran para comprar chatarra sin que Peña Nieto y Videgaray lo supieran y no participaran en el negociazo.
Pero en este juicio, el verdadero propósito de AMLO es doble, porque está claro que Peña y Videgaray son cómplices de Lozoya.
El otro gran interés es pegarle a
los enemigos políticos; entre ellos
a gobernadores panistas a quienes acusarán de haber recibido dinero
a cambio de aprobar las reformas estructurales; en especial la Energética cuando fueron legisladores.
Es decir; el gobierno que dice estar en guerra contra la corrupción, usará a un corrupto para atacar a sus adversarios políticos, lo que es de hecho un acto corrupto, mientras a especímenes marcados por la sospecha como Manuel Bartlett, Irma Eréndira Sandoval, Zoe Robledo y Ana Guevara, con evidentes malos manejos y enriquecimiento ilegal son protegidos; ¿será que en este sexenio quieren sus propios corruptos?.
EL MALTRATO A TAMAULIPAS…
En 5 meses la 4T le mocho a Tamaulipas 194 millones de pesos de lo que se supone estaba etiquetado para mandar al Estado. Por eso el grito en el cielo que ha puesto el gobernador Cabeza de Vaca desde hace dos años, porque mientras en las mañaneras AMLO dice que a todos los estados les llega lo que les toca, la realidad es muy diferente.