22 abril, 2025

22 abril, 2025

La evolución de los carteros

El servicio postal mexicano lejos de desaparecer se ha transformado en un oficio indispensable para el funcionamiento de la sociedad moderna

Son las 10:30 de la mañana y el rugido de motocicletas empieza a retumbar en el patio del Palacio Federal. No es una reunión de ‘Chopers’ o algún desfile es el inicio de la jornada de entrega del servicio postal mexicano.

Con la acelerada evolución de la tecnología, tal vez habrá muchos lectores que piensen que la labor del cartero ha quedado obsoleta, pero la realidad es que contrario a este pensamiento, no solo evolucionó, sino que se expandió.

Es verdad, la manera actual de comunicarnos persona a persona se apuntala en el uso del celular y las redes sociales: hoy en dia es posible mandar un mensaje a cualquier parte del mundo en solo segundos, pero hay muchas otras cosas que solo el servicio postal puede hacer.

Con el ‘boom’ del comercio electrónico y la enorme oferta de mercancías y productos hechos en China, el flujo de envíos creció exponencialmente en nuestro país.

El cartero (como tradicionalmente le llamamos) ya no solo entrega cartas, sino correspondencia institucional y bancaria ademas de una innumerable cantidad de objetos, ropa, electrónicos y baratijas que ofrecen sitios como Wish, Bandgood, Amazon, Mercado Libre, Aliexpress, Linio y todas las grandes tiendas departamentales aparte de los envíos entre particulares.

Esto a multiplicado su chamba a un nivel impresionante tanto al exterior asi como de recepción.

¡Es un mundo de trabajo! Pero para las 40 personas que integran el servicio postal (incluyendo a sus 32 carteros) es pan comido.

Jesús Reyes es cartero especializado y tiene 18 años trabajando en correos y es la segunda generación de trabajador postal, antes de él sus tios, y ahora su hermano y una prima.

Como todos sus compañeros de oficio Chuy le comenta al Caminante que también posee la anécdota de la clásica ‘correteada’ que le acomodó un perro tipo boxer en los andadores de la colonia Miguel Alemán… cuenta que hasta un zapato perdió pero afortunadamente no logró hincarle el colmillo.

El como muchos empezó a trabajar como cartero ordinario en una de las 36 rutas que componen el ramal de entregas de este municipio.

El dia a dia de los carteros tiene muchos colores. Para algunos es la penumbra de la madrugada.

Para Chuy, la mayor satisfacción de trabajar como cartero es que cuando duran un buen tiempo trabajando en una ruta, se crean vínculos muy cercanos con los usuarios. Por ejemplo, cuando le ha tocado repartir las cartas que se envían desde la penitenciaría, que es el único medio de comunicación entre el interno y sus familiares. Cuando ha llegado a entregar la misiva con noticias de su hijo, hermano o padre encarcelado, los destinatarios reciben el sobre con mucho sentimiento y alegría.

Pero también ha habido situaciones tristes en mas de una ocasión. Por ejemplo cuando el cartero traba una amistad con personas mayores que mes a mes reciben correspondencia y que de manera espontánea y amena se echan la platicada, sin embargo y debido a esta seria pandemia, llega la ocasión en que acude a entregar correspondencia y se topa con la noticia de que esa persona ha muerto.

“En esta temporada de la pandemia es triste no volver a ver tanta gente amable que se ha ido, personas mayores con las que convivías, con las que conversabas y te ofrecían un vaso de agua o un refresco, y de un dia para otro ya no están” comenta el cartero.

Sin embargo, la vida sigue, la correspondencia nunca deja de llegar, y la chamba no espera. Chuy tiene que dejar hasta aquí su plática con el Caminante y debe regresar a su intensa labor en esta enorme oficina donde todo se ensambla como una maquinaria para clasificar y enrutar cada sobre y cada paquete.

De esta manera el servicio postal mexicano es una empresa indispensable para el buen funcionamiento del país y el enlace necesario para miles o millones de personas que intercambian cartas y mercancías a nivel nacional e internacional. Vaya un agradecimiento y homenaje a estos héroes de la comunicación. Demasiada pata de perro por esta semana.

Por JORGE ZAMORA

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