Héroes de la salud… durante esta pandemia se puso en boga la expresión para referirse a personal médico, de enfermería y de intendencia que labora en la primera línea de batalla contra el Covid; es decir, que tienen contacto directo con pacientes que se han contagiado de coronavirus; pero hay un personaje más, del que casi no se habla y cuya labor es valorada, sobre todo, por personal de enfermería: el camillero.
La labor del camillero implica no solo transportar a un paciente de un sitio a otro, sino ayudar a su movilización incluso cuando el enfermo es absolutamente incapaz de valerse por sí mismo; un ejemplo de esto es cuando una persona en terapia intensiva debe ser bañada.
En ese caso, el camillero apoya al personal de enfermería poniendo a los pacientes en determinada posición y manteniéndolo así para permitir que se realice el aseo corporal.
Es el encargado de elegir la manera más eficiente y segura de cambiar de cama a un paciente, y de mover su cama o camilla, llevarlo a realizarse los estudios que amerite y regresarlo a salvo a su lugar. El trabajo se facilita cuando la condición del paciente permite que se realice en silla de ruedas.
Esas, por mencionar algunas, son las tareas de estos trabajadores de la salud.
La labor de este personal no está exenta de los cambios que estableció la pandemia, como lo comentan camilleros del Hospital General de Ciudad Victoria, Roberto, Jesús y Antonio.
Habla Roberto: “Como muchos compañeros lo han externado en diferentes entrevistas, es algo nuevo que llegó de un día para otro y que finalmente llegó a Ciudad Victoria… y nos toca entrar, nos toca trabajar y ayudar en lo que se pueda”.
Su semblante es tranquilo, y con voz serena recuerda: “Cuando a mí se me asignó entrar al área Covid, el primer cambio fue el traje, un poco pesado… al principio eran pocos pacientes, en un área más chica y se sentía un poco fresco”.
El traje, o EPP (Equipo de Protección Personal) como se le conoce técnicamente, es, prácticamente, un mameluco de plástico, que se complementa con una bata, doble bota y doble gorro y doble par de guantes quirúrgicos; además de cubrebocas KN-95 y googles que se adehirán con cinta al rostro y al EPP, volviendo hermético el interior.
“Conforme fueron transcurriendo los días se fue haciendo más grande esto, y entonces había qué aguantar un poco más el calor; te sentías incómodo porque era un traje que nunca habías usado.
“La diferencia entre entrar en el área Covid y entrar en hospitalizaciones es grande, porque te limitas de hacer tus movimientos a como estábamos acostumbrados a hacerlos; la vista, porque se pueden empañar los googles”.
Modesto, considera que no es necesario que su labor sea mencionada; afirma que ser parte del equipo es una realidad y nadie lo hace a cambio de ganar admiración.
“No pienso nada respecto a que no se destaca o menciona el trabajo de los camilleros cuando de héroes de la salud de habla; en lo personal y lo que he visto en mis compañeros es que nunca hacen algo con tal de que se hable de ellos.
“Cuando se habla de héroes de la salud de antemano sabemos que vamos involucrados. Mis compañeros nunca hacen algo para levantarse el cuello”.
Por su parte, Chuy y Toño, como los conoce el personal, hablan también de su experiencia.
La entrevista se realiza en el exterior del hospital Covid, es decir, bajo el Sol, por lo que debe ser breve a fin de no incrementar más el calor dentro de sus trajes.
“El trabajo en el covitario ha sido difícil; ha habido varios pacientes graves, pero gracias a Dios va bajando; ya no los hay como antes, ahí vamos poco a poco”, comienza Jesús.
Le sigue Toño: “Aquí estamos, trabajando día con día para tratar de sacar lo más adelante que se pueda el trabajo; es difícil porque con estos trajes se siente mucho calor; a veces tenemos que andar afuera (a la intemperie) moviendo pacientes y todo lo que implica.
“Pedimos a la gente que se cuide, que utilice el cubrebocas, para tratar de bajar esta pandemia; es difícil pero con las recomendaciones se puede lograr”.
Chuy coincide con Roberto en que la principal diferencia entre el trabajo normal de camillero y el trabajo que se realiza frente al Covid radica principalmente en uso del EPP.
“Pues esto”, dice Chuy cuando se le pregunta, señalando su traje, “tener el traje puesto, aguantar el traje, los dos pares de botas, dos pares de guantes, andar completamente tapados, traer el cubrebocas
“Como se fijan andamos completamente sellados, no nos entra nada de aire fresco; más que nada aguantar la deshidratación de todo el día, eso ha sido lo más difícl que nos ha tocado”.
Cuentan que no han sufrido actos de discriminación hasta el momento.
Como anécdotas, sienten satisfacción por los pacientes que se van recuperados a su casa.
Por su parte, Antonio indica también no haber sufrido actos de discrimimación; al menos de su parte no ha sentido rechazo alguno.
“No sé si algún otro de mis compañeros… más que nada por miedo, porque la gente piensa que por estar aquí, ya andamos infectados, pero pues no, como se puede ver: andamos protegidos de todo; y sí es difícil portar este traje”.
Y debido a que señala tener poco en este empleo, agrega: “entras al turno y no puedes comer, no puedes ir al baño, tomar agua, por lo mismo de que no te puedes andar quitando y poniendo el traje por el riesgo de contagio.”
Como últimas palabras al público en general, piden que extremar los cuidados, sobre todo tomar en cuenta las recomendaciones que da Gobierno del Estado a través de la Secretaría de Salud
“Y pues aquí estamos trabajando al cien todos los compañeros, igual allá, adentro del hospital, en beneficio de los pacientes”.
Por Gerardo Patiño