7 julio, 2025

7 julio, 2025

CARTA AL PASADO DCON TIMBRES

RIGOBERTO HERNÁNDEZ GUEVARA / CRÓNICAS DE LA CALLE

Desde luego era un día como éste y no llovía. Es diciembre y en otras épocas hace frío, aquel día era uno de esos.Nunca se Sabe. La recuerdo fijamente como viendo el viento y la reconozco en la luz de aquel día que se enciende en mi memoria. Te recuerdo ahora.

La chamarra no sé si abrigo cubría más de lo que uno quisiera de tu cuerpo y qué bueno. Yo no tenía frío o tuve y no le dí importancia, era un momento importante en mi vida estar contigo. Fue como un rato y fue hace rato de eso.

Es bueno saber que existes ahora en este instante en mi mente, que no te has borrado. El día era claro y llovía gotas de sol por los cristales. Me levanté temprano para ver como se diluian con el agua y se extendían.

Estaba pensando en ti, como ahora que desde que me desperté he visto tu rostro imaginado.
“Sigue siendo la misma”, me dijo alguien, con tu sonrisa abierta y bonita, déjame decirte que tal vez me gustes más ahora no sé por qué pero sería algo que te diría si un día te volviera a ver.

Y te recuerdo ahora paloma de cornisa, ojos de cielo de par en par, cabellos que suben en espirales sobre mis frases. En cambio has estado siempre. A veces te recuerdo mientras hago un trabajo cotidiano, cuando escribo.

Aún te escribo poemas no sé por qué, confieso ahora que te recuerdo, hacerlo es un pedazo de cielo, una plaza sola en este desierto. Me vuelvo enamorar de tu cara alegre y mi nostalgia me vuelve alegre y no triste.

Quedamos en tomarnos un café y no lo hemos hecho. Te recuerdo como eras desde que vi tus pasos sobre la banqueta llena de hojas. Te vi de lejos y tú no a mí o tal vez sí, quién iba a pensar en ese momento, con el tiempo se que debí hacerlo.

Tengo las frases concretas de aquel día. Los tres te quiero seguidos posando tu rostro junto al mío. Desde adentro de la cafetería se veían los comensales y pudimos ver nuestro rostros juntos como dos enamorados.

No querrás creer pero yo quería contarte cosas que no te conté y cantarte las canciones que te scribía. Aquel día entró un cantante y cantó un bolero que olvide por estarte viendo parpadear china de tus pestañas y de tu pelo negro.

Desde ahí se veía la ciudad que ahora no veo. Hace nada de eso, pero es ahora sí lo pienso, si lo escribo.

Tengo la frescura de tus manos y tu cara buena al pendiente del movimiento de mi cuerpo. El sobre va lacrado en papel Craft y en la hoja amarillenta le escribo al pasado. La estampilla es ordinaria con una cabeza olmeca en la portada. Atada a otras la carta llegará en 8 días.

Aquí estaré si quisieras leerla juntos querido pasado. Pero estamos en aquel día que nos arroja serpentinas. Atrás del día, al margen hay dibujos y un número telefónico tuyo, el título de un libro /Movimiento Perpetuo” de Augusto monterroso; y nuestras firmas necesarias para esta carta.

He leído muchas veces el libro con una especie de crónicas como las que escribo, bueno mejor que las que hago. Hay un sitio en un librero donde quedamos devolverlo, todo ante notario.
También es raro que escriba con la tarde.

El día como aquel es este. Si te asomas a la calle por donde paso te estoy mirando y pasaron los años. Firmo esta carta al margen y al calce, pensandote. Espero que la leas pronto. Posdata: tu gato ha vuelto en un barco imaginario
HASTA PRONTO.

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