TAMAULIPAS.- Leticia Rivera Cabrieles, capitán de corbeta del Servicio Docente Naval, explicó que de acuerdo con los documentos que registran este acontecimiento, identificado como el Incidente Tampico, el arresto de los oficiales estadunidenses duró aproximadamente 90 minutos.
La jefa del Departamento de Historia Naval de la Unidad de Historia y Cultura Naval de la Secretaría de Marina Armada de México indicó que ése fue el mero pretexto que aprovechó el presidente estadounidense Woodrow Wilson para ordenar la invasión posterior, el día 21 de abril al puerto de Veracruz.
La investigadora explicó que todas las condiciones estaban dadas para que el gobierno de Washington desconoció a Victoriano Huerta y presionara su salida del poder en México, a través de la última invasión y conflicto grave entre las dos naciones.
Postura gringa tras el golpe de estado de 1913
Después de su elección en marzo de 1913, el presidente estadounidense Woodrow Wilson fue informado por el agente especial William Bayard Hale, sobre los sucesos acaecidos en febrero en México, por lo que quedó horrorizado por el involucramiento y apoyo total del embajador Henry Lane Wilson al golpe de estado y cuartelazo contra Madero.
Hale reportó que «Madero no hubiera sido asesinado si el embajador estadounidense hubiera completamente entendido que la trama podía ser detenida sin asesinar», y acusó a Wilson de «traición y perfidia, asalto y patrocinio del asesinato de un gobierno constitucional».
El Presidente estadounidense envió a México a John Lind como agente de paz, y el 17 de julio de 1913, el presidente despidió al embajador Wilson, dejando en la embajada a un encargado de negocios, en la persona de Nelson O’Shaughnessy.
Edith Coues, esposa de O’Shaughnessy, relataría en sus memorias que su esposo había ocupado distintos puestos en la embajada en México desde 1911 y que permanecieron en el país hasta abril 1914, debido a que el incidente de Tampico desencadenó la invasión estadounidense del puerto de Veracruz.
Incidente
de Tampico
El 9 de abril de 1914, la ciudad y el puerto de Tampico estaba en poder de fuerzas federales a las órdenes del general y gobernador Ignacio Morelos Zaragoza, y era objeto de constantes ataques de parte de las fuerzas revolucionarias, los cuales cesaron el día 14 del mismo mes, cuando los carrancistas se retiraron.
Según el historiador y general tamaulipeco Juan Manuel Torrea, el mismo día 9 de abril, se hallaba anclado en el puerto, sobre el rio Pánuco, el barco USS Dolphin de la marina de guerra americana.
El comandante de esa embarcación de guerra era Ralph K. Earle, quien, desde el Muelle Fiscal acordó la compra de combustible a un comerciante alemán de nombre Max Tyron, que tenía su almacén en el Canal de la Cortadura, a unos 100 metros al sureste del Fuerte Iturbide.
Ralph K. Earle envió para dicha misión al Oficial Pagador y nueve hombres de la tripulación, quienes remando por la rivera llegaron hasta el almacén de Max Tyron, que se localizaba por el Fuerte Iturbide.
Cuando los marinos estaban cargando los tambores de gasolina a su lancha, fueron detenidos por unos soldados federales del teniente coronel Ramón H. Hinojosa, por considerar que habían entrado a una zona de guerra, cuyo acceso había quedado restringido por los encuentros que habían ocurrido recientemente con los rebeldes carrancistas.
Los soldados mexicanos encañonaron con sus rifles a los marinos gringos y los escoltaron, subiendo por la calle Altamira, pasando las vías del tren, al cuartel superior.
Ahí, Hinojosa comunicó los hechos al general Morelos Zaragoza, quien ordenó que se pusiera a los estadounidenses en libertad, enviando al almirante Mayo de la marina de guerra americana, un mensaje verbal donde le expresaba que los hechos se habían debido a la ignorancia del teniente coronel Hinojosa.
El almirante Mayo exige disculpas y honores
El incidente provocó enérgicas protestas del almirante Henry T. Mayo y de Clarence Miller, el cónsul de Estados Unidos en Tampico, por lo que a las disculpas ofrecidas por Zaragoza, rápidamente se le dio una contestación del almirante Mayo, donde el norteamericano pedía un desagravio por parte de las autoridades mexicanas y exigía se rindieran honores a la bandera de Estados Unidos, izándola en el puerto de Tampico con 21 cañonazos de las baterías mexicanas, para lo cual se fijó un plazo de 24 horas.
