Analistas y politólogos desmenuzan ya el Proyecto del Presupuesto Federal 2021, y cada uno lo ve dependiendo de cómo les irá en la feria del dinero público, algunos medios nacionales destacan como
se aumenta el presupuesto para los proyectos estrella de la 4T, más gasto para Santa Lucía, Tren interurbano México-Toluca y cerca del 50 por ciento más para el Tren Maya. A los nuevos programas sociales que traen el sello político de AMLO, como becas y apoyos a los abuelitos también le seguirá yendo muy bien.
Pero el reparto no ha sido equitativo y falta a todo lógica de transversalidad para fomentar la igualdad entre hombres y mujeres como se debieran hacer las cosas atendiendo una agenda igualitaria, la reducción del gasto a los programas que estarían destinados a la mujer es por demás evidente.
A propuesta del Ejecutivo y con la anuencia del Legislativo se determinó que para el próximo año se destinará sólo un 2 por ciento del presupuesto a programas de igualdad y sólo el 1 por ciento a acciones que puedan ayudar a frenar la violencia de género.
Esto ya lo veían venir las colectivas feministas que desde que se anunció el proyecto intentaron reclamar al presidente y convencer a legisladores, sin éxito, sobre la necesidad de cambiar la asignación federal.
Amor con amor se paga ha dicho
en varias ocasiones el presidente en su pódium desde las mañaneras, desde donde sostiene que en este sexenio las mujeres serían apoyadas como nunca antes, sin embargo, las voces feministas le reclaman sus desaires.
“En México, ser mujer pareciera ser una desgracia. No encontramos apoyo en las instituciones” ha dicho Malena Ríos, saxofonista oaxaqueña atacada por un hombre en un intento de feminicidio. La tragedia que sufrió le cambio la vida para siempre, a ella y a toda su familia, en la región mixteca donde muchas mujeres sufren violencia o pierden la vida, “vivir es cansado” y “frustrante” se lamenta en en entrevistas con medios nacionales, justo a un año de que sufriera el ataque con ácido que la ha dejado secuelas en todo el cuerpo y el alma. “Es muy desgastante salir con desconfianza” y tener que cuidarnos de todo.
La artista que detuvo su carrera momentáneamente por esta agresión, narra su desgarradora historia y revive el dolor que le ha cambiado el carácter, se define más fuerte y nota cuando un político o política se le acerca, solo para simularle acompañamiento y comprensión, pero luego se vuelven a olvidar del caso, dice que hay diputadas “que creen que con ponerse un sombrero y un huipil ya están ayudando” pero no vuelven a llamarle. Ella, como muchas más mujeres sí han encontrado apoyo en las colectivas y así lo declara: “las organizaciones (civiles) siempre han estado y siguen estando, me dan fuerza y me motivan, me doy cuenta que no estoy sola”, reconoce y sentencia que si no fuera por la visualización de su caso en medios, el proceso de justicia no hubiera iniciado.
Malena, sobreviviente de la violencia de género, como muchas más mexicanas, se dice cansada de tanta impunidad y de que las autoridades sigan re victimizando a las mujeres “El pueblo es sabio, pero también se cansa”.
Pero hoy las instituciones, tanto como las ONG’s dedicadas a la acción política o labor ciudadana con perspectiva de género, han sido minadas, en donde más se dedicaron a recortar el presupuesto fue de las etiquetas que decían: equidad, igualdad, mujer.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE