“En Victoria si hay mucho Hare Krishna, cuando yo llegué hace ocho años había como cinco, hoy en dia hay como unos cuatrocientos, y en Tamaulipas como dos mil”
“Willy”
viajero y aprendiz de Hare Krishna
CD. VICTORIA, TAMAULIPAS.- ¡Incienso fino variado! es la frase q ue resuena a un alto volúmen en la acera sur de la calle Hidalgo justo afuera del hotel Los Monteros.
El hombre que promociona su productos es siempre atento con los transeúntes, a tal grado que en pocos meses en la ciudad se hizo muy fácil identificarlo y se convirtió en parte del paisaje urbano de la ‘capirucha’ tamaulipeca.
Wilfredo o “El Willy” como el mismo se nombra, de alrededor de 40 años, no pierde ocasión para ofrecer decenas de esencias impregnadas en varitas cuyas cajas colorean su modesto puesto semifijo en esta céntrica arteria.
El Caminante entabla una conversación con Willy, quien de entrada comenta que en un lapso de dos años y tres meses recorre completamente a la república en su andar y que tiene varios puestos similares en diferentes partes del país.
Sin embargo la razón de su largo peregrinar es aún mas profunda: Willy pertenece al grupo religioso Hare Krishna, y es miembro de la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krisna, (Iskcon por sus siglas en inglés)
Por más de dos décadas se ha dedicado a emigrar donde el movimiento lo solicite.
“Soy viajero y me mandaron establecerme aquí pues hay pocos devotos. Ya me había yo regresado a Guadalajara y me instruyeron a regresar a mi puesto. Y pues ya me agarró la pandemia aquí y dije pues ya pa’ que me voy” comenta Willy.
En Victoria si hay mucho Hare Krishna, cuando yo llegué hace ocho años había como cinco, hoy en dia hay como unos cuatrocientos, y en Tamaulipas como dos mil aunque en estos momentos no hay predical tiene unos 3 o 4 años que estamos en recesión” abunda.
Willy es poliglota y experto en oratoria, y comenta que habla con fluidez inglés, italiano, portugués, ruso, alemán y un poquito de japonés pues en su infancia vivió en ese país oriental con su papá.
Con voz un tanto nostálgica recuerda el tiempo cuando residió tanto en esa isla del lejano oriente. “Viví en Osaka, Kioto, Okinawa, conocí Nagano, Ahí aprendió un poco de ese lenguaje. También viví en Alemania, pero no me fue fácil acomodarme a su sociedad”.
También ha viajado a la India y de hecho si la asociación lo necesitara para acompañar a algun miembro a ese país, dejaría todo para hacerlo.
Para Wilfredo el pertenecer a los Hare Krishna fue una cuestión de lo mas natural pues en su familia es la tercera generación dedicada a la adoración del dios Krisna.
“Mi vida no gira alrededor de los estándares comunes, tal vez para una persona común sus recuerdos mas vividos lo son el tiempo en alguna escuela, yo nunca estuve en una mis recuerdos son desde el Iztaccíhuatl, del aconcagua, de la batea, etc de todos esos montes.
Como pertenezco a un sistema económico seguro, respaldado por la comunidad internacional de ISKCON mi vida no gira alrededor de la preocupación de ¿qué voy a comer o vestir?, de hecho en caso de que uno quiera dedicar un año o dos a la devoción puedes pedir asilo en cualquier templo del planeta, aunque eso es exclusivo de los iniciados y los de familia, y recibir un techo y sus tres comidas o ‘prasādam’ (alimento vegetariana).
Cada día, Willy recita 1728 veces el mantra “Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare, Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare” y en su calidad de aprendiz, se dice totalmente pleno en su situación espiritual.
Para Willy el futuro no tiene una forma definida pues en su calidad de viajero el plan se modifica continuamente, pero si contempla la posibilidad de llegar a casarse, pues le tiene ‘echado el ojo’ a una mujer miembro de su comunidad de la región de los balcanes (específicamente de los países de la extinta Yugoslavia).
El dia avanza y Willy profundiza mas en su conversación sin dejar de promocionar sus jabones naturales y el incienso de primera calidad, e invita al Caminante a unirse un dia de estos a su ritual “Cuando quieras cantar Hare Krishna vente con tiempo y cantamos unas dos ronditas de Hare Krishna (216 mantras)” invita el hombre al vago reportero.
¡Incienso fino variado! vuelve a ofrecer y la clientela no cesa. El Caminante sabe que es tiempo de seguir adelante con su jornada no sin antes despedirse amablemente de este ciudadano del mundo que por este día y en este momento ha decidido trascender desde ciudad Victoria. Demasiada pata de perro por esta semana.
POR: JORGE ZAMORA
EXPRESO – LA RAZÓN