El gobernador huertista de Tamaulipas, Ignacio Morelos Zaragoza dijo en su contestación que estaría de acuerdo con rendir honores al pabellón extranjero, siempre y cuando los barcos norteamericanos también dispararan 21 cañonazos cuando fuera izada la bandera de México, a lo que no accedió el almirante Mayo.
Cumplido el plazo, el general Zaragoza fue visitado por el comandante del USS Chester, W.A. Moffet, quien le entregó un sobre con un ultimátum al gobierno de México, insistiendo en el izamiento de bandera y los cañonazos, otorgando ahora un plazo de 12 horas.
El gobernador avisa
a la Ciudad de México
Sabedor del problema en el que estaba metido, Morelos Zaragoza envió un comunicado a la Ciudad de México, al entonces secretario de Guerra y Marina, el general Aureliano Blanquet, quien ordenó se ofrecieran disculpas por el incidente a Mayo y al cónsul, haciéndoles entender sin embargo que el motivo de la detención fue la violación a las disposiciones de la Comandancia Militar.
Los americanos no habían atendido una orden para permanecer en sus naves y desembarcaron para adquirir gasolina, por lo que su detención se realizó bajo las órdenes del coronel Ramón H. Hinojosa, lo que provocó el reclamo del comandante de la flota del Atlántico de Estados Unidos, Henry T. Mayo.
Para los especialistas de historial naval, el Incidente Tampico únicamente fue el pretexto que buscaba el gobierno de Woodrow Wilson para desconocer al gobierno de Huerta, emanado de un golpe de Estado en contra del presidente Francisco I. Madero en 1913.
Para inicios de 1914 la relación entre ambos países se había estancado, el presidente Victoriano Huerta no había renunciado a su cargo y a pesar que Wilson había levantado el embargo de armas el 3 de febrero, con la esperanza de beneficiar a los revolucionarios y debilitar a Huerta, en realidad no lo consiguió.
Cuando todo parecía que no había forma en que Wilson pudiera intervenir abiertamente en el caso mexicano, es cuando se presenta el famoso incidente de Tampico.
Los revolucionarios
también acechaban
Ante el inminente ataque a Tampico a fines de 1913, el gobernador Ignacio Morelos Zaragoza había organizado la defensa y el sector Este se lo encomendó al coronel Francisco A. Figueroa, con una fracción del 7° Regimiento y el Escuadrón irregular Castillo.
Se tiene noticia que, el 10 de diciembre de 1913, en el primer ataque al puerto, el Escuadrón Federal “Simón Castillo” con unos 60 de tropa, fue obligado a replegarse desde Doña Cecilia hacia los Llanos del Golfo o de Iturbide, estableciendo los federales su línea en el canal de la Cortadura.
El asedio a Tampico se prolongaría hasta el 13 de mayo de 1914.
En los días que aconteció el incidente con los marinos gringos, el general brigadier Ignacio M. Corona, Jefe de la Línea de Operaciones San Luis a Tampico, se ocupó de mantener libre el servicio ferroviario entre esa ciudad y Tampico, lo que pudo lograr pese a los constantes ataques de los revolucionarios.
El 18 de abril se registró un combate contra los revolucionarios en San Mateo, municipio de Valles, resultando heridos en el enfrentamiento tres sargentos, dos cabos, un corneta y seis soldados.
Tampico era punto estratégico
Para 1914, el puerto de Tampico era el segundo en importancia para México, y por consecuencia para el gobierno huertista, por sus instalaciones petroleras inglesas y estadounidenses que operaban en la zona.
Los grupos revolucionarios desplazados en el norte de la República buscan tomar el control de esa zona para tomar fuerza y debilitar al gobierno del usurpador.
De ahí que parte de la quinta flota del Atlántico estaba en el Golfo de México, bajo el mando del almirante Henry T. Mayo, quien ordenó el traslado del cañonero USS Dolphin hacia Tampico, para resguardar los intereses estadunidenses.
Invasión de Veracruz
México no accedió a lo que se le pedía y el altercado de Tampico sirvió de pretexto al gobierno estadounidense para declararse ofendido por el gobierno de Victoriano Huerta.
El presidente Wilson ordenó a su armada prepararse para intervenir en México.
El 21 de abril de 1914 marines de los buques de guerra estadounidenses Praire, Florida y Utah comenzaron la invasión del puerto de Veracruz.
Los jóvenes cadetes y la población civil de Veracruz, hombres, mujeres y niños, en condiciones de inferioridad numérica y de armamento resistieron hasta el límite de sus fuerzas la invasión.
POR: Marvin Osiris Huerta Márquez