TAMAULIPAS.- Por su situación geógrafa, México es un país que está en alerta constante por la llegada de huracanes, y Tamaulipas por ser un estado costero ha sido ruta de diversos fenómenos de ese tipo. En el colectivo popular se quedaron más desde que en 1953 Estados Unidos empezó a poner a los huracanes nombres de mujer, una práctica que tuvo su fin en 1978, cuando se incorporaron nombres masculinos en las listas del Pacífico Norte oriental.
Y hablando de la época en que no tenían nombres, a principios del siglo XX, para ser más precisos, el viernes 27 de agosto de 1909, un fuerte ciclón azotó en gran parte de Tamaulipas, dónde provocó graves daños aquí y en Nuevo León, por lo que es recordado solamente como el ciclón del 9, en referencia al año.
El Hilda inunda Tampico
En septiembre de 1955, el huracán Hilda tocó tierra en las costas de Tampico, por lo que éste ciclón fue el último de gran talante que causó daños significativos en las costas de Tampico y Ciudad Madero.
Poco después, en 1966, la tormenta tropical Inés tocó tierra en esta costa tamaulipeca.
Desde entonces, la prensa local ha destacado en sus titulares que no ha habido ciclones en la zona. Pero la explicación que dan no tiene que ver con meteorología, sino con la supuesta presencia de extraterrestres en la playa de Miramar, en Ciudad Madero, a un costado de Tampico.
El historiador Francisco Ramos Alcocer, relata que ese mes de septiembre de 1955, tres huracanes alcanzaron la zona, “Gladys”, “Janeth” e “Hilda”, pero fue este último, el que provocó el desastre más grande en la historia del puerto jaibo.
Al tocar tierra la madrugada del 19 de septiembre, sus rachas acabaron con todo a su paso, en su mayoría casas de madera, espectaculares y estructuras metálicas que terminaron en medio de las vialidades convertidos en escombro y basura, recuerda.
“Al otro día de haber tocado tierra y después de acabar con todo a su paso, comenzó la reconstrucción de la ciudad, por todas partes se escuchaban los martillos y los serruchos trabajando, esto sin imaginar que lo peor aún estaba por llegar pues se acercaba lo que comúnmente se conoce como la cola del ciclón”.
Este huracán ya había cobrado la vida de decenas de personas, mientras que otros estaban en calidad de desaparecidos. Zonas bajas como las colonias Morelos y Cascajal ya tenían el agua hasta el cuello.
Don Manuel, un viejito tampiqueño, recuerda perfectamente que tras escuchar los ruidos tremendos que parecían rugidos de leones tras su puerta, se hincó pidiendo a Dios que todo pasara.
“Sí sentí miedo, porque al otro día me di cuenta que hubo muchos que ya no volvimos a ver, abuelitos de mis amigos que, pensando en el miedo de perder sus bienes, no quisieron evacuar y fueron arrastrados con todo y casa”, dijo.
La creciente fue después, indica que eso provocó que el agua subiera tanto
que Tampico parecía Venecia, por lo que tenían que salir en lancha a realizar sus compras a la Plaza de la Libertad, que en ese entonces se convirtió en el mercado.
El periódico El Porvenir de Monterrey puso en primera plana “En un inmenso mar están convertidas las huastecas y suburbios de Tampico”
Dicho diario decía que ese día las trágicas aguas del Panuco arrastraron dos cadáveres, pero no se les pudo rescatar por lo embravecido de las aguas.
Se calculaba que había varios ahogados.
El presidente de la república ordenó que se entregaran 100 toneladas de maíz y otras tantas de frijol para los damnificados, los cuales habían sido reubicados a escuelas y demás lugares de refugio.
Cuatro helicópteros prestados por el gobierno de Estados Unidos llegaron al puerto para entregar víveres a los habitantes ribereños y de las zonas afectadas.
El gobernador Horacio Terán se reunió con diversos sectores de Tampico, por lo que se formó un comité de auxilio, dirigido por el entonces alcalde Manuel A. Ravizé, que se encargaría de dar la ayuda que fuera necesaria para los damnificados.
El Beulah golpeó Reynosa
El huracán Beulah viajó por el Caribe y golpeó la península de Yucatán en México, ganando categoría 5.
Es considerado como el más fuerte de la temporada en el año de 1967.
Fue el día 20 de septiembre del año 1967 cuando tocó tierra en la desembocadura del río Bravo, el cual provocó que interrumpieran los servicios de energía eléctrica, agua y telefonía.
El río Bravo se rompió en varias partes, una fue en el puente El Morillo, el Ejido Anzaldúas, Las Calabazas, en Reynosa Díaz y la colonia Del Prado.
Uno de los refugios utilizados en este desastre natural fue la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe y la sala cabildo del municipio.
“Beulah” es uno de los fenómenos naturales que marcó un antes y un después en Reynosa, dejando un recuerdo imborrable en el país, pero en especial a los habitantes de esa ciudad fronteriza.
Las personas que perdieron sus hogares al quedar inundadas por el agua, fueron rescatadas por elementos del Ejército Mexicano y llevados a diferentes albergues.
El famoso huracán Gilberto
El Huracán Gilbert fue uno de los ciclones tropicales más intensos, devastadores y mortíferos registrados en el océano Atlántico en el siglo XX por la Organización Meteorológica Mundial.
