ALTAMIRA, TAMAULIPAS.- En apenas una década la pesca de camarón y acamaya en el sistema lagunario del sur de Tamaulipas bajó de un promedio de 42 a 45 toneladas a un máximo de 6 toneladas en temporada alta.
Eugenio Flores Delgado, dirigente de la cooperativa “Tampico” con cerca de un siglo de operación y que concentra a pescadores de la zona metropolitana del sur de Tamaulipas, informó que la operación de pescadores ilegales en los embalses y la falta de vigilancia federal son los responsables de la situación adversa.
“Entre 1990 y el 2010 se tenía todavía una producción en general de 42 a 45 toneladas en un periodo de seis meses de pesca, que es la que se permite por las vedas federales, y no teníamos de que batallar por que no había producto o se escaseaba, nos alcanzaba para exportar”, dijo.
De acuerdo con el censo, comentó que se encuentran afectados de manera directa aproximadamente 2 mil 400 pescadores de aguas interiores, establecidos en 14 cooperativas o uniones, debidamente registradas ante la Secretaría de Pesca.
Los pescadores ilegales o sin registro que mantienen operaciones en la región, comentó que utilizan artes de pesca prohibida que se conocen como “hueveras” y que se colocan en puntos extrechos o pasos de agua de un extremo a otro.
Con esta acción, advierte, que quedan atrapados en las redes toda clase de peces, crustáceos y moluscos que se desplazan a través de los ‘brazos’ del Tamesí o extensiones del complejo de embalses naturales.
“El término es depredación. Lo mismo agarran los camarones, acamayas, que ya están en su edad adulta, que las crías , además de que dañan seriamente con el ‘arrastre’ el fondo de las lagunas, donde se encuentran depositados los nutrientes , huvecillos y las especies que se encuentran en desarrollo; el resultado es bastante dañino”, dijo.
Entre 2017 y 2020, comentó que se habría solicitado a la Secretaría de Pesca del Gobierno Federal la aplicación de esquemas de vigilancia mucho más estrictos y el retiro definitivo de los pescadores que operan sin registro.
En el caso de la Jaiba, explicó que es tanta la cantidad de redes dispuestas de manera ilegal, que cuando ingresan con las crecientes de mar al sistema lagunario, son capturadas de inmediato.
La temporada de pesca, añadió que se extiende por seis meses aproximadamente a lo largo de un ciclo, siguiendo los procesos de regulación aplicados para cuidar el desarrollo de las especies con valor comercial.
POR José Luis Rodriguez Castro/ La Razón