MÉXICO.-Aunque exista buena voluntad y retórica consistente, el desafío de la 4ª-T no está en la elaboración de una narrativa machacona contra el neoliberalismo, sino en la capacidad de decisión y sobre todo programación para desmantelar primero la estructura neoliberal y enseguida construir las instituciones, reglas y protocolos del nuevo modelo de desarrollo.
El proyecto neoliberal de Carlos Salinas de Gortari 1979-2018 fue integral: abarcó las reformas de las estructuras y reglas del sistema político y el régimen de gobierno, la reforma del Estado y la modificación de la Constitución.
Las dificultades para revertir en 2021 la reforma electiva de 2013, por ejemplo, ilustra la dimensión totalizadora del modelo neoliberal.
Las principales reformas estructurales del neoliberalismo siguen vigentes:
1.- La construcción de una clase tecnocrática dirigente: Salinas sustituyó a los economistas salidos de la UNAM por egresados del ITAM, los organizó en el sistema de planeación pública, los hizo subsecretarios y luego diputados, senadores, gobernadores y alcaldes. Es decir, remplazó a los políticos priístas.
2.- La reforma del Estado fue constitucional en dos bloques: la de De la Madrid para definir el espacio acotado del Estado en la economía e iniciar el desmantelamiento de la economía pública y la de Salinas para reformar los artículos que definían el proyecto ideológico del PRI, como el ejido, el petróleo y las paraestatales.
3.- Salinas reformó al PRI en 1992 para borrar de su chip histórico a la Revolución Mexicana y suplirlo con uno nuevo sobre el “liberalismo social” juarista, pero sin aclarar que el liberalismo de Juárez fue la base del capitalismo (primera versión del neoliberalismo) que potenció el régimen liberal de Porfirio Díaz. La ideología oficial fue lavada de su origen revolucionario y se hizo procedimental de programas asistencialistas.
4.- De 1979 a 1981 Salinas desmanteló a las organizaciones sociales progresistas, sobre todo el Colegio de Economistas y el Congreso del Trabajo, donde se habían refugiado por promotores de un proyecto nacional popular.
A los economistas del gobierno les quitó espacios, discurso y cargos y los desprestigió, además de cooptar a muchos de ellos que pasaron del nacionalismo revolucionario al liberalismo social.
La disputa de proyectos en 1981 entre el Congreso del Trabajo y el Colegio de Economistas contra el grupo De la Madrid Salinas y la economía comprometida con el FMI fue ganada por los tecnócratas y lograron las candidaturas presidenciales directas de De la Madrid y Salinas y vieron en Colosio una tercera continuidad frustrada, aunque corregida en Lomas Taurinas para poner a Ernesto Zedillo como pieza del ideólogo neoliberal Joseph-Marie Córdoba Montoya en la presidencia.
El neoliberalismo salinista duro dos sexenios y el neoliberalismo sin salinas se alargó a 2018.
5.- El remache al proyecto neoliberal fue el Tratado de Comercio Libre al subordinar la economía mexicana a las necesidades de a estadunidenses y de paso enterrar el discurso nacionalista de la política exterior.
El Memorándum Negroponte de 1992 resaltó que el Tratado liquidaría la línea nacionalista y popular de México…, como fue en la realidad. 6.- La línea de pensamiento ideológico del neoliberalismo estuvo marcada por el FMI desde septiembre de 1976 con la Carta de Intención (Rendición) de López Portillo.
En 1977 se dio la última batalla burocrática entre la corriente nacionalista y la neoliberal, López Portillo cesó a Carlos Tello (progresista) y a Julio Rodolfo Moctezuma (neoliberal), pero entronizó a De la Madrid-Salinas de Gortari como operadores del proyecto de modernización capitalista sin Estado.
El Plan Global de Desarrollo 1980 contiene el perfil del nuevo proyecto neoliberal. En los gobiernos de Zedillo, Fox, Calderón y Peña el FMI estuvo presente en tres figuras: Francisco Gil Díaz como jefe de los Chicago boy mexicanos en el gobernó, Agustín Carstens que pasó de subgerente del FMI a Hacienda con Calderón y Luis Videgaray fue el eje ideológico del ITAM neoliberal.
El modelo económico neoliberal, en este escenario, no fue sólo ideológico, sino estructural, legal y constitucional. Y los márgenes de maniobra de la 4ª-T para pasar a un proyecto posneoliberal exigen una reforma integral del neoliberalismo con mayores dimensiones que las que hizo Salinas de Gortari.
Hoy el posneoliberalismo es retórico, con decisiones parciales y sin un proyecto de sustitución integral del neoliberalismo salinista.
INDICADOR POLÍTICO / CARLOS RAMÍREZ
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021