En septiembre de 1988, Gilberto asoló el Caribe y el golfo de México por cerca de nueve días. En México se le conoce como el Huracán del Siglo XX y en Cuba como El Huracán Asesino. Gilberto se formó el 8 de septiembre de 1988 como la depresión tropical #12 de la temporada, cerca de las Islas de Barlovento.
Al Al continuar su desplazamiento sobre las aguas cálidas de 27 °C del Caribe, la depresión se intensificó a tormenta tropical el 9 de septiembre, y recibió su nombre. Este patrón de intensificación continuó hasta transformar al sistema en un huracán intenso (mayor a la categoría 3 en la escala de Saffir-Simpson) el 10 de septiembre, coincidiendo con el pico climatológico de actividad de las temporadas de huracanes del océano Atlántico. El trayecto hacia Jamaica lo hizo con vientos de 200 km/h, que hacían en ese momento a Gilberto un huracán categoría 3. Al alejarse de la costa de jamaiquina, Gilberto comenzó de nuevo a intensificarse rápidamente.
El huracán acababa de alcanzar la categoría 5 al pasar por las Islas Caimán.
Intenso Gilberto continuó hasta alcanzar sus vientos sostenidos máximos de 296 km/h.
Esto lo colocó como el segundo huracán con vientos más intensos desde que se tiene registro, solo superado por el huracán Allen con vientos de 305 km/h. Gilberto tocó tierra por segunda ocasión el 14 de septiembre en la península de Yucatán, México, como un huracán de categoría 5. Gilberto se mantuvo por encima de la categoría 3 hasta el momento de impactar tierra por última vez cerca de La Pesca, Tamaulipas.
Gilberto se degradó a tormenta tropical con vientos sostenidos de 100 km/h justo antes de golpear la ciudad de Monterrey, Nuevo León, donde desbordó el río Santa Catarina, además de causar graves daños por inundaciones debido a las lluvias torrenciales que dejó en todo el noreste de México.
Posteriormente giró hacia Estados Unidos, donde provocó 29 tornados en Texas y siguió degradándose hasta convertirse en depresión tropical.
Tamaulipas recibe al monstruo
Aunque Tamaulipas ha padecido la furia de huracanes, tormentas tropicales y demás fenómenos catastróficos, Gilberto, que impactó la tarde del 15 de septiembre de 1988, no se puede borrar de la memoria.
Gilberto o Gilbert, como también se le denominó, alcanzó vientos máximos de 215 kilómetros por hora, arrasando todo lo que estuvo a su paso.
La información oficial establece que el primer punto de choque fue en el municipio de Soto La Marina, en la playa La Pesca específicamente.
Sin embargo, los municipios de San Carlos, San Fernando, Ciudad Victoria y Tampico, entre muchos otros —siendo las dos primeras donde mayores afectaciones provocó—, recuerdan los daños provocados.
Consecuencia de la escasa preparación en materia de protección civil con que contaba México y, por ende, Tamaulipas, cientos de personas perdieron la vida; se habla de poco más de 300 muertos.
En el poblado La Pesca, sus habitantes recuerdan: “Habíamos escuchado vagamente, no había la comunicación que existe hoy en día, pero uno nunca se imagina tanto peligro.
No era la primera vez que se vivía un huracán, pero nadie esperaba ese monstruo”, dijo.
Dijo que de pronto se vio cómo ennegreció el cielo, de un día soleado pasó a ser uno nublado con viento que levantaba casas completas.
Techos de lámina y paredes parecían de papel, los artículos domésticos eran tan frágiles que simplemente se les veía pasar arrastrados por el agua.
Un viejo habitante de La Pesca dice que el 15 de septiembre, la mañana de ese día estaba calmado, pero como a las cuatro o cinco de la tarde comenzó todo a cambiar: “Para las seis de la tarde empezó el aironazo y la fuerte lluvia; si te quedabas parado el viento te llevaba”
Otro testigo de ese fenómeno meteorológico fue Janeth Soto, ex habitante de San Carlos, uno de los municipios más afectados, donde al menos tres puentes carreteros fueron totalmente arrastrados por las fuertes corrientes de agua, además que, por ser una localidad rural, las viviendas fueron endebles ante los embates de la naturaleza.
En Ciudad Victoria, los daños no fueron tan severos, sin embargo, hubo techos de viviendas, árboles y cableado eléctrico derribados, así como algunos desbordamientos, como el del río San Marcos.
Un ex comandante de Protección Civil de Victoria recuerda: “Con Gilberto auxiliamos a la población. Hubo muchos problemas en la ciudad, afortunadamente no pegó como se esperaba, porque recuerdo que los pronósticos establecían que la capital era un punto crítico, pero después se desvió y los daños fueron diversos, pero no hubo muertos, ni lesionados”.
HURACANES INOLVIDABLE
-El del 9
-Hilda, que devastó zona sur
-Behula que afectó Reynosa
-Gilberto, conocido como el huracán del siglo, por su enorme capacidad destructiva
FOTO GALERIA
Ciclones, el
enojo de la
naturaleza
a-El ciclón de 1909 causó muchos daños
b-En 1955 el Hilda golpeó a Tampico
c-El centro de Tampico, convertido en una Venecia
d-El Behula, desbordó el Río Bravo
e- Una de las calles de Reynosa, en el huracán Behula, en 1967
f-El huracán Gilberto, fue el más